CICLO A, 22 de Mayo de 2008
“Aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan” (1-Cor 10, 17)
En la solemnidad del Cuerpo de Cristo celebramos la fiesta de la Comunión. Cuando comulgamos entramos en comunión íntima con el Señor, y los que comulgamos estamos entre nosotros en comunión porque formamos el Cuerpo de Cristo. En nuestra parroquia, es sobresaliente la desintegración e individualismo porque el principal motivo de alejamiento de la Misa y de los Grupos Apostólicos es la decidia, la pereza y la falta de tiempo. Y se percibe como obstáculo eclesial el desconocimiento de la Iglesia, sus procesos, su plan de pastoral, sus problemas.
Nos dice el Sr. Cardenal Francisco Robles Ortega que “La comunión y la caridad deben ser el distintivo de los cristianos y del mismo modo se puede decir que la autenticidad de nuestro seguimiento de Cristo radica en la intensidad con la que vivimos este mandato de Cristo. / La comunión… es una relación mutua que nace de la participación en la misma Eucaristía.” (Jesucristo: Camino, Verdad y Vida, 2006). Por su parte, nuestros Obispos de Aparecida nos dicen que “Hoy, más que nunca, el testimonio de comunión eclesial y la santidad son una urgencia pastoral” (DAP 368).
Creemos que es urgente convertir nuestra Parroquia en una red de comunidades y grupos, articulados y en comunión, en la que se proclame, estudie y reflexione la Palabra de Dios (DAP 172; DEJST 178-179). Por eso hemos iniciado un proceso de Misión Permanente, a través del establecimiento de Pequeñas Comunidades, que nos permita acrecentar la comunión en toda nuestra parroquia. Para lograrlo, primero necesitamos comulgar periódicamente el Cuerpo de Cristo y reflexionar su Palabra.
“Aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan” (1-Cor 10, 17)
En la solemnidad del Cuerpo de Cristo celebramos la fiesta de la Comunión. Cuando comulgamos entramos en comunión íntima con el Señor, y los que comulgamos estamos entre nosotros en comunión porque formamos el Cuerpo de Cristo. En nuestra parroquia, es sobresaliente la desintegración e individualismo porque el principal motivo de alejamiento de la Misa y de los Grupos Apostólicos es la decidia, la pereza y la falta de tiempo. Y se percibe como obstáculo eclesial el desconocimiento de la Iglesia, sus procesos, su plan de pastoral, sus problemas.
Nos dice el Sr. Cardenal Francisco Robles Ortega que “La comunión y la caridad deben ser el distintivo de los cristianos y del mismo modo se puede decir que la autenticidad de nuestro seguimiento de Cristo radica en la intensidad con la que vivimos este mandato de Cristo. / La comunión… es una relación mutua que nace de la participación en la misma Eucaristía.” (Jesucristo: Camino, Verdad y Vida, 2006). Por su parte, nuestros Obispos de Aparecida nos dicen que “Hoy, más que nunca, el testimonio de comunión eclesial y la santidad son una urgencia pastoral” (DAP 368).
Creemos que es urgente convertir nuestra Parroquia en una red de comunidades y grupos, articulados y en comunión, en la que se proclame, estudie y reflexione la Palabra de Dios (DAP 172; DEJST 178-179). Por eso hemos iniciado un proceso de Misión Permanente, a través del establecimiento de Pequeñas Comunidades, que nos permita acrecentar la comunión en toda nuestra parroquia. Para lograrlo, primero necesitamos comulgar periódicamente el Cuerpo de Cristo y reflexionar su Palabra.
Agustín, pbro.