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2010-09-04

La humildad

Cord22, la humildad, 29 de Agosto de 2010

Eclo 3, 17-18. 20. 28-29: Hazte pequeño y alcanzarás el favor de Dios
Salmo 67: Preparaste, oh Dios, casa para los pobres.
Lc 14, 1.7-14: El que se enaltece será humillado

JESÚS DE NAZARET advertía a sus oyentes que construir el Reino de Dios era tan complicado como entrar por la “puerta estrecha”. Ahora Jesús explicita esta idea cuando nos invita a recibir el Reino con una actitud de humildad y de caridad preferencial hacia los pobres. Complicadísimo en la cultura actual en la que nos vemos tentados a creer que por nuestro ministerio, profesión, estudios, religión, estado económico, color de piel, etc. somos superiores a los demás; y pensamos que los demás debieran de obedecer y servir a nuestras necesidades o a veces a nuestros antojos. Así podría suceder en la parroquia, en la diócesis, en la familia o en la sociedad con sus gobernantes. Su párroco, obispo, padre de familia; su alcalde, su gobernante, su presidente, ¿es humilde y ha optado por los lisiados? ¿O es soberbio y ha optado por sí mismo ocupando el mejor lugar del banquete?

La Palabra dice que el que quiera ser el más grande, que se comporte como el menor, y el que gobierna, como un servidor (Lc 22, 26). San Pablo nos recomienda mirar a los demás como superiores. APARECIDA por su parte afirma que la Iglesia es casa de los pobres (AP 524 y 8). Asimismo reconoce que Dios nos ha creado libres y nos ha hecho sujetos de derechos y deberes (AP 104). Dignidad que el Evangelio nos exige proclamar (AP 390). Los laicos tienen derecho de participar hasta en las decisiones de la acción pastoral de la Iglesia (AP 211, 213 y 371).

QUÉ LES PARECE si nos proponemos tumbar del caballo de la soberbia a toda aquella persona que siguiendo su soberbia ha marginado a los pobres de su participación en muchos sentidos. Qué les parece si ayudamos a que los marginados se incorporen al banquete del Reino y ocupen los lugares que les corresponde. Qué les parece si empezamos a diseñar herramientas que nos permitan participar con creatividad en la Iglesia, en la familia y en los asuntos públicos de nuestra comunidad y país.

Agustín, Pbro.

2010-07-13

El buen samaritano

XV Domingo del Tiempo Ordinario
Ciclo C Ord., 11 de Julio de 2010
Anda y haz tú lo mismo".

Una persona violentada en su dignidad, es abandonada a su suerte por los más rigurosos cumplidores, sacerdotes y levitas, y es paradójicamente el de fuera, el samaritano (el “ilegal”, el que se sale de la norma) el que acude en auxilio del que anda tirado y sufre. Jesús, sabía de la fuerza que tiene el verdadero encuentro con los Otros, sobre todo si se trate de seres sufrientes. Nuestro prójimo no es más que ese Otro que aparece en nuestro camino, que necesita de nuestra mirada, de nuestro tiempo… de nuestra escucha. Aquel en el que, podemos estar seguros, Dios habita y a quien hemos de Amar con toda el alma, con todo el ser.

Hoy, aquí y ahora, quién es "mi prójimo"? Acaso los damnificados por el huracán alex? Acaso los desempleados? Acaso los hijos abandonados por sus padres que ambos tienen que trabajar para alcanzar comer? Acaso por los que van viviendo una vida sin sentido?

Aparecida dixit: Hoy queremos ratificar, incluso hasta el martirio, la opción del amor preferencial por los pobres hecha en las Conferencias anteriores [Medellín 14, 4-11; DP 1134-1165; SD 178-181]. Que sea preferencial implica que debe atravesar todas nuestras estructuras y prioridades pastorales. (AP 396)

Si queremos llevar a cabo la misión continental permantente, actuemos en consecuencia. No nos quedemos sólo en el plano teórico, como bien nos advierte el Magisterio: Ante la tentación del consumismo individualista, nuestra opción por los pobres corre el riesgo de quedarse en un plano teórico o meramente emotivo. Por tanto, se nos pide dedicar tiempo a los pobres, escucharlos, acompañarlos, compartir con ellos nuestro tiempo y buscar, desde ellos, la transformación de su situación (Lc 14, 13) (AP 397). Seámos sus amigos (AP 398).

Agendemos un tiempo a la semana...
Agustín, pbro.