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2017-11-28

El Papa recuerda que Jesús juzgará a las personas por su servicio a los necesitados

El Papa recuerda que Jesús juzgará a las personas por su servicio a los necesitados

El Papa Francisco reza el Ángelus en el Vaticano. Foto: L'Osservatore Romano

VATICANO, 26 Nov. 17 / 06:25 am (ACI).- Durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, este domingo 26 de noviembre Solemnidad de Cristo Rey del universo, el Papa Francisco recordó que Jesús, además de pastor, también es Rey y Juez, y que al final de los tiempos "nos juzgará de nuestros actos dirigidos a servirle en nuestros hermanos más pequeños y necesitados".

El Santo Padre recordó que la realiza de Jesús "es una realeza de guía, de servicio, y también una realeza que, en el fin de los tiempos, se afirmará como juicio. Hoy tenemos delante de nosotros a Cristo como Rey, pastor y juez, que muestra los criterios de pertenencia al Reino de Dios".

"La página evangélica se abre con una visión grandiosa. Jesús, dirigiéndose a sus discípulos, dice: 'Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con Él, se sentará en el trono de su gloria'. Se trata de la introducción solemne a la historia del juicio universal", explicó.

Francisco destacó que, "después de haber vivido la existencia terrena en humildad y en pobreza, Jesús se presenta ahora en la gloria divina que le pertenece, rodeado de los ejércitos angélicos. La humanidad entera es convocada ante Él, y Él ejerce su autoridad separando a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras".

Entonces, comenzará el Juicio: "A aquellos que ha situado a su derecha les dice: 'Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme'".

Ante esta afirmación, "los justos se sorprendieron, porque no recordaban haberse encontrado nunca con Jesús, y mucho menos el haberlo ayudado de esa manera. Entonces Él aclara: 'En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis'".

"Estas palabras –continuó el Papa– no dejan nunca de golpearnos, porque nos revelan hasta dónde llega el amor de Dios: hasta el punto de identificarse con nosotros, pero no cuando estamos bien, cuando estamos sanos y felices. No, sino cuando estamos en necesidad. Y oculto de esta manera, se deja conocer, nos tiende la mano como un sin techo".

De ese modo, "Jesús nos revela el criterio decisivo de su juicio, es decir, el amor concreto por el prójimo en dificultad. Y así se revela el poder del amor, la realeza de Dios: solidaria con el que sufre para suscitar en todo lugar actitudes y obras de misericordia".
"La parábola del juicio continúa presentando al Rey que aleja de sí a aquellos que durante su vida no se preocuparon por las necesidades de sus hermanos. También en este caso se quedan sorprendidos y preguntan: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?'. De ese modo, querían decir: 'Si te hubiésemos visto, seguramente te habríamos ayudado'. Pero él responde: 'En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo'".

El Papa insistió: "En el final de nuestra vida seremos juzgados del amor, es decir, de nuestro empeño concreto de amar y servir a Jesús en nuestros hermanos más pequeños y necesitados". Y recordó: "Aquel sin techo, aquel necesitado que tiende la mano es Jesús. Aquel enfermo que debo visitar es Jesús. Aquel encarcelado es Jesús. Aquel hambriento es Jesús. Pensemos en ello".

"Jesús vendrá al fin de los tiempos para juzgar a todas las naciones, pero viene donde nosotros todos los días, de muchos modos, y nos pide que lo acojamos. La Virgen María nos ayude a encontrarlo, a recibirlo en su Palabra y en la Eucaristía, y al mismo tiempo en los hermanos y en las hermanas que sufren el hambre, la enfermedad, la opresión, la injusticia", finalizó.


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Papa Francisco: La persona no es solo trabajo https://t.co/W3HHWYfO24
— ACI Prensa (@aciprensa) 24 de noviembre de 2017

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2014-11-03

Aord32, SBL_Mt 25,1-13: ¡Que llega el esposo, salgan a recibirlo! (20141109)

Servicio Bíblico Latinoamericano 
Domingo 9 de noviembre de 2014
32º domingo de tiempo ordinario - Ciclo A
Dedicación de la Basílica de Letrán

  • Sab 6,12-16: Encuentran la Sabiduría los que la buscan
  • Salmo responsorial 62: Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
  • 1Tes 4,13-18: A los que han muerto, Dios, por medio de Jesús. Los llevará con él
  • Mt 25,1-13: ¡Que llega el esposo, salgan a recibirlo!





En estos domingos «finales» del año litúrgico, los textos nos dirigen una invitación a reflexionar sobre el «fin» de toda existencia. Éste fin es considerado no sólo como la meta en que la vida adquiere realización o acabamiento, sino también como la meta del caminar histórico colectivo del ser humano y de la realidad toda. Semanas para contemplar este aspecto ineludible de nuestras vidas.

La primera lectura, del Libro de la Sabiduría, es un himno que canta los maravillas de la Sabiduría. Ésta sale al encuentro de quienes la buscan, de quienes la aman, y ella misma se muestra. La sabiduría es una cualidad, una manera en que Dios se manifiesta a quienes realmente le buscan. La única condición para que este encuentro se llegue a dar, es estar abierto a la sabiduría, buscarla; como se busca a Dios. (Importante darse cuenta de que la Sabiduría es presentada en este libro como «personificada», pero no «hipostasiada»: la personificación es simplemente una figura literaria, una forma de hablar).
Por su parte Pablo, en la carta a los Tesalonicenses, intenta responder las dudas de algunos hermanos que han ingresado hace poco a la comunidad. Estos hermanos consideran desfavorecidos a los difuntos porque iban a estar ausentes de la cercana venida del Señor. Pablo reafirma la enseñanza que él recibió. Los que murieron en Jesús estarán presentes con él en el último día. Ellos resucitarán en primer lugar y los que quedemos seremos llevados al Señor. Por que si creemos que Jesús murió y resucitó, Dios llevará consigo a quienes murieron en Jesús, pues para Pablo en el bautismo, expresión de conversión, nos sumergimos en la muerte del Señor para resucitar con él; así mismo quienes murieron con Cristo resucitan con él porque han participado del camino, del seguimiento, y la alegría por continuar anunciando la Utopía de Dios, que llamamos Reino. Terreno difícil para distinguir lo que es sustancia de nuestra fe –o de nuestra esperanza- sin confundirla con una cosmología o mitología del tiempo y de la cultura helenista que no era la de Jesús... teniendo en cuenta que la cosmología o representación de la vida y la muerte en la cultura de la sociedad en que vivió Jesús tampoco son para nosotros «Palabra de Dios»...

El evangelio del día de hoy nos trae la parábola de las diez vírgenes, prudentes y necias, que estaban esperando al novio. No dice a sus novios o a los novios. «El novio» designa a Jesús mismo (Mateo 9, 15). Y recordemos que el reino de Dios también es simbolizado con un banquete de bodas...
La parábola nos enseña que el final de cada persona depende del camino que se escoja, que de alguna manera, la muerte es consecuencia de la vida –prudente o necia- que se ha llevado. Muchachas necias son las que han escuchado el mensaje de Jesús pero no lo han llevado a la práctica. Muchachas prudentes son las que lo han traducido en su vida, por eso entran al banquete del Reino. De esta manera, la lectura del evangelio se enmarca en la preocupación de los cristianos recién convertidos de la comunidad de Tesalónica, Grecia, (los Tesalonicenses), la preocupación por el final de los tiempos.
La parábola es una seria llamada de atención para nosotros. "ustedes velen, porque no saben el día ni la hora". No dejen que en ningún momento se apague la lámpara de la fe, porque cualquier momento puede ser el último. Estén atentos, porque la fiesta de la vida está teniendo lugar ya, ahora mismo. El Reino está ya aquí. Enciendan las lámparas con el aceite de la fe, con el aceite de la fraternidad, de la caridad mutua. Nuestros corazones llenos así de luz nos permitirán vivir la auténtica alegría aquí y ahora. Los demás, los que viven a nuestro alrededor se verán también iluminados, conocerán también el gozo de la presencia del Novio esperado. Jesús nos pide que nunca nos falte ese aceite en nuestras lámparas.

Ciertamente tenemos que aprovechar el momento presente, pero para construir fraternidad, no para buscar de manera egoísta nuestro propio bienestar. Las vírgenes necias pusieron otro aceite en sus lámparas: el que sólo sirve para alumbrar egoístamente nuestro camino. No pudieron entrar en la fiesta de la boda. Y si hubiesen entrado no hubiesen entendido absolutamente nada. En la fiesta de la hermandad los que sólo miran por su propio interés se aburren.
Sería bueno preguntarnos de qué tipo es el aceite que alimenta nuestras lámparas. Sería bueno examinar cómo trabajamos día a día para aumentar la intensidad de nuestro fuego, y de nuestras reservas. ¿O acaso desperdiciamos las ocasiones de crear fraternidad, de amar y servir a los hermanos?

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 70 de la serie «Un tal Jesús», de los hermanos LÓPEZ VIGIL, titulado «Con las lámparas encendidas». El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1300069 Puede ser escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap69b.mp3 

Para la revisión de vida

          Mi vida: ¿es una vida de futuro, de esperanza...? ¿Pienso en el futuro decisivo? ¿Me lo planteo suficientemente, a pesar de su misteriosidad?
          ¿Está nuestra vida demasiado absorbida por los detalles pequeños y diarios, sin previsión de futuro, sin la prudencia de poner en el centro la búsqueda de la Utopía del Reino?

Para la reunión de grupo

-                 Estos domingos últimos los temas de los evangelios son la esperanza, el futuro, el final... y sus evangelios están tomados del capítulo 25 de Mateo. Repasemos las características de la parte apocalíptica que está al final de los evangelios sinópticos...
-                 Sabiduría no es erudición, sino saber entender y vivir la vida, saber analizar las cosas, las situaciones y experiencias... con los ojos de Dios. Digamos qué es la sabiduría con palabras y referencias de hoy. ¿Dónde está la sabiduría en nuestra civilización actual?
-                 La carta a los tesalonicenses dice: «No queremos que vivan ustedes como personas que no tienen esperanza»... Preguntémonos: la esperanza... ¿es sólo de los cristianos? ¿Pueden tener esperanza los ateos? ¿Se puede tener esperanza si no se cree en la resurrección?
-                 Comentar, si se recuerda, aquella imagen del «mártir ateo», de Ernst Bloch. O la expresión de Enrique Tierno Galván: ser agnóstico implica «saberse establecer cómodamente en la finitud»...
-                 El llamado a la «vigilancia» es un mensaje recurrente en el evangelio. En la parábola de hoy es claro. En un contexto cultural en el que el «gran relato» religioso establecía que esta vida era sólo una «prueba» que Dios nos pone para enviarnos tras la muerte a la «vida definitiva del cielo o del infierno» la «vigilancia» tenía un sentido obvio y capital, central incluso. ¿Mantiene hoy el mismo sentido? ¿Por qué? ¿Cómo expresaríamos hoy el «megarrelato» religioso? ¿Qué sentido puede tener hoy la invitación a la «vigilancia»?

Para la oración de los fieles

-                 Por la Iglesia, para que renueve su esperanza y sepa ofrecerla con humildad a la humanidad. Oremos.
-                 Por todos aquellos que buscan conocer la vida en profundidad, para que se encuentren con el Dios Padre que cuida de todos nosotros y nos llama a vivir como hermanos. Oremos.
-                 Por todas las personas, para que encuentren en su vida la luz que les lleve a discernir y dejar los ídolos que alienan y no salvan. Oremos.
-                 Por todos aquellos que viven afligidos al ver la muerte como un callejón sin salida, para que la Buena Noticia los abra a la esperanza y dé sentido a sus vidas. Oremos.
-                 Por todos los que viven instalados en lo superfluo de la vida, para que descubran la hermosa tarea que tenemos todos de transformar el mundo en una sociedad solidaria. Oremos.
-                 Por todos los difuntos, para que gocen ya de a deseada plenitud de la vida, junto al Padre. Oremos.

Oración comunitaria

          Dios, Padre nuestro, ayúdanos para que sepamos vivir con toda responsabilidad y esperanza, como nos enseñó Jesús, de manera que se alejen de nosotros el desánimo, la tristeza y la desesperanza y podamos trabajar libremente en la construcción de tu Reino. Por Jesucristo.

          Dios Padre y Madre de toda la Humanidad, que nos invitas a vivir con intensidad nuestra corta vida, cuidando siempre de que el aceite arda en las lámparas de nuestros corazones: ayúdanos a amar a fondo a todo lo que vive y existe, y a ser dadores de vida y de esperanza. Esto nosotros te lo pedimos apoyados en Jesús, tu hijo, hermano nuestro. Amén.

2013-11-11

Cord33_Lc21,5-19: Con su perseverancia salvarán ustedes sus vidas (SBL20131117)


Servicio Bíblico Latinoamericano
Domingo 17 de noviembre de 2013 - Ciclo C
33º domingo del Tiempo Ordinario
Isabel de Hungría, reina y religiosa (a. 1231)

Mal 3,19-20: Los iluminará un sol de justicia
Salmo Responsorial 97: El Señor llega para regir la tierra con justicia
2 Tes 3,7-12: Quien no trabaja, que no coma
Lc 21,5-19: Con su perseverancia salvarán ustedes sus vidas



Estamos ya en el  final del año litúrgico, y el tema de las lecturas de este domingo es también el del «final de los tiempos», el final del mundo. De hecho, en el evangelio hay numerosos pasajes que aluden a este tema, los famosos textos «apocalípticos», pues el género «apocalíptico» era muy del gusto de los creyentes de aquellos tiempos.
Durante la historia del cristianismo, también el final del mundo ha sido un tema siempre presente. Formaba parte de la identidad cristiana, diríamos. Ser cristiano implicaba creer que nuestra vida va a acabar con un juicio de Dios sobre nosotros, y también la existencia del mundo como conjunto: Dios decidiría en algún momento -muy probablemente por sorpresa- el final del mundo, y toda humanidad sería convocada a juicio, en el Valle de Josafat por más señas, junto a la muralla oriental del templo de Jerusalén (lo que convirtió a ese valle en un cementerio muy cotizado...).
Este concepto del final del mundo estaba enmarcado (hasta ayer mismo, cuando nosotros éramos niños) dentro del contexto de una cosmovisión que imaginaba a Dios como un «Señor todopoderoso», situado fuera del mundo, encima, en un segundo piso celestial, observando y con frecuencia interviniendo en el mundo, en el que se debatía la humanidad que Él había creado allí para superar una prueba y pasar a continuación a la vida definitiva, que ya no sería aquí en la tierra, sino en otro lugar, en «un cielo nuevo y una tierra nueva», porque la vieja tierra sería destruida con el final del período de prueba de la Humanidad. A continuación ya todo sería una vida eterna en el cielo -o en el infierno tal vez para algunos-.
Ruboriza hoy, y casi parece caricatura, contar o describir aquella visión que durante siglos se identificó con la doctrina cristiana... Durante siglos la creyeron revelada por Dios mismo. Dudar de aquella visión o de cualquiera de sus detalles era tenido como un pecado (grave) de «falta de fe» y -peor aún- como un desacato a la revelación (todavía más grave). Sobre la visión global o el «gran relato» –porque realmente era un relato– que el cristianismo presentaba (pecado original, juicio particular, juicio universal, cielo, purgatorio o infierno...) no era permitido dudar.
Hoy nos podemos llevar las manos a la cabeza al caer en la cuenta de qué parte tan grande de toda esta visión estaba constituida por tradiciones mitológicas ancestrales, pensamiento platónico... ¡Genial Platón!, que logró crear una «imagen» del mundo que cautivaría la imaginación de la humanidad por generaciones y generaciones, durante varios milenios... hasta hoy.
La revolución científica comenzada en el siglo XVI fue destruyendo aquella cosmovisión platónico-aristotélica del cristianismo: las esferas celestiales, los siete cielos, la separación entre el mundo perfecto supra-lunar y el imperfecto o corruptible o infra-lunar, la descripción tan viva de los «novísimos» (muerte, juicio, infierno y gloria...). Pero lo que en la visión científica o el conocimiento simplemente físico de las personas iba desmoronándose, se refugiaba en la visión religiosa, como si el cielo de la fe fuera el aristotélico-platónico, aunque el cielo astronómico fuera totalmente otro.
Hoy día, con el avance que la ciencia ha realizado, la escatología (rama de la ciencia que trata del «eskhatos, lo último») no sabe dónde colocar eso último, ni cómo conectarlo con lo que hoy sabemos todos. Y por eso cuesta seguir hablando de «lo último» dentro de las coordenadas teológicas tradicionales: unas realidades últimas que eran pensadas como conectadas directamente con la «prueba» y el «juicio de Dios» sobre nosotros, y una «vida eterna» vista como el premio o castigo correspondiente... La vida, la muerte, y la posible continuidad o no de la vida... todo ello era planteado en las coordenadas de aquella visión mítica (Dios arriba, que decide crear una humanidad y la pone a prueba para llevar a quienes la superen a la vida eterna...).
Tan acendrada está esta convicción mítica del «Dios que crea a los humanos en una vida provisional para probar si pueden acceder a la vida eterna», que todavía hoy, muchos cristianos, no sólo siguen pensando así, sino que no ven la posibilidad de que vida, muerte y más allá de la muerte sean dimensiones existenciales humanas que deban dejar de ser «utilizadas» con la idea de premios y castigos de Dios a los humanos por su conducta. Muchos predicadores tendrían hoy dificultades para enfocar su homilía superando esa interpretación tradicional...
Pero afortunadamente, «otro cristianismo es posible». Es posible... porque ya es real: ya lo viven muchos, y algunos incluso dan razón de esta su fe, y su nueva esperanza, desligada de premios y castigos. No es éste el lugar para presentar toda una escatología renovada, pero sí para remitir a tres obras recomendables a quien trate de replantear su fe fuera del paradigma premoderno mítico:
- Roger LENAERS sj, Otro cristianismo es posible, Abya Yala, Quito, Ecuador, 2006 (tiempoaxial.org), y
- las «12 tesis del obispo John Shelby SPONG», que pueden ser encontradas en la mayor parte de los buscadores de internet.
- la revista Concilium dedicó recientemente un número monográfico a la «resurrección de los muertos», en noviembre de 2006 (el número 318).

Completamos con una referencia tradicional a las tres lecturas de hoy:

Malaquías, a través de un lenguaje apocalíptico, alienta al pueblo justo que sirve enteramente al Señor, indicándoles que ya llegará el día en que se hará sentir la justicia de Dios sobre los que no guardan su ley; que ellos no son los que realmente dirigen el caminar de la historia, sino que es el Dios amante de la vida quien la guía, conduciéndola por el camino de la paz y de la vida. Todos los que caminan por el camino del Señor serán iluminados por el “sol de la justicia” que irradia su luz en medio de la oscuridad, en medio del dolor y la muerte.
El salmo que leemos hoy es un himno al Rey y Señor de toda la Creación, quien dirige con justicia a todos los pueblos de la tierra, quien es amoroso y fiel con el pueblo de Israel. Dios es un Dios justo, que merece ser alabado por todos, pues ha derrotado la muerte y ha posibilitado la vida para todos; por ello toda la Creación lo alaba, celebra la presencia de ese Dios misericordioso y justo en medio del pueblo liberado. Es un salmo de agradecimiento por los beneficios que el pueblo ha recibido por tener su esperanza puesta en el Dios de la Vida.
Muchos de los creyentes de Tesalónica, específicamente las “clases superiores”, pensaron que no debían preocuparse por las cosas de la vida cotidiana, como el trabajo, y que más bien debían esperar, de brazos cruzados, la inminente venida del Señor y dedicarse a la ociosidad. Pablo llama fuertemente la atención sobre esta errada actitud, pues son personas que viven del trabajo ajeno, son explotadores de los otros (esclavos) y que, gracias a ello, acumulan riquezas sin esforzarse en absoluto. Es a ellos a quienes Pablo se dirige fuertemente: el que no quiere trabajar que no coma (v.10), ya que esta actitud no es propia de la enseñanza de los apóstoles.
Puede ser que la presencia magnífica del templo de Jerusalén alentara la fe de los judíos hasta el punto de ser más significativos la arquitectura y el poder de la religión que el mismo Dios de Israel; pudo ser que fueran más importante los sacrificios, el ritual, la construcción majestuosa que las actitudes exigidas por el mismo Dios para un verdadero culto a él: la misericordia y la justicia social. Por eso Jesús afirma que el templo será destruido, pues éste no posibilita una relación legítima con Dios y con los hermanos, sino que crea grandes divisiones sociales e injusticias que contradicen el fin de una experiencia de fe. Es importante ir descubriendo en nuestra vida que la experiencia de fe debe estar atravesada por el servicio incondicional a los demás, es así como vamos sintiendo el paso de Dios por nuestra existencia y es así como vamos construyendo el verdadero templo de Dios, el cual no se debe equiparar con edificaciones ostentosas, sino con la Iglesia-comunidad de creyentes que se inspira en la Palabra de Dios y se mantiene firme en la esperanza de Jesús resucitado.

El evangelio de hoy no está recogido en la serie «Un tal Jesús», pero en ella puede encontrarse varios episodios relacionados con el contenido de ese evangelio: www.untaljesus.net 

Para la revisión de vida

          Muchas sectas fundamentalistas anuncian desde estos textos el fin del mundo e invitan a la conversión para ser parte de los que se van a salvar. Otra gente, por sus múltiples ocupaciones, no se preocupa ni siquiera por el transcurrir de la historia y el desenvolvimiento de los acontecimientos. ¿Soy insensible ante los acontecimientos de injusticia, desigualdad y muerte que estamos viviendo?

Para la reunión de grupo

-                  El tema de la muerte y el más allá ha sido utilizado por el mensaje cristiano como un instrumento de miedo y de control. El temor a la muerte, al juicio de Dios, a la posibilidad de la «condenación», ha brillado como la estrella polar en el firmamento del imaginario cristiano milenariamente. Hoy se hace una gran crítica a esta utilización del mensaje. ¿Por qué?
-                 ¿Qué piensa el pensamiento moderno más avanzado sobre la transcendencia y el más allá de la muerte? ¿Qué aporta la nueva ciencia frente a la «ciencia materialista» de décadas pasadas? Hacer un pequeño «trabajo de campo» preguntando a la gente que está a nuestro alcance qué piensan sobre estos temas, y por qué.

Para la oración de los fieles

-                 Por las comunidades cristianas que trabajan solidariamente por los pobres, marginados y excluidos, para que su testimonio de vida sea signo ante el mundo del Reino.
-                 Por todos los que trabajan por implantar en la tierra un nuevo orden social, para que sus luchas y esfuerzos vayan creando nuevos caminos de libertad.
-                 Por tantos cristianos insensibles ante el dolor y el sufrimiento de muchos de sus hermanos, para que el Espíritu de Jesús los toque en su corazón y puedan generar acciones que conforten y ayuden a los demás.
-                 Por los que son perseguidos por causa del evangelio, para que Jesús los acompañe, los conforte y les dé valor.
-                 Por la Iglesia, para que sea ante el mundo testimonio de Jesús y fermento en la construcción del reino de Dios.
-                 Por las victimas de la guerra; viudas, huérfanos y desplazados, para que el Señor suscite en muchos cristianos la generosidad y el amor solidario.

Oración comunitaria

          Dios Padre-Madre de la Humanidad, a quien todos los pueblos han buscado a tientas desde el origen de la historia, en mil formas religiosas, en las más diversas tradiciones espirituales que se han sucedido a lo largo de los milenios. Abre nuestros ojos y nuestras mentes para saber valorar la inmensa riqueza de tu acción en la historia, para que estemos abiertos a tu acción imprevisible, capaz de sorprendernos con nuevos caminos religiosos allí mismo donde nos parece ver crisis de la religión o increencia. Te lo pedimos asociándonos al clamor universal de todos los hombres y mujeres, pueblos y tradiciones, que te han buscado y encontrado a lo largo de la historia. Amén.
          O bien:
          Señor y Padre de la historia, enséñanos a transformar las relaciones entre los seres humanos haciendo una historia humana de amor, de libertad, de justicia, y de paz, que nos lleve a la construcción de la humanidad nueva donde se explicite de manera efectiva el Reino de Dios. Por Jesucristo Nuestro Señor.

2010-11-20

Constancia hasta el fin


Cord33, Constancia hasta el fin, 14 de Noviembre de 2010


Mal 3, 19-20a: Les iluminará un sol de justicia
Salmo 97: El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
2Tes 3, 7-12: El que no trabaja, que no coma
Lc 21, 5-19: Gracias a la constancia salvarán sus vidas


JESÚS DE NAZARET, advierte a sus discípulos sobre el falso mesías: 'Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado' A principios de 1980 había un testigo de jehová que todavía esperaba el fin de este sistema inicuo de cosas pronosticado por su organización religiosa para 1975, por lo que, a pesar de andar ya en los treinta años de edad, había decidido no casarse para estar totalmente concentrado en tan importante acontecimiento. Ya antes la Watchtower había pronosticado varias veces el fin y… parece que no ha sucedido nada. El superintendente de quien hablamos actualmente es abuelo. La W hace tales pronósticos del fin argumentando que las guerras, los terremotos, epidemias y el hambre son signo de que ya es tiempo. Otros han puesto otras fechas más cercanas, por ejemplo en el año 2000 –cuando se vendieron muchas velas por una supuesta obscuridad- y últimamente en el 2012. Pues bien, no solamente nadie sabe ni el día ni la hora, sino que lo realmente importante, nos dice Jesús, es dar testimonio de él.


La Palabra recomienda, con respecto a los falsos mesías, no dejarnos engañar (Lc 21, 8). En APARECIDA, los obispos afirman que "el testimonio de comunión eclesial y la santidad son una urgencia pastoral" (AP 368). La comunión eclesial, la cual se refiere al Pueblo de Dios y se sustenta en la comunión con la Trinidad (AP 155), se vive en la pertenencia a una comunidad concreta en la que podemos vivir una experiencia permanente de discipulado y de comunión con los Obispos y con el Papa (AP 156), se nutre con el Pan de la Palabra y con el Pan del Cuerpo de Cristo (AP 158). La Iglesia atrae cuando vive en comunión (Rom 12, 4-13; AP 159).


QUÉ LES PARECE si procuramos primero estar en comunión diaria con Dios Trinidad: con Dios misericordioso y providente, con Jesucristo pobre y misionero, y con el Espíritu Santo autor de la comunión. Qué les parece si tratamos de articularnos todas las parroquias para tratar de vivir el mandamiento del amor. Qué les parece si tratamos de articularnos todos los grupos apostólicos, los movimientos, las asociaciones, las Cebs o pequeñas comunidades, y pongamos nuestros carismas al servicio de toda la comunidad bajo la guía del Obispo y del párroco. ¿Complicado, verdad? Precisamente porque se levantará un grupo contra otro, un movimiento contra otro, un modelo de Iglesia contra otro. Sin embargo, quien se mantenga constante tratando de dar testimonio de comunión conseguirá la vida (Cf. Lc 21, 19)


Agustín, Pbro.