2014-03-29

Acua04, Cosme, Jn9,1-41: Catequesis sobre el reconocimiento del enviado del Padre (20140330)

Acua04, Cosme, Jn9
29 de marzo de 2014

Con el correr de los tiempos hemos hecho una cantidad tal de leyes, normas y reglamentos que resulta difícil entender como quiere Dios que vivamos. Insistimos más en nuestras reglitas que en lo profundo que consiste en ver y amar como Jesús y luchar por la vida y la dignidad de la humanidad

El juez y profeta Samuel ha conducido a los israelitas durante el sistema tribal, pero ha visto que ese sistema justo e igualitario se está agotando y que él mismo se ha hecho viejo. Hay necesidad de buscar una persona que conduzca a los israelitas y, enviado por Dios, ha ungido a Saúl, pero se siente defraudado por sus desmanes y busca un nuevo rey.

Al elegir al nuevo rey Samuel se fija en su buena presencia y en  su estatura, pero Dios le dice: Dios no ve las cosas como los   hombres: el hombre se fija en las apariencias pero Dios ve el corazón". Dios elige y unge al más pequeño de la familia para que conduzca al pueblo de Israel

Los evangelios que leemos en la Cuaresma constituyen una Catequesis bautismal, para renovar en la Pascua, nuestro compromiso bautismal.

Hemos acompañado a Jesús al desierto para descartar los caminos que nos llevan por rumbos equivocados y encontrar los caminos de Dios: La escucha de la Palabra y poner a Dios en el centro de nuestra vida.

Con Jesús y sus discípulos hemos ido a la montaña para meditar la enseñanza de la Ley y los profetas y hemos oído la voz del Padre que nos ordena escuchar a su hijo amado

Junto al pozo nos hemos encontrado con Jesús el migrante, fatigado y sediento que nos ofrece agua viva, que valora y dignifica a la mujer.

Hoy nos encontramos a Jesús cerca de la piscina de Siloé ante un mendigo ciego y por lo mismo marginado.

No se trata de un hecho histórico sino de una catequesis, Por tres veces aparece en el texto: “Lodo en los ojos, lavarse y ver”

Jesús declara que la enfermedad del ciego no tiene que ver con el pecado del ciego ni de sus padres, sino que constituye una oportunidad para que se manifieste la gloria de Dios.

El ciego en un primer momento afirma; “El hombre que se llama Jesús. Más delante afirma que: “Es un profeta”. Como testimonio ante los jefes de los fariseos declara: "Eso es lo extraño: que vosotros no sepáis de dónde es y que me haya abierto a mí los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; mas, si uno es religioso  y cumple su voluntad, a ése le escucha. Jamás se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. Si éste no viniera de Dios, no podría hacer nada." Al ser interpelado por Jesús el ciego responde: “"Creo, Señor."

El mendigo ciego es ungido con lodo, es purificado por las aguas de la piscina de Siloé y recobra la vista para reconocer al Enviado del Padre. Ahora para el ciego lo importante no es el cumplimiento de la Ley (observancia del sábado), sino el seguimiento de Jesús que nos hace ver, que nos libera y dignifica.

- Creer y seguir a Jesús como el ciego, significa para nosotros revisar nuestras normas leyes y reglas para ponerlas al servicio de la vida y la dignidad de la persona.
- Creer y seguir a Jesús como el ciego, significa para nosotros poner la misericordia como principio de nuestra acción.
- Creer y seguir a Jesús como el ciego, significa para nosotros iluminar los ojos, la mente y la conciencia de los hermanos para que nuestra principal preocupación sea que haya vida y vida en abundancia para todos

Marzo 29 2014
Cosme Carlos Ríos


Acua04, FeAdulta, LOS JUEVES MILAGRO

LOS JUEVES MILAGRO
amigos de feadulta
26 de marzo de 2014, 9:35

Amigas y amigos: Las sorpresas prometidas se hacen de rogar. Otro día, otra semana, serán.


Los pasajes de Juan encierran múltiples enseñanzas.


  • Vicente Martínez: Los Jueves milagro. Una desnortada teología nos secuestró, como Júpiter a Europa, hacia milagrosos e inaccesibles reinos celestiales.
  • Jn 9, 1-41. El episodio del ciego de nacimiento: la curación, los vecinos, los fariseos, los padres, él mismo…
  • Samuel 16, 1-13. El hombre mira las apariencias, pero Yahveh mira el corazón. El espíritu de Yahveh vino sobre David.
  • Efesios 5, 8-14.Despierta tú que duermes. Y Cristo será tu luz. Caminad como hijos de la luz.






El camino recorrido y por recorrer del Papa Francisco


  • José Ignacio Glez. Faus: Una carta para Francisco. Pienso en algunos "objetos preciosos de culto divino" de mi país… ¿no deberían haber sido "enajenados" para remediar el hambre y las lágrimas de tanta gente?
  • Juan A. Estrada: ¿Qué queda del proyecto del Papa? Al Papa Francisco le queda mucho por hacer y no lo más fácil. El concilio Vaticano II está todavía esperando que ésta nuestra Iglesia cambie.
  • Francisco y el desempleo. Francisco arremete contra el actual sistema económico, responsable de los altos niveles de paro. Se necesita la solidaridad de todos. Basta con hacer click en la foto del Papa.


Otros temas, algunos polémicos, todos muy importantes.


  • Juan Masiá: Clero: Celibato, sexualidad y amor. Vivir sin relación sexual puede tener sentido, pero vivir sin amar deshumaniza. Necesitamos una ética sexual constructiva centrada en el respeto y la ayuda al crecimiento.
  • José Arregi: Sobre el aborto, sin certezas. Hay que defender la vida en todas sus formas en el mayor grado posible. Pero no se puede defender la vida a base de excomuniones y de dogmas absolutos.
  • Koldo Aldai: Leña seca. Estamos perdiendo la comunión con la Tierra y los adelantos modernos están haciendo que nuestras manos y pies cada vez se vuelvan más inútiles.
  • Cambiar el mundo. Alejandro Lerner. Siempre, siempre es posible hacer algo para cambiar nuestro mundo... recarguemos las baterías de la ilusión y  la fuerza de convicción, empecemos por nosotros mismos. Como lo hizo hace 2000 años Jesús de Nazaret...
  • Universículos 6.Jose Luis Cortés y M. Asun Gutiérrez: Las catequesis nos han hecho mucha pupa y lo siguen haciendo. El mundo es cada vez más complejo y las ruedas de molino más indigestas.
  • "Yo tb tq". Un corto de Daniel Montes. También puedes comunicarte de verdad. Especial para la juventud. Lo disfrutaréis haciendo click debajo de la foto del Papa…


Hemos actualizado la pestaña de Reflexiones con las correspondientes del mes de abril. Ya saben dónde encontrarlas, en una de las pestañas del faldón. 

Un fuerte y entrañable abrazo,
Rafael Calvo

Acua04, SBL, Jn 9,1-41: Fue, se lavó, y volvió con vista (20140330)

Servicio Bíblico Latinoamericano
Semana del 30 de Marzo al 5 de Abril de 2014 – Ciclo A


Domingo 30 de marzo de 2014
Domingo 4º de Cuaresma, ciclo A
Zósimo, obispo (418)

1Sm 16,1b.6-7.10-13ª: David es ungido rey de Israel
Salmo responsorial 22: El señor es mi pastor, nada me falta
Ef 5,8-14: Levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz
Jn 9,1-41: Fue, se lavó, y volvió con vista



El pueblo de Dios se planteó desde antiguo un gran problema: ¿cómo saber quién es el enviado de Dios? Muchos aparecían haciendo alarde de sus habilidades físicas, de su astucia, de su sabiduría, incluso, de su profunda religiosidad, pero era muy difícil saber quien procedía de acuerdo con la voluntad del Señor y quien quería ser líder únicamente para obtener el poder.
En la época de Samuel la situación era realmente complicada. El profeta, movido por el Espíritu de Dios, buscó un líder que sacara al pueblo del difícil atolladero de la crisis interna de las instituciones tribales y de la amenaza de los filisteos. Surgió Saúl, un muchacho distinguido, de buena familia y de extraordinaria complexión física. Los hebreos más pudientes lo apoyaron de inmediato, esperando que el nuevo rey lograra controlar el avance de los filisteos. Sin embargo, el nuevo rey en poco tiempo se convirtió en un tirano insoportable que agravó el conflicto interno y que, por sus constantes cambios de comportamiento, comprometió seriamente la seguridad de las tierras cultivables. Samuel, entonces, pensó que la solución era ungir un nuevo rey, una persona que se pudiera hacer cargo de la situación. La unción profética se convirtió, en aquel momento, en el medio por el cual se legitimaba la acción de un nuevo líder ‘salvador’ del pueblo. Siglos más tarde, los profetas se dieron cuenta de que no bastaba cambiar el rey para cambiar la situación, sino que era necesario buscar un sistema social que respetara los ideales tribales, lo que luego se llamo ‘el derecho divino’. Sin embargo, subsistió la idea de que el ‘líder salvador’ tenía que ser designado por un profeta reconocido. De este modo, la unción de los caudillos de Israel pasó a ser un símbolo de esperanza en un futuro mejor, más acorde con los planes de Dios.
En la época del Nuevo Testamento, el pueblo de Dios que habitaba en Palestina enfrentó un gran reto: ¿cómo hacer reconocer a Jesús como ungido del Señor? Aunque Jesús había conocido a Juan Bautista y, luego, había retomado su predicación, se cernía aún sobre él la duda, debido a su origen humilde, a la manera tan diferente de interpretar la ley y a su poca vinculación con el templo y sus rituales. Muchos se oponían a reconocer que él era un profeta ungido por el Señor, movidos simplemente por prejuicios culturales y sociales. La comunidad cristiana tuvo que abrirse paso en medio de estos obstáculos y proclamar la legitimidad de la misión de Jesús. Solamente quien conociera la obra del Nazareno, su entrañable amor a la vida, su dedicación a los pobres, su predicación del reinado de Dios, podía reconocer que él era el “ungido”, el “Mesías” (como se dice en hebreo), o el “Cristo” (como se dice en griego).
Las ‘señales y prodigios’ que Jesús actuó en medio de la gente pobre causaron gran impacto y, por esto, fueron motivo de controversia. Los opositores del cristianismo veían en las sanaciones que Jesús obraba, simplemente la labor de un curandero. Sus discípulos, por el contrario, comprendían todo su valor liberador y salvífico. Pues, no se trataba sólo de poner remedio a las limitaciones humanas, sino de devolverle toda la dignidad al ser humano. La persona que recuperaba la visión podía descubrir que su problema no era un castigo de Dios por los pecados de sus antepasados, ni una terrible prueba del destino. Era una persona que pasa de la desesperación a la fe y descubría en Jesús al profeta, al ungido del Señor. Su problema, una limitación física, se le había convertido en una terrible marca social y religiosa. Pero, el problema no era su limitación visual, sino la terrible carga de desprecio que la cultura le había impuesto. Jesús lo libera del insufrible peso de la marginación social y lo conduce hacia una comunidad donde lo aceptan por lo que él es, sin importar las etiquetas que los prejuicios sociales le habían impuesto.

En el evangelio se nos relata una especie de drama entre los vecinos del lugar donde el ciego solía pedir limosna, los fariseos que eran un grupo de judíos piadosos y cumplidores de la ley y los “judíos” en general, una expresión genérica con la que el evangelista designa a las altas autoridades religiosas del pueblo judío de la época de Jesús. Hasta los padres del ciego son involucrados en el drama.
Se trata de un verdadero «drama teológico», simbólico, de una gran belleza literaria. De ninguna manera se trata de una narración cuasiperiodística de unos hechos históricos, o de un relato que nos describa ingenuamente cómo sucedieron las cosas. No olvidemos que es Juan quien escribe, y que su evangelio se mueve siempre en un alto nivel de sofisticación, de recurso al símbolo y a la insinuación indirecta. Si tenemos que dirigir la palabra en la homilía, conviene no «contar» las cosas como quien cuenta hechos históricos tal cual, como si estuviera entreteniendo a unos niños. Los oyentes son adultos y agradecen que se les trate como a tales, sin abusar de que se tiene la palabra en un ámbito litúrgico donde por respeto nadie va a levantar la mano ni menos a contradecir, y que por eso se puede decir cualquier cosa, que «todo cuela» en ese ambiente.
En el «drama teológico» que hoy leemos, de Juan, el ciego se convierte en el centro. Todos se preguntan cómo es posible que un ciego de nacimiento sea ahora capaz de ver. Sospechan que algo grande ha sucedido, preguntan por el que ha hecho ver al ciego, pero no llegan a creer que Jesús sea la causa de la luz de los ojos del ciego. Un simple hombre como Jesús no les parece capaz de obrar tales maravillas. Menos aún habiéndolas obrado en sábado, día sagrado de descanso que los fariseos se empeñaban en guardar de manera escrupulosa. Y menos aún siendo el ciego un pobretón que pedía limosna al pie de una de las puertas de la ciudad. Todos interrogan al pobre ciego que ahora ve: los vecinos, los fariseos, los jefes del templo. Jesús se hace encontradizo con él, solidariamente, al enterarse de que lo han expulsado de la sinagoga. Y en este nuevo encuentro con Jesús el ciego llega a «ver plenamente», a «ver» no sólo la luz, sino la «gloria» de Dios, reconociendo en él al enviado definitivo de Dios, el Hijo del hombre escatológico, el Señor digno de ser adorado... Es el mensaje que Juan nos quiere transmitir narrando un drama teológico -como es su estilo- más que afirmando proposiciones abstractas -como hubiera hecho si hubiera sido de formación filosófica griega-.
Al final del texto las palabras que Juan pone en labios de Jesús hacen explotar el mensaje teológico del drama: Jesús es un juicio, es el juicio del mundo, que viene a poner al mundo patas arriba: los que veían no ven, y los que no veían consiguen ver. ¿Y qué es lo que hay que ver? A Jesús. Él es la luz que ilumina.
No haría falta echarle metafísica y ontología griega a este drama... Es un lenguaje de «confesión de fe». La comunidad de Juan está «entusiasmada», llena de gozo y de amor, poseída realmente por el descubrimiento que ha hecho en Jesús. Sienten que Él les cambia el mundo, que ven las cosas al revés que antes, y que es en Él en quien Dios se les ha hecho patente. Y así lo confiesan. No hace falta más. La ontología de los siglos subsiguientes es cultural, occidental, griega. Para el caso, sobra.
¿Qué significa hoy para nosotros? Lo mismo, sólo que a 20 siglos de distancia. Con más perspectiva, con más sentido crítico, con más conciencia de la relatividad (no digamos “relativismo”) de nuestras afirmaciones, sin fanatismos ni exclusivismos, sabiendo que la misma manifestación de Dios se ha dado en tantos otros lugares, en tantas otras religiones, a través de tantos otros mediadores. Pero con la misma alegría, el mismo amor y el mismo convencimiento.

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 79 de la serie «Un tal Jesús», de los hermanos LÓPEZ VIGIL, titulado «El ciego de nacimiento». El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí: http://radialistas.net/article/78-un-samaritano-sin-fe/ Puede ser escuchado aquí: http://radioteca.net/media/uploads/audios/%Y_%m/078.mp3
La serie «Otro Dios es posible» tiene un capítulo que puede ser útil para comentar este evangelio, el 31 («¿Dios hace milagros?») [http://radialistas.net/article/31-dios-hace-milagros/]. Para escucharlo, aquí: http://radioteca.net/media/uploads/audios/%Y_%m/31.mp3 

Para la revisión de vida

          Jesús dice que ha venido para “abrir un juicio”. Su vida y su testimonio nos emplazan con un desafío ante el que necesitamos pronunciarnos. Sugerencia: entrar en mí mismo, en oración profunda, encarándome con este ser-humano-que-es-juicio-de-Dios. Renovar y profundizar mi encuentro con Jesús. Sentirme desafiado por su vida y por su palabra. Aceptar gozoso el reto de vivir a la altura del desafío que nos hace.

Para la reunión de grupo

-                 La “selección” de David (primera lectura) para ser ungido es uno de los casos típicos en la Biblia –de los que hay muchos más- en el que “los caminos de Dios no son nuestros caminos”, ni sus criterios son los nuestros… Estudiemos y glosemos en grupo esas diferencias entre los criterios de Dios y los criterios de los humanos…
-                 Para los que creemos en Jesús, Él, con su vida plenamente realizada en el amor y la entrega, hace presente el amor de Dios a los humanos, y por eso “abre un juicio” a la humanidad. El juicio universal, en una cierta dimensión, ya ha acontecido: se ha dado en Jesús; y se sigue dando: en Él, en el testimonio que de él nos sigue llegando transmitido por sus seguidores (la comunidad de los creyentes).
-                 Nos preguntamos: ¿es un juicio “universal”, para todos los seres humanos? ¿También para aquellos a quienes no les llega el testimonio de Jesús? ¿También para los hombres y mujeres que vivieron antes que Él (muchísimos más, cualitativamente, que los que han vivido después de Él? Si no es “universal”
-                  Parece que Juan quisiera hacer énfasis en la ceguera especial que tienen las autoridades religiosas para admitir el milagro de Jesús. Quienes deberían ser los más lúcidos resultan los más ciegos. ¿Tiene este aspecto del evangelio de hoy alguna relevancia para nuestros días?

Para la oración de los fieles

-                  Para que la Iglesia abandone toda forma de autoritarismo y actúe llevando al mundo la luz que recibe del Evangelio. Oremos...
-                 Para que prevalezcan las personas y sus derechos sobre las leyes y las tradiciones. Oremos...
-                 Para que quienes dudan de la presencia de Dios entre nosotros, descubran su amor por el testimonio vivo y eficaz de la iglesia. Oremos...
-                 - Para que caminemos como hijos de la luz, denunciando toda opresión, violencia e injusticia. Oremos...
-                 - Para que el Señor. abra nuestros ojos y no vayamos nunca tras ningún “otro pastor”. Oremos...
-                 - Para que nuestra comunidad, que comparte un mismo pan, comparta igualmente los demás bienes. Oremos...

Oración comunitaria

          Tú, Señor, que nos abres los ojos para que descubramos la hermosura de la creación y la grandeza de tu amor, ayúdanos a colaborar contigo para que todas las personas puedan alegrarse en su vida al ver tu luz. Nosotros te lo pedimos por Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén

2014-03-24

Acua03_Marins, Jn4,5-42: Sin el don de la fe, la vida es un desastre

23  de Marzo 2014. Tercer Domingo Quaresma - Ciclo A
José Marins.

TEXTO Y CONTEXTO
1. DIFERENTES. Dos personas llegan al Pozo de Jacob. Es medio día escaldrante. Nada tienen en común a no ser  la sede y la calor de la hora: un hombre, una mujer; un judío, una samaritana; un santo, una pecadora; un rabino con 12 discípulos, una criatura excluida por las demás mujeres del pueblo al punto de no venir a buscarse el agua en las primeras horas de la mañana como las demás (Las mujeres no la toleran entre ellas!).
2. ALGO FUERA DE LO ORDINARIO. El varón asusta a la enemiga de su fe: - “Dame de beber!” . Y comienza un diálogo imposible por ilógico: - - “Entonces ya no tendría que venir al pozo… estaría liberada del tormento de la sede, después de beber esa agua viva de que me hablas? Por qué nuestro Padre Jacob no se preocupó en darnos eso desde cuando vino? Eres un profeta preparando los tiempos del Cristo que va a venir?
– Yo soy el Cristo!
3.  La mujer sin nombre hasta se olvidó de su cántaro y salió a gritar pueblo afuera: - “El está aquí…!”
4.  La gente, por dos días, no lo dejó partir. Jamás alguien les hablara de todo aquello del Reinado de Dios.

EN QUE NOS COMPROMETE
1. Con tanta gente nos encontramos buscando las mismas cosas; seguridad, salud, justicia, paz, felicidad, amor…
2. Mas vale prestar atención a las sorpresas de Dios:  – “Aquí está el Cristo! No lo habíamos identificado. Entonces que?”
3. Salimos a anunciarlo. Queda-te con nosotros sin contar los días. Sin esa fe la vida es un desastre.

Acua03_Cosme, Jn4,5-42: Jesús y la mujer (20140323)

Jesús y la mujer
Acua03_Cosme, Jn 4:5-42


La liturgia de hoy rompe esquemas al presentarnos hoy un texto del Evangelio de San Juan, dejando de lado el Evangelio de San Mateo, propio de este ciclo.

Es notable el encuentro de Jesús con una mujer, samaritana y de conducta dudosa según los criterios de la época. Jesús fatigado y sediento, sin ningún reparo el pide de beber a la mujer samaritana. Ante el rechazo de la mujer Jesús le ofrece agua viva. Surge el problema sobre el lugar del culto verdadero y Jesús le aclara que el culto a Dios no está condicionado a un lugar específico, pero que los verdaderos adoradores han de adorar a Dios en espíritu y en verdad. Le declara que el Mesías no es alguien que tenga una apariencia de grandeza, sino que es aquel peregrino cansado y sediento.

Como resultado de aquel encuentro, por el trato recibido de Jesús, la mujer se convierte en una persona que habla de Jesús a todo el pueblo.

En los Evangelios vemos a Jesús frecuentemente rodeado de mujeres: amigas entrañables como María Magdalena o las hermanas Marta y María de Betania; seguidoras fieles como Juana, Susana "y otras muchas": Mujeres enfermas y prostitutas de aldea que se acercan... De ningún profeta se dice algo parecido. ¿Qué encontraban en él las mujeres? La respuesta que ofrecen los relatos evangélicos es clara.

Jesús las mira con ojos diferentes. Las trata con una ternura desconocida, defiende su dignidad, las acoge como discípulas. Nadie las había tratado así. La gente las veía como fuente de impureza ritual. Rompiendo tabúes y prejuicios, Jesús se acerca a ellas sin temor alguno, las acepta a su mesa y hasta se deja acariciar por una prostituta agradecida.

¿Podríamos decir entonces que el desarrollo integral de las mujeres es también una de las grandes preocupaciones de los cristianos?

Sabemos que la historia no siempre lo corrobora. Es más, durante siglos y aún hoy, las mujeres han sido discriminadas en la Iglesia y en las sociedades que se reconocían cristianas. Sin embargo, "El cristianismo puede aportar un profundo sentido de la justicia y de la dignidad de la mujer y el inmenso caudal de creatividad y energía ética y espiritual que proporciona una experiencia religiosa auténtica.

Togo (país del Africa subsahariana) no es de los países con mayor Índice de desigualdad de género, pero sí, el país con mayor diferencia de género en Educación Secundaria (15,3 % de mujeres frente a 45,1 % de hombres que han terminado este nivel educativo). La pronta incorporación de las niñas y adolescentes a las tareas domésticas, junto con los matrimonios precoces, contribuyen a esta desigualdad.

El encuentro que tenemos cada semana con Jesús, el que dignifica a la mujer nos tiene que llevar a valorar y respetar a toda mujer sin discriminación de raza, credo o estado civil,

El encuentro que tenemos cada semana con Jesús, el que dignifica a la mujer nos tiene que llevar a apoyar a todas las mujeres para que vivan con dignidad y de modo particular a enfrentar la escasez de agua.

El encuentro que tenemos cada semana con Jesús, el que dignifica a la mujer nos tiene que llevar a brindar apoyo a las organizaciones que promueven el desarrollo integral de la mujer.

En nuestra oración, hoy tenemos presentes a todas las mujeres del mundo que sufren algún tipo de discriminación y, especialmente, a las mujeres de Togo.



Marzo 22 2014

Cosme Carlos Ríos


Acua03, FeAdulta, SED DE SER (20140323)

SED DE SER
Acua03, Jn 4, 5-42: Jesús y la mujer samaritana
amigos de feadulta
19 de marzo de 2014

Amigas y amigos:
Saludos cordiales una semana más. Ya estamos aquí cargados de nuevas cosas buenas. Tengo mis dudas si no son demasiadas, pero espero que sepamos elegir y dejar de lado lo que no nos parezca tan interesante.




Un pasaje evangélico pletórico de sugerentes vivencias.
Vicente Martínez: Sed de ser. Manantial tolerante al que no importa el formato cultural por el que sus aguas tengan que discurrir.
Jn 4, 5-42. Llegó una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dijo: "Dame de beber"... "¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?"
Éxodo 17, 3-7. El pueblo torturado por la sed murmura contra Moisés y el Señor le concede el agua.
Romanos 5, 1-2 y 5-8. Estamos en paz con Dios, el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.
Florentino Ulibarri: Cántaro en Sicar. Cántaro roto en mil trozos… Eso es lo que soy en este momento, pero espero, Señor, que vuelvas a fundirme con tu fuego.
Vicky Irigaray: Danos de beber. Sólo Tú nos puedes dar el alimento que llene de sentido y alegría nuestra vida.
Rafael Calvo: Unidad plural. La unidad no está reñida con el pluralismo. La tolerancia es el primer paso.
José Luís Sicre: Ni agua ni pan. ¿Cuáles son nuestras necesidades?¿Para qué nos sirven los cántaros que acumulamos?
Fray Marcos: El agua viva está en lo hondo de ti. La verdadera Vida nunca vendrá de fuera. Descubrirla dentro de ti y avivarla es tu principal tarea.
José Antonio Pagola: A gusto con Dios. Jesús me ha traído a vivir la fe en Dios de manera sencilla desde el fondo de mi ser. Si yo escucho, Dios no se calla. Si yo me abro, Él no se encierra.
Enrique Martínez Lozano: Agua viva, hermosura siempre nueva.Somos sed y somos agua: solo hay que experimentarlo.
Faustino Vilabrille: El destinatario del culto verdadero es la persona humana. Jesús nos está diciendo hoy desde los sedientos del mundo: Dame agua, me muero de sed.
M. Asun Gutiérrez: El ser humano no sólo tiene sed. Es sed. Diálogo maravilloso entre Jesús y una mujer samaritana, qué bien se entendieron.
Equipo Quiero Ver: El agua lo cambia todo. El agua Viva que necesitamos para recorrer el camino de la Vida, está en nuestro interior. Señor, ¡¡ayúdame a calmar la Sed del otro!!
Salomé Arricibita: Dame de beber. Jesús tiene sed de mí... Y ese es el modo de calmar nuestra propia sed.

La Iglesia, el Papa, los obispos españoles…
Felix Jiménez Tutor: Hace 365 días. En sólo un año han cambiado muchas cosas en el Vaticano. Hay mucha energía positiva en torno al Papa Francisco: tiene que ser mayor que la energía de la resistencia al cambio.
Mari Paz López Santos: Es de bien nacidos ser agradecidos. Es mucho lo que tenemos que agradecer a este Papa venido de la periferia que todos los días nos regala alguno de esos gestos que van conformando una nueva Iglesia.
Pensamientos del Papa Francisco. Va sembrando sus pensamientos al ritmo de los pasos comedidos de un compañero íntimo de Jesús: es en él donde reside su fuerza.
Cartas que nos llegan. Una de cal y otra de arena. Es legítima la duda. Sin cerrar los ojos a la evidencia positiva.
Entrevista al Papa Francisco. «El tema no es cambiar la doctrina sino que la pastoral tenga en cuenta las situaciones de cada persona». En Noticias de alcance.
José M. Vidal: Plenaria del episcopado. Es una pena que tengamos que hablar de la Iglesia española en términos políticos, pero la vida de los seres  humanos comportan estas servidumbres.
Universículos 5. José Luis Cortés: ¿Cuál es el papel de los Obispos? ¿Cuál es el papel de la Iglesia?

Temas candentes, siempre actualidad recurrente…
José M. Castillo: Pregunta apremiante: ¿religión o evangelio?La batalla decisiva está entre lo humano y lo inhumano. Sólo nos hace más felices lo que nos hace más humanos: esa es la base de toda espiritualidad. Una entrevista de Benjamín Forcano.
Julián Mellado: Me enseñaron que... Hoy nos urge aprender a desaprender, estamos muy marcados por nuestra infancia y aquellos catecismos que memorizamos: Jesús es nuestra mejor medicina.
Bienaventuranzas de la Cuaresma. Miguel Ángel Mesa. La cuaresma puede ser una fuente de felicidad y plenitud. No es más que vivir la vida que nos lleva, que nos pasa y nos traspasa y que cada vez nos tiene que hacer más humanos.
Pablo D'Ors: El arte de la meditación, la aventura del silencio interior. Saberse y vivirse uno, saberse y vivirse luz… Entra en la portada y haz clic en la imagen que hay justo debajo de la foto del Papa.

Hasta pronto. Estamos preparando más de una sorpresa, a cuál más grata. Ya veréis. Un fuerte abrazo,
Rafael Calvo

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2014-03-23

Acua03, SBL, Jn 4,5-42: Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna (20140323)

Servicio Bíblico Latinoamericano
Domingo 3º de Cuaresma, ciclo A, 23 de marzo de 2014
Toribio de Mogrovejo, obispo, (Perú, a. 1606)

Ex 17,3-7: Danos agua de beber
Salmo responsorial 94: Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: "No endurezcan el corazón"
Rom 5,1-2.5-8: El amor ha sido derramado en nosotros con el Espíritu que se nos ha dado
Jn 4,5-42: Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna




Recordemos el carácter más o menos aleatorio que tiene la distribución de los textos bíblicos en la liturgia católica. No existe ninguna explicación de cómo se ha hecho tal distribución, ni de por qué tal texto en tal fecha. Una comisión lo decidió así, y no se conocen los criterios que siguió. Quien quiera puede conjeturar sobre ellos. Se observa una “asociación de ideas” o de imágenes entre la primera y la tercera lecturas, mientras la segunda con frecuencia va por sus caminos propios, sin ninguna relación a las otras. La sucesión de los domingos tampoco muestra un criterio claro (como podría ser el de dar pie a un proceso sistematizado de formación teológica o bíblica), ni se da oficialmente la libertad para que al menos algunas comunidades especiales (jóvenes, grupos de formación, ambientes especiales...) pudieran hacer su propio «calendario litúrgico»... Son temas que quedan pendientes para una próxima reforma litúrgica...
Por lo demás, es claro que los textos propuestos en la liturgia están siempre a disposición de una interpretación libre. Son como una poesía o una imagen simbólica: cada comunidad es libre de abordarlos desde el punto de vista que prefiera, y es casi imposible que dos cristianos, dos biblistas o agentes de pastoral encuentren la misma resonancia ante un mismo texto: a cada uno le evocará recuerdos y sugerencias de acción distintos. «Lo que se recibe, se recibe según el modo de ser de quien recibe», dice el adagio clásico. Aquí también.
Nuestro Servicio Bíblico Latinoamericano ofrece estos comentarios teológico-pastorales a los textos bíblicos de la liturgia (católica) también desde una sensibilidad propia, con un transfondo de opciones, de visión del mundo y de vivencia de la fe, propios. Y los ofrece con humildad, sabiendo que no son los únicos, ni los mejores; son simplemente los nuestros, los que podemos compartir con quienes sintonizan con esta espiritualidad que con frecuencia llamamos «latinoamericana», no necesariamente de un modo geográfico-material, sino en referencia a una «geografía espiritual»...
Después de esta introducción que no es “propia de este domingo”, entremos de lleno al comentario de los textos.

El texto estrella es el de la samaritana. Prácticamente, el capítulo cuarto entero del evangelio de Juan. El famoso episodio del encuentro de Jesús con la samaritana.
Algo que nos parece importante siempre que se comenta un texto del evangelio de Juan, es la apelación a su carácter simbólico peculiar. Juan no es un evangelio sinóptico, no es un texto narrativo, ni lo que nos cuenta es probablemente histórico. Juan es un evangelio enteramente simbólico, en el que los símbolos han sido extrapolados hasta desplazar a la realidad. En Juan no hay símiles, sino identificaciones: «Yo soy la vid», le hará decir Juan a Jesús; no “yo soy como la vid”. Más aún: “yo soy la vid verdadera”, las demás vides -las de la realidad- no son verdaderas. “Yo soy el Pan verdadero”: el resto de los panes serían... sucedáneos. Yo tengo el agua verdadera, la que “salta hasta la vida eterna”; la otra, la del H2O, tal vez no quita la sed...
Al comenzar a comentar cualquier texto del evangelio de Juan es bueno recordar este estilo literario y simbólico enteramente peculiar de Jesús. Por respeto al público oyente sencillo, es conveniente recordar muy claramente que no estamos escuchando sencillamente la narración de una conversación tal como fue, sino que se trata de una sofisticada composición teológica, con intenciones muy profundas y nada fáciles de detectar. Y que, claro está, se inscribe en el mundo mental e ideológico peculiar de Juan, enormemente alejado del nuestro; y que esta barrera cultural que nos separa del autor exige prudencia para no dar por válida cualquier conclusión.
De entre las muchas interpretaciones de que este texto puede ser objeto, nos vamos a fijar en dos dimensiones menos acostumbradas, y muy elocuentes para hoy: la de la superación de la religión y, consecuentemente, la apertura al diálogo interreligioso.
Está de moda el diálogo interreligioso en la teología y en el cristianismo en general. La situación del mundo actual no sólo lo posibilita sino que lo hace inevitable. El mundo actual está “barajado’ religiosamente. A diferencia del pasado, en el mundo actual las sociedades son plurales, cultural y religiosamente. Las migraciones, los intercambios de todo tipo, y la misma «mundialización», hacen que todas las religiones se encuentran hoy diariamente con las demás, mientras que durante milenios vivieron prácticamente aisladas, tan distantes, que cómodamente podían pensarse a sí mismas como únicas.
Jesús no vivió en un contexto religiosamente plural, como el nuestro, pero sí tenía que pasar por Samaria en sus viajes entre Galilea y Jerusalén. Este episodio simbólico del evangelio de Juan nos permite representarnos el comportamiento de Jesús respecto a este pueblo que, si bien no era propiamente de “otra religión”, era considerado incluso como más distante, por ser tenido como hereje, o cismático.
Jesús dialoga con la samaritana, incluso por propia iniciativa. Juan no nos lo presenta como a la defensiva o sólo respondiendo. La iniciativa original, el acercamiento al diálogo es de Jesús.
Puede ser importante destacar que Jesús dialoga interreligiosamente porque tiene un transfondo de «teología pluralista de las religiones», como podríamos decir en lenguaje actual, con evidente anacronismo. No es primero el diálogo, y después la teología de las religiones, sino al revés: porque se tiene una visión abierta de la relación entre las religiones, es por eso por lo que se puede dialogar interreligiosamente.
«¿Dónde hay que adorar, en Jerusalén o en Garitzín?», le pregunta la samaritana. O sea, más claramente, ¿cuál es la religión verdadera? Y Jesús tiene una respuesta verdaderamente revolucionaria, que todavía no han asimilado los teólogos del pluralismo religioso. Jesús no dice que Jerusalén o Gartizín resulten opciones inválidas (religiones falsas), pero sí dice que quien quiera ir más al fondo («los verdaderos adoradores») no va a tener que ir ni a un lugar ni a otro, no van a tener que vivir con una u otra religión, sino «en espíritu y en verdad», es decir, adentrándose verdaderamente en la «religación» profunda.
Es una respuesta revolucionaria: las religiones son relativas, hay algo más allá de ellas, a cuyo servicio están todas –o debieran estarlo–. No hay «una religión absoluta», a la que todas las demás deban ceder el paso. La única religiosidad absoluta (la “única religación verdadera”) es la «adoración en espíritu y en verdad», más allá de una u otra religión.
Un autor como Thomas Sheehan (The First Coming: How the Kingdom of God Became Christianity, Random House 1986), sostiene que la novedad de Jesús consiste en la abolición de todas las religiones, de forma que podamos redescubrir nuestra relación con Dios («religación») en el mismo proceso de la creación y de la vida, en la historia. Puede asustar semejante afirmación, pero sólo de entrada. Pensándolo bien, recordaremos que Jesús no «fundó» la Iglesia (es ésta la que se fundó después, y se fundó en Jesús). Jesús siempre se mantuvo judío, y nunca pensó en fundar otra religión, sino en todo caso en superarla. ¿Habrá sido el cristianismo una dimidiada inteligencia de lo que Jesús quería, aquello que luego cristalizó en el siglo IV en medio de los enormes condicionamientos históricos de aquella época marcada por un imperio en decadencia? ¿Será que hoy, en medio de una grave crisis de las religiones y particularmente de las instituciones religiosas, se nos presenta una nueva y mejor oportunidad de entender y poner en práctica el mensaje de Jesús? No sabemos, pero la vuelta a Jesús nos invita a reflexionar y discernir con humildad, y a buscar con paciencia.
Se extiende y se cita cada día más la distinción entre «religión y religación»... y aparece como más importante la segunda, la «religación» -sin atarse demasiado a su etimología-, mientras que la religión, las religiones, no serían más que formas concretas diferentes que esa dimensión profunda del ser humano ha adoptado en una determinada época de la historia. Lo importante -es obvio- no son las formas, sino el contenido que vehiculan, la dimensión profunda a la que responden. ¿Y quién nos dice que esa dimensión profunda de «religación» no puede asumir otras formas diferentes, o que no las está asumiendo ya, y que eso que llamamos «crisis de la religión» no sea más que una transformación hacia las formas que la religación va a adoptar en el próximo futuro? Probablmente la crisis de la religión va a ser -o está siendo ya- la mejor oportunidad de la religación.
Respecto a la gravedad de la crisis de las religiones, se puede consultar un documento reltivamente reciente, significativo, el Informe Jóvenes españoles 2010 (Fundación Santa María, Madrid 2010, el octavo informe de la Fundación desde que comenzó en 1982). O esta amplia recopilación de datos y reflexiones de Héctor TORRES: http://alainet.org/active/55273&lang=es Y como fundamentación teórica, proponiendo una interpretación antropológico-cultural de la crisis global de la religión, recomendamos Mariá CORBÍ, Religión sin religión, PPC, Madrid 1986 (disponible en: www.servicioskoinonia.org/biblioteca), así como este artículo: http://servicioskoinonia.org/relat/352.htm

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 81 de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. LÓPEZ VIGIL, titulado «Junto al pozo de Jacob». El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí: http://radialistas.net/article/81-junto-al-pozo-de-jacob/ Puede ser escuchado aquí: http://radioteca.net/media/uploads/audios/%Y_%m/081.mp3  También el capítulo 82 tiene relación con el evangelio de hoy: http://www.untaljesus.net 

Para la revisión de vida

          Jesús dice a la samaritana que «los verdaderos adoradores, adorarán al Padre en espíritu y en verdad», es decir, con el corazón, desde lo profundo, y con las obras de la justicia y del amor, no tanto con ritos o prácticas de «la religión verdadera» (Jerusalén o Garitzín). Mi religión... ¿está todavía muy pendiente de lo superficialmente «religioso», o apunta hacia la profundidad de la «religación», de una «religión más allá de la religión formal»? ¿Qué tipo de culto le doy yo a Dios? ¿«En espíritu y en verdad»? ¿Veo el templo como un valor absoluto, o reconozco que Dios habita, sobre todo, en los pobres, en la justicia y el amor?

Para la reunión de grupo

-                 Las respuestas de Jesús a las dudas e inquietudes de la mujer samaritana se elevan a principios fundamentales que hoy han cobrado palpitante actualidad en el tema del “pluralismo religioso”. ¿Dónde hay que adorar, en Jerusalén o en Garitzín? ¿Cuál es «la religión verdadera»? ¿Qué sentido tiene esta pluralidad tan numerosa de religiones? ¿Hay una religión que es la verdadera frente a las demás? ¿El Tíber de Roma es mejor que el Jordán de Palestina, o el Ganges de la India, o el Támesis de Londres o cualquiera de los “ríos sagrados” que dan cauce a las expresiones religiosas de la humanidad? Analizar en grupo la respuesta de Jesús a la samaritana. Ver su aplicación hoy día no ya a la alternativa Jerusalén/Garitzín, sino a la problemática tan llamativa del pluralismo religioso.
-                  Tomar algún otro de los temas teóricos sugeridos en el comentario a las lecturas, con su bibliografía sugerida, y organizar una reunión de estudio.

Para la oración de los fieles

-                 Para que como Jesús tengamos una actitud de apertura y diálogo hacia todos los hermanos, sean de la religión que sean. Roguemos al Señor
-                 Para que acojamos con respeto y con cariño la pluralidad religiosa creciente de nuestras sociedades, cultivando actitudes de apertura, de convivencia fraterna y de colaboración. Roguemos al Señor.
-                 Para que pongamos el acento en ser religiosos «en espíritu y en verdad», como pedía Jesús, seguros de que ahí nos encontraremos con todos los hermanos y hermanas de todos los credos. Roguemos...
-                 Para que aquellos que, en nuestra sociedad moderna, mueren de sed de amor, de cariño, de compañía, encuentren personas cercanas y solidarias. Rogamos...
-                 Para que todos los que viven sirviendo a sus hermanos nunca desfallezcan por cansancio ni desánimo. Roguemos...
-                 Para que asumamos con esperanza los desafíos y las oportunidades que nos presenta la crisis actual de las religiones. Rogamos...

Oración comunitaria

          Dios, Padre Madre universal, que en Jesús nos indicas cuál es la verdadera religión, más allá de toda religión formal. Haz que comprendamos que ha llegado la hora en que como verdaderos adoradores te adoremos en espíritu y en verdad, en justicia y amor, en apertura y solidaridad con todos nuestros hermanos y hermanas. Como nos enseñó Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.

          Misterio infinito cuya sed han sentido todos los seres humanos desde el comienzo de su existencia... que has hecho emerger en la conciencia colectiva de los pueblos innumerables formas de reverencia, de adoración, de mística, de transcendencia... de religación o espiritualidad, expresada después, en los últimos milenios, en las religiones, grandes y pequeñas, de todos los pueblos...

2014-03-04

Acua01, SBL, Mt4,1-11: Jesús ayuna cuarenta días y es tentado (20140309_Mt4,1-11)

SERVICIO BIBLICO LATINOAMERICANO
Domingo 9 de marzo de 2014
Domingo 1º de Cuaresma, ciclo A
Francisca Romana, religiosa (1440)

Gn 2,7-9; 3,1-7: Creación y pecado de los primeros padres
Salmo responsorial 50: Misericordia, Señor: hemos pecado
Rom 5,12-19: Si creció el pecado, más abundante fue la gracia
Mt 4,1-11: Jesús ayuna cuarenta días y es tentado






Los comentarios bíblico-litúrgicos para ayudar a la elaboración de las homilías dominicales de este típico “domingo de las tentaciones”, el primero de cuaresma, suelen presentar en esta ocasión un sencillo paralelismo antagónico: la primera tentación fue la que se le presentó a Eva, que acabó en el pecado; pero ha habido otra tentación, la que sufrió Jesús en el desierto, que acabó en victoria, de la que podemos tomar ejemplo. En esta línea es muy fácil encontrar comentarios en la red. Por eso mismo quisiéramos nosotros hacer esta vez una aportación diferente, en sentido crítico. Obviamente, este aspecto no será apropiado en cualquier caso para convertirlo sin más en una homilía... pero creemos que tampoco sería bueno que una homilía olvide este aspecto crítico. En todo caso, cada agente de pastoral sabrá lo que su comunidad necesita, y sabrá encontrarlo en otros puntos de servicio bíblico-litúrgico de la red.
La primera lectura de este domingo reúne, resumidamente, dos importantes relatos bíblicos: el de la creación y el del pecado original. Son muy significativos, muy importantes, y hoy día, también muy problemáticos.
Es importante hacer recordar a los oyentes que estos textos, y todos los que forman el grupo de los once primeros capítulos del Génesis, que se refieren a los inicios de la «historia de la Salvación», han sido entendidos desde siempre de un modo literal. Todas las generaciones que nos precedieron en la fe los entendieron así. Seguramente que nuestros padres -y ciertamente nuestros abuelos- nunca pensaron otra cosa, y muchos cristianos mayores también lo piensan hoy día. Desde tiempo inmemorial, estos textos han fungido para muchísimas generaciones, como una fuente capital de su comprensión del mundo y de la historia. Las “coordenadas generales” que estos mitos trazan (Dios arriba, naturaleza abajo, un acto divino de creación que pone en marcha el cosmos, una creación del ser humano distinta a la creación de todos los demás seres, Dios que prohíbe comer el fruto del árbol, la desobediencia del ser humano que se convierte en el «pecado original» que transformará la suerte de toda la humanidad posterior –¡y del cosmos!–, el protagonismo principal de la mujer en este pecado, el enfado de Dios, su consecuente ruptura de relaciones con la Humanidad por haber comido ésta el fruto prohibido...), han sido para toda esa humanidad judeocristiana de los tres mil últimos años, el “paradigma” desde el que han entendido tanto el mundo, como a Dios, como a sí mismos, es decir, la realidad global. Estamos ante unos mitos religiosos ante los que hay que descalzarse, como quien pisa tierra sagrada.
Hace apenas cien años, en 1906, la Pontificia Comisión Bíblica –respaldada obviamente por la Inquisición romana, la actual Congregación para la Doctrina de la Fe, que todavía no se llamaba Santo Oficio–, reafirmaba solemnemente, y bajo pena de excomunión a quien no lo aceptara, que el contenido de los once primeros capítulos del Génesis es histórico, no mitológico. 
Es importante recordar a los oyentes que hoy no creemos que estos relatos haya que entenderlos así, literalmente. Es decir: que hoy sabemos que la Biblia no puede decirnos cómo fue el origen del cosmos, ni el del ser humano. Que la Biblia no contiene mensajes de física, ni de química, ni de biología evolutiva, ni de geofísica o astrofísica... que nos informen sobre todos esos campos. Y que por tanto se puede ser cristiano y aceptar lo que la ciencia nos dice hoy, incluidas las opiniones contrarias a tantas afirmaciones y supuestos incluidos en estos relatos bíblicos.
Es importante hacer caer en la cuenta de que esta nueva manera de entender los textos bíblicos no fue fruto de un descubrimiento fácil e ingenuo, sino una intuición laboriosamente trabajada por los biblistas y teólogos, que durante varios siglos han tenido que enfrentarse a la oposición y a la condena de las autoridades de sus respectivas Iglesias. Todavía hoy, en tiempo de Benedicto XVI, el biblista argentino Ariel Álvarez Valdés, doctor en teología bíblica por la universidad de Salamanca, fue públicamente adversado y perseguido por la Secretaría de Estado del Vaticano por no sostener de la historicidad de Adán y Eva y su pretendido pecado original (véase su propio testimonio en Youtube [http://www.youtube.com/watch?v=2Ys3kcwjbSY&list=PL84001F9AB27C6E32].  
Todo cristiano medianamente culto puede tener su opinión sobre el origen del mundo, igual que puede tener sus opiniones en medicina, en astronomía o en psicología, libremente, sin coacción, y sin que haya ninguna opinión «oficial» de la Iglesia en esos campos que pudiera ser «obligatoria». Los relatos bíblicos están en otro plano, un plano simbólico, que no afecta al campo autónomo de la ciencia. Esto es al menos lo que solemos decir hoy día, después del Vaticano II, pero sería más correcto reconocer que aquellos relatos no fueron concebidos, como decimos, meramente en un plano simbólico; para nuestros ancestros religiosos-y-culturales, esos relatos eran históricos, y con esa historia inventada, sin ningún fundamento científico, trataban de encontrar respuestas a problemas humanos y existenciales de muy diverso género (el mal, la felicidad, la vida, nuestro origen, nuestro fuuro...). Es ahora, sólo ahora, cuando nosotros, al ver que sus creencias expresadas en esos mitos estaba profundamente equivocadas –como hoy sabemos por la ciencia– sostenemos que esos mitos sólo podemos interpretarlos de un modo puramente simbólico. Nuestros antepasados –hasta nosotros mismos hace 50 años entre los católicos– los hemos considerado obligadamente históricos, literales, contados directamente por la misma boca reveladora de Dios.
Hay que dar claramente al público cristiano la buena noticia de que hoy no sostenemos que el símbolo judeo-cristiano del llamado «pecado original» tenga un fundamento histórico. No hay por qué sostenerlo. Más bien resulta prácticamente imposible que lo tenga, por cuanto lo más probable es que no hubo un solo filum biológico evolutivo de surgimiento de nuestra especie, y el poligenismo es hoy la opinión más común de la ciencia. La proclamación que la Iglesia católica hizo del monogenismo en el siglo pasado se debió al espejismo (que todavía sufría) de pensar que el significado del símbolo del pecado original dependía efectivamente de un pecado histórico real que habría cometido una primera pareja de la que descendemos absolutamente todos los hombres y mujeres.
Resulta especialmente importante aclarar que hoy día resulta del todo inverosímil -teológicamente hablando- todo el conjunto simbólico de la tentación y el pecado original: pensar que toda la humanidad esté en una situación de postración espiritual (que sea una massa damnata, una «muchedumbre condenada», como repetía san Agustín) a raíz de un supuesto primer pecado de una inexistente primera pareja, y pensar que debido a ello Dios habría roto sus relaciones con la Humanidad, y que esa ruptura no podría ser superada sino nada menos que con la sangre de la muerte en cruz del Hijo de Dios, tal y como ha sido presentado por la tradición más común y constante del cristianismo, resulta hoy absolutamente inaceptable. Deben por tanto sentirse aliviados todas las personas que se sienten incómodas ante las acostumbradas explicaciones homiléticas al respecto, tan parecidas a las catequesis infantiles que recibimos cuando fuimos niños, y como nosotros, todas las generaciones cristianas durante más de milenio y medio.
Otras varias salvedades y comentarios críticos también muy importantes se podrían hacer entre los temas implicados en esos dos grandes relatos bíblicos que han sido juntados en la primera lectura de este domingo (por ejemplo sobre la «transcendencia» de Dios, que ahí se presenta como obvia, sobre la imagen misma de “theos”, la visión negativa de la realidad que conlleva la creencia en un primer «pecado primordial», la terrible inferiorización y culpabilización de la mujer causada por ese texto...). Ya hemos dicho que no pretendemos que esta lista de advertencias críticas sea el contenido de una homilía, sino simplemente el trasfondo crítico a tener en cuenta a la hora de hablar de las “tentaciones” y del “pecado”, para lo que sin duda se encontrará mucho material en los numerosos portales de servicio bíblico de la red.
Es importante que digamos claramente, e insistamos, en que se puede ser cristiano y ser «persona de hoy» en las propias opiniones científicas. Y que hay otras formas de hablar del la realidad del mal y del pecado, que la de tomar como referencia unos mitos religiosos elaborados hace dos milenios y medio.
Finalizamos diciendo que ya que tantas veces hemos insistido en el pecado original y en sus fatales consecuencias para toda la humanidad, sería bueno compensar esa actitud refiriéndonos a lo que hoy intuye la teología de frontera: que, más bien, lo original no fue un pecado, sino una bendición... Puede ayudar el libro de FOX, Mathew, “Original Blessing”, Bear & Company 1983; traducido como: La bendición original. Una nueva espiritualidad para el hombre del siglo XXI, Obelisco, Barcelona 2002, 410 pp

El evangelio de hoy (la escena de las tentaciones de Jesús) es dramatizado en el capítulo 9 de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. LÓPEZ VIGIL, titulado «Bajo el sol del desierto». El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1100009 Puede ser escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap09b.mp3 

Para la revisión de vida

          Comienza uno de los llamados «tiempos fuertes» del año litúrgico. No precisamente un tiempo «light», ni siquiera un tiempo ordinario. ¿Qué voy a hacer para que esta Cuaresma no se me pase sin darme cuenta, sino viviéndola a fondo? La Cuaresma es una «cuenta regresiva» de 40 días hasta la Pascua… El objetivo al que apuntamos desde el principio de la Cuaresma es la Pascua misma…

Para la reunión de grupo

-                 El objetivo del relato del pecado de Adán y Eva no es contar un pecado concreto, por muy importante que pudiera ser; el texto es un «mito» bíblico para algo más profundo: «explicar» la presencia del mal en el mundo. ¿Por qué hay mal? ¿Por qué el dolor? ¿Por qué la muerte?... De eso es de lo que el relato bíblico está hablando, a su manera «mítica». ¿Podemos expresar nosotros su mensaje de una forma más “racional” o “teológica”? O sea: ¿cuál es el mensaje teológico del mito del pecado original?
-                 Con el relato de las tentaciones de Jesús ocurre algo parecido: no es la crónica o el reportaje periodístico de algo que le pasó a Jesús, sino una composición simbólica que quiere darnos un mensaje teológico. Es claro que no conocemos ningún fundamento histórico para ese relato; muy probablemente, nadie lo tuvo, ni siquiera quienes lo redactaron. El texto es, obviamente, una composición literaria con intenciones teológicas. Las tres tentaciones que se dice que sufre Jesús corresponden a tres grandes dimensiones de la respuesta de fe del pueblo de Israel (de ahí el paralelismo que establece con el Primer [o Antiguo] Testamento) y de todo ser humano. ¿Cuáles son esas grandes dimensiones? ¿Estamos de acuerdo con esa teología? Veinte siglos más tarde, ¿lo expresaríamos nosotros igualmente o con alguna variante añadida?
-                 El teólogo Mathew Fox insiste en que el verdadero principio de nuestra historia no es un pecado original, sino una «bendición original»... Comentar.

Para la oración de los fieles

-                 Para que la Iglesia confíe siempre y por encima de todo en la Palabra de Dios y en su fuerza liberadora. Roguemos al Señor...
-                 Para que hagamos caso a las voces que nos llaman a buscar una sociedad más justa y un ser humano más fraterno. Roguemos...
-                 Para que nos reafirmemos cada día en nuestra fe en un Dios de vida y de vivos. Roguemos...
-                 Para que, frente al individualismo y el egoísmo, nosotros pongamos el valor de la solidaridad entre las personas. Roguemos...
-                 Para que seamos conscientes de que Dios está siempre a nuestro lado, aunque a veces no lo parezca, en la tentación y en las dificultades. Roguemos...
-                 Para que la Eucaristía que celebra nuestra comunidad nos anime a ser más consecuentes con nuestra fe y nuestra esperanza. Roguemos...

Oración comunitaria

          Oh Dios que sabes que nuestra vida humana está sometida a tantos influjos, presiones, tentaciones, repulsiones… y también a tantos estímulos, inspiraciones y buenos ejemplos; te pedimos que la atracción y el influjo del bien sea mucho más fuerte en nuestra vida que la tentación y la fuerza del mal, y que el ejemplo modélico de Jesús nos ayude a seguirle por el camino del amor y la entrega de la vida al servicio del bien. Te lo pedimos por Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.

          Señor, tú que animas nuestra fe, consolidas nuestra esperanza y fortaleces nuestro amor, haz que apostemos siempre por el bien, la justicia y la paz, de modo que tu Reino crezca siempre, superando toda tentación de construir este mundo y esta sociedad desde intereses egoístas y antropocéntricos. Te lo pedimos por Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.