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2014-09-07

Aord23, Cosme. La comunidad lugar de reconciliación, de justicia y de verdad (2014-09-07)

Aord23, Cosme. La comunidad lugar de reconciliación, de justicia y de verdad (2014-09-07)

  • Ez 33,7-9: Si no hablas al malvado, te pediré cuenta de su sangre
  • Salmo responsorial 94: Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: "No endurezcan su corazón."
  • Rom 13,8-10: Amar es cumplir la ley entera
  • Mt 18,15-20: Si te hace caso, has salvado a tu hermano

Las comunidades cristianas tenemos la tentación y la práctica de excluir y condenar a todos aquellos que no hacen lo que hacemos nosotros. Nuestra intolerancia es manifiesta sobre todo en las excomuniones, y en el rechazo de otras formas de vivir la fe; cosa que hacemos sin escuchar y sin dar otra oportunidad. Nos falta mucho para que nuestras comunidades sean realmente fraternas, sean un espacio de reconciliación y de verdad.

Ezequiel es profeta del exilio. Se presenta como el vigilante de su pueblo. La actitud vigilante es un rasgo del auténtico profeta. Estar atento a lo que pasa para alertar y prevenir al pueblo. El profeta verdadero está siempre atento a escuchar la Palabra de Dios. Lee los acontecimientos de la historia y los interpreta a la luz de la Palabra de Dios. El vigilante, está pendiente de los peligros que acechan al pueblo. El profeta tiene la misión de abrir los ojos. Pero también el pueblo puede aceptar o rechazar la interpelación profética. Lo que no está bien es pasar por alto el peligro. Hoy, como ayer, el profeta tiene que estar vigilante para prevenir a la comunidad.

El evangelio de Mateo nos presenta el pasaje que se ha denominado comúnmente la corrección fraterna. El texto revela los conflictos internos que vivía la comunidad de Mateo. Nos encontramos ante un texto que pretende enfrentar y resolver el problema de los conflictos comunitarios.
El pecado no es solamente de orden individual o moral. Aquí se trata de faltas graves en contra de la comunidad. Se trata de resolver los asuntos complicados en las relaciones interpersonales siguiendo la pedagogía de Jesús. 
El evangelista quiere dejar en claro que se trata, ante todo, de salvar al trasgresor, de no condenarlo ni expulsarlo de entrada. Lo que importa es salvar a la persona por todos medios.
 
Nuestro compromiso como creyentes es luchar por la verdad. Nuestras familias y comunidades cristianas deben ser, ante todo, lugares de reconciliación, de justicia y de verdad. 

Exigir respeto por las personas que se equivocan pero que quieren rectificar su error, es imperativo del Evangelio. Pero ante todo, el compromiso con la justicia, la verdad y la reconciliación es una actitud profética.
Es importante tomar en cuenta la afirmación de Jesús de que Él está presente donde dos o tres se reúnen en su nombre, no exige ni instituciones ni presencia de personalidades.

Construimos la comunidad de Jesús cuando, en su nombre, nos reunimos para construir el Reino: Hacer un mundo donde haya vida digna para todos.
Construimos la comunidad de Jesús cuando cambiamos nuestras actitudes excluyentes por actitudes de respeto, tolerancia e inclusión, ofreciendo otra oportunidad hacia quienes han fallado.
Construimos la comunidad de Jesús cuando nos esforzamos porque a todos niveles, nuestras comunidades sean espacios de reconciliación, de justicia y de verdad.
Somos auténticos centinelas (profetas) en la medida en que nos mantenemos atentos al acontecer de nuestro mundo e interpretamos los acontecimientos con los ojos de Dios y ponemos en alerta a nuestras comunidades.

Cosme Carlos Ríos 
Septiembre 06 14

2014-06-29

Aord13, Cosme, Cimiento y columnas de la comunidad cristiana

Aord13, 28 de junio de 2014
Cimiento y columnas de la comunidad cristiana

Hch 12,1-11: Era verdad: el Señor me ha librado de las manos de Herodes
Salmo responsorial 33: El Señor me libró de todas mis ansias
2Tim 4,6-8.17-18: Ahora me aguarda la corona merecida
Mt 16,13-19: Tú eres Pedro, y te daré las llaves del Reino de los cielos


En todas las construcciones el cimiento y las columnas sirven de base, sostienen y dan fortaleza al edificio. El cimiento se coloca en la parte inferior y las columnas al lado, nunca en la parte de arriba.
En la Iglesia se considera cimiento y columnas a los pastores que están al frente de las diferentes comunidades. Pero en el ejercicio de la autoridad, en la Iglesia, el cimiento y las columnas se colocan por encima de la comunidad y no sostienen, sino que son sostenidas por la comunidad, y las comunidades inmediatas sienten hacia ellas más temor que amor.

El libro de los Hechos nos refiere que mientras Pedro está en la cárcel por disposición del rey Herodes Agripa I,  la comunidad cristiana hace oración ferviente por él. Entre el cimiento (Pedro) y el edificio (la comunidad) hay una relación fraterna, de amor, de apoyo mutuo, que se muestra en la oración comunitaria.

La Carta a Timoteo pone en boca de Pablo estas frases: “Yo ya estoy para ser derramado como una ofrenda de libación, y el tiempo de mi partida ha llegado. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe”. Es esta entrega, (la vida ofrendada), esta fidelidad en la lucha, lo que distingue a los que Jesús eligió para ser cimiento y columnas de su comunidad.

En el Evangelio de hoy, Pedro declara que Jesús es el Mesías (El enviado del Padre) y Jesús lo llama bienaventurado por esa confesión de fe, y le promete constituirlo cimiento de su comunidad.
La comunidad de Jesús, de la que Pedro es cimiento, ha de ser el nuevo pueblo de Dios, en el que todos participan, un pueblo de servidores, un pueblo misionero.
A este pueblo se entra por el bautismo que confiere la mayor dignidad: la de ser hijos de Dios, Sacramento que nos introduce en una comunidad de hermanos.
Esta comunidad es un pueblo que se nutre de la Biblia y es la Biblia la que da vida a toda la Evangelización y Catequesis.
Es una Iglesia que, como Jesús y con Él, hace una opción por los pobres.
Pedro y sus sucesores en distinto grado serán cimiento, en la medida que, antes que los demás, confiesen, con hechos y con palabras, que Jesús es el Mesías que viene a entregar su vida por todos.
Serán cimiento en la medida en que sostengan, impulsen y unifiquen, en el amor de Jesús, a la comunidad de creyentes a la construcción del Reino.

ü Celebrar a San Pedro y San Pablo ha de significar para cada uno de nosotros ayudar a que los pastores sean cimiento y columnas que cargan sobre sí el peso de la comunidad y promueven la unidad desde el amor y no desde el temor.
ü Celebrar a San Pedro y San Pablo ha de significar para cada uno de nosotros ayudar a los pastores a que como Pablo lleven una vida entregada al servicio de los más pequeños.
ü Celebrar a San Pedro y San Pablo ha de significar para cada uno de nosotros confesar con hechos y palabras que Jesús es el enviado del Padre y el centro de nuestra vida.
ü Celebrar a San Pedro y San Pablo ha de significar para cada uno de nosotros un esfuerzo permanente por seguir a Jesús sin esperar recompensas, compartiendo y aceptado la cruz de la incomprensión y de la crítica que nos vienen en la lucha por el Reino.

Felicidades a mis hermanos que celebran hoy su aniversario de ordenación sacerdotal

Cosme Carlos Ríos
Junio 28 del 2014


2014-06-28

Aord12, Cosme, No tengan miedo (20140622)

Aord12, Cosme, 22 de junio de 2014 
No tengan miedo
(En México Corpus Christi se sigue celebrando el Jueves)


Ø Jeremías 20, 10-13: Libró la vida del pobre de manos de los impíos
Ø  Sal 68, 8-10. 14 y 17 33-3-5 (R. Que me escuche tu gran bondad, Señor)
Ø  Romanos 5, 12-15: No hay, proporción entre el delito y el don
Ø  Mateo 10, 26-33 : No tengáis miedo a los que matan el cuerpo

En las últimas semanas me he enterado de personas secuestradas: algunas, extorsionadas y maltratadas, han pagado rescate y están en libertad, otras continúan desaparecidas sin ninguna información.
Ante esta situación es misión de los creyentes, acompañar, apoyar y consolar a las víctimas; pero asimismo nos corresponde construir la paz que sólo se obtendrá mediante el restablecimiento de la justicia.
Tenemos que acompañar a las víctimas para exigir que se haga justicia y además de eso, como constructores de paz, nos corresponde organizarnos para reclamar a la autoridad y apoyarla en su tarea de justicia.
El miedo a comprometernos, el miedo a que nos pase algo, la desconfianza en los demás, nos llevan a encerrarnos y paralizan nuestra misión: Hay que vencer el miedo. Esto lo exige nuestra fe en Jesús.

El profeta Jeremías vivió la experiencia del antes, durante y después de que el pueblo de Israel fuera deportado a Babilonia tras ser derrotados por los babilonios.
Los jefes de Israel, la casa real, la clase sacerdotal, el ejército y gran parte del pueblo, a pesar de ser un pequeñísimo reino decidieron enfrentar al poderoso imperio babilónico.
Pusieron su seguridad en que los descendientes de David permanecerían siempre en el trono, en que el Templo de Dios era inviolable y la ciudad de Jerusalén (Ciudad de Dios) era indestructible
Jeremías, un hombre pacifista, por encima de su miedo,  se opone a una guerra que ocasionará un gran derramamiento de sangre y por ello es acusado y agredido por los judíos amantes de la guerra.
En medio de esta situación Jeremías exclama: “Maldito el hombre que confía en el hombre. Bendito el hombre que confía en el Señor.

Los lectores originales del Evangelio de Mateo eran personas de origen judío, que, por los acuerdos tomados en la asamblea de Jamnia hacia el año 80, fueron expulsados, atemorizados, y perseguidos por la religión judía reformada.
El capítulo 10 de Mateo, en el comienzo, nos refiere que Jesús reunió y eligió a los Doce y los envió a una misión. Desde el principio los previene que hay la posibilidad de que sean rechazados.
Les advierte que su misión es como irse metiendo en la boca del lobo como corderitos, pero les ordena que no tengan miedo porque tienen un valor grande ante el Padre.
Jesús, por tres veces les repite la advertencia “No tengan miedo”.

ü Si de veras creemos en Jesús, en la realidad de hoy, es necesario que venzamos el miedo para  realizar nuestra misión de acompañar, apoyar y consolar a las víctimas.

ü Si de veras creemos en Jesús, en la realidad de hoy, tenemos que vencer el miedo y entender que la lucha contra la inseguridad y contra el crimen organizado no la podemos realizar en solitario sino unidos y organizados.

ü Si de veras creemos en Jesús, en la realidad de hoy, tenemos que entender que la lucha corresponde en primer lugar a la autoridad pública, y que nosotros tenemos derecho y deber de exigir justicia y de apoyar las iniciativas de la autoridad pública y para ello tenemos que vencer el miedo.

Tenemos que poner nuestra confianza en Dios, en las víctimas, en la sociedad y en la unidad y organización del pueblo.



Cosme Carlos Ríos
Junio 21 del 2014


2014-06-02

Apas07, cosme, la ascensión: Continuar la misión de Jesús

01 de junio de 2014
Continuar la misión de Jesús

Hch 1,1-11: Lo vieron levantarse
Salmo responsorial 46: Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas
Ef 1,17-23: Lo sentó a su derecha en el cielo
Mt 28,16-20: Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra


Cuando terminan muchos retiros y algunas reuniones, las personas acostumbrar dar testimonio de lo que han vivido y experimentado, haciendo notar los dones que han recibido. Sin embargo después del Encuentro o retiro, las personas vuelven a su vida diaria y poco se nota una vida de mayor entrega y servicio a los demás, suelen quedarse parados en espera de otro retiro.

El servicio, la entrega a los más desposeídos no es el testimonio que con más frecuencia damos los testigos de Jesús resucitado. Tenemos la tendencia a quedarnos en la oración y meditación, pero sin que ellas nos impulsen a la construcción de un mundo más justo y humano.

La primera lectura de este día de la Ascensión comienza haciendo un enlace con el Evangelio de Lucas, en el que nos compartió todo lo que Jesús hizo y enseñó. Nos recuerda que Jesús completó la formación de los discípulos hablándoles durante 40 días del Reinado de Dios. En seguida les hace la promesa de que van a recibir el Espíritu Santo: Ellos mal entienden las palabras de Jesús y piensan en términos de poder y de dominio más que de servicio. Jesús les aclara que el Reino de Dios se recibe con actitud de servicio y no de poder o de dominio, y les renueva la promesa de darles el don del Espíritu Santo a fin de que sean sus testigos por toda la tierra.

Posteriormente dice la lectura que ellos lo vieron elevarse y se quedaron mirando al cielo, pero dos hombres se les aparecieron cuestionándolos por seguir parados mirando al cielo, sin continuar la misión, y les reitera que Jesús volverá. Esta parte del texto es construida tomando  como fondo la ascensión del profeta Elías, que es arrebatado por un carro de fuego con caballos de fuego.

En el evangelio, Mateo sitúa este encuentro de los discípulos con Jesús, en Galilea, el lugar de la Misión, en un monte, lugar tradicional para el encuentro con Dios. El encuentro es con Jesús resucitado (Es el último pasaje del Evangelio). Jesús declara que ha recibido todo poder, y haciendo uso de ese poder, los envía para que todos los pueblos se vuelvan discípulos de Jesús. El que se haya hecho discípulo, recibirá el bautismo como signo de que se purifica del pasado, para asumir el proyecto de Jesús y aprenderá a guardar lo que Jesús hizo y enseñó.

La Ascensión de Jesús expresa que la misión terrena de Jesús termina, y bajo el impulso del Espíritu Santo, inicia la misión de la comunidad de discípulos. No podemos quedarnos parados.

ü Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, encontrarnos con Jesús Resucitado, (viviendo una vida nueva), y encontrarnos con él en la realidad de los marginados (Galilea).
ü Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, meditar en todo lo que Jesús hizo y enseñó;  profundizar en lo que significa el Reinado de Dios.
ü Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, poner los pies en la tierra, mirar  nuestra vida diaria, abrirnos a la acción del Espíritu Santo para descubrir los espacios en los que hoy urge que demos testimonio de Jesús.
ü Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, meditar lo que significó y lo que significa para nosotros, ser testigos de Jesús.
ü Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, dejar a un lado actitudes de poder y de dominio y por el contrario dar testimonio de servicio y entrega a los más desposeídos

Cosme Carlos Ríos
Junio 01 del 2014


2014-05-25

Apas06, Cosme, Jn14:15-21: El Espíritu Santo y la misión

Apas06, 24 de mayo de 2014
El Espíritu Santo y la misión

Hch 8,5-8.14-17: Les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo
Salmo responsorial 65: Aclamen al Señor, tierra entera
1Pe 3,15-18: Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida
Jn 14,15-21: Yo le pediré al Padre que les dé otro defensor


Por mucho tiempo el Espíritu Santo ha estado bastante olvidado en la vida, en la oración y en la pastoral de la Iglesia. Recientemente, a partir de grupos pentecostales, se ha impulsado el conocimiento y el amor al Espíritu Santo. Pero mucho ha quedado reducido a la vida personal, sin proyección a la vida de la Iglesia  y con la misión de la comunidad.
Nos hace falta profundizar en la Sagrada Escritura y en particular en los Evangelios, para conocer al Espíritu Santo, su relación con Jesús y con los discípulos para que, en la misión, nos abramos a su actuación.

La región de Samaria formó originalmente parte de las 12 tribus que formaron Israel. A la muerte de Salomón, que había restablecido los tributos y los trabajos forzados, las 10 tribus del Norte se rebelaron contra la casa de David y formaron un reino diferente. Con ello se hizo difícil la convivencia entre ambos pueblos
El año 722 a. c. el emperador de Asiria derrotó militarmente al rey de Samaria y se llevó cautivos a numerosos ciudadanos de este país. Trajo en su lugar a colonos venidos de otras partes que traían una cultura y una religión diferente, lo que hacía imposible la integración entre ellos para sacudirse el yugo del emperador. A partir de ese momento la convivencia entre judíos y samaritanos se volvió imposible y evitaban todo tipo de convivencia entre ellos. Los judíos eran sumamente cerrados e intolerantes hacia las otras expresiones religiosas.

La comunidad cristiana de Jerusalén ha asumido algunos de los valores de Jesús, pero es heredera de la cultura de cerrazón e intolerancia del grupo judío. No les cabe en la cabeza que Felipe, que no es del grupo de los Doce, se lance a la misión, y mucho menos que lleve el Evangelio a tierra de samaritanos. Sospechan de la actuación de Felipe y es por ello que mandan a Pedro y a Juan a Samaria. Pero El Espíritu los obliga a reconocer lo que parecía imposible:
Ø Felipe tiene legítimo derecho a participar en la misión; esta no es exclusiva de los Doce
Ø Los destinatarios de la misión no son sólo los judíos sino todos los pueblos

El evangelio continúa en el contexto de la semana anterior: Los discípulos presienten que Jesús se va a separar de ellos y se sienten desamparados. Jesús les manifiesta lo que espera de ellos:
Ustedes demostrarán que me aman, si cumplen mis mandamientos. El que me obedece y hace lo que yo mando, demuestra que me ama de verdad.
Amar a Jesús es seguir viviendo lo que El enseñó con su vida y con su palabra: Pero vivir la misericordia hacia los marginados y denunciar a los poderes que provocan muerte puede conducir a la Cruz y esto da miedo. Jesús les promete: Yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes. El paráclito es el que está al lado, que consuela y como abogado, defiende. Entendemos que se trata del Espíritu Santo.

Podemos entender que:
ü El Espíritu Santo, en nombre de Jesús, acompaña, consuela y defienda a la comunidad ante los riesgos que comporta la misión.
ü El Espíritu Santo confirma que la misión es tarea de todos los discípulos de Jesús y que la misión no tiene fronteras.
ü Creer en el Espíritu Santo nos compromete a leer y profundizar los textos del Evangelio que lo relacionan con la misión de María, con la misión de los discípulos y con el nacimiento y envió de la Iglesia.
ü Abrirnos a la acción del Espíritu Santo significa para nosotros valorar en la comunidad, las buenas obras de los pequeños y ofrecerles oportunidades para que actúen.
ü Abrirnos a la acción del Espíritu Santo significa para nosotros no poner límites a la acción pastoral y, a la manera de Felipe, ir más allá de la frontera: más allá de lo acostumbrado.


Cosme Carlos Ríos

Mayo 25 2014

2014-05-19

Apas05, Cosme, Jn14:1-12: El servicio camino para llegar al Padre (20140518)

Apas05, 17 de mayo de 2014
El servicio camino para llegar al Padre


Hch 6,1-7: Eligieron a siete hombres llenos de espíritu
Salmo responsorial 32: Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti
1Pe 2,4-9: Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real
Jn 14,1-12: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida

Los ministros de la Iglesia hemos dejado del lado el distintivo de Jesús: poner nuestra vida, todas nuestras obras al servicio de los últimos, de los que no cuentan en nuestra sociedad.
En vez de buscar los lugares de honor y de prestigio tendríamos que tener olor a oveja por nuestro contacto permanente con el pueblo sufriente.
En los últimos años muchas personas han perdido el rumbo: Buscan estilos, personalidades, ambientes religiosos o místicos, pero no encuentran o rehúyen el camino de Jesús.

El libro de los Hechos acostumbra llamar “los hombres y mujeres del camino” a las personas que han tomado la decisión de asumir el estilo de vida proclamado por Jesús de Nazaret.
A pesar de todo, también entre los seguidores de Jesús se da la discriminación por motivos étnicos y de condición social: Se hace menos a las viudas extranjeras.
Ante esta situación, los creyentes presentan el problema ante los Apóstoles, que declaran que no lo pueden hacer todo y que necesitan crear un nuevo ministerio para atender a las necesidades urgentes de la comunidad.  
Para crear el nuevo ministerio hacen intervenir a la comunidad a fin de que elija sus propios servidores, animadores. Los elegidos son siete personas de origen helénico que son presentados a los apóstoles para atender las necesidades de la comunidad. No son servidores de segunda. Son personas encargadas o enviadas a realizar ministerios diferentes. Pero todos están empeñados en la difusión de la Palabra y en el crecimiento numérico y cualificado de la comunidad.

El evangelio de hoy se nos presenta como una despedida de Jesús. Los discípulos intuyen o entienden, que Jesús se va a separar de ellos y se sienten perdidos sin rumbo y sin camino.
Jesús declara que el camino único para llegar al Padre es  el mismo Jesús: sólo su práctica del amor misericordioso y de la denuncia profética constituyen el camino seguro para llegar al Padre.

- Seguir a Jesús hoy, implica, continuar el camino de la misericordia de modo particular hacia los extranjeros y hacia todos los pobres, sin ninguna discriminación.
- Seguir a Jesús hoy, implica, tomar el camino de estar siempre en actitud de servicio, sin ponernos por encima de los demás.
- Seguir a Jesús hoy implica renunciar a la búsqueda de los puestos de poder, de fama o de beneficio económico, que marcan un camino contrario al de Jesús.
- Seguir a Jesús hoy implica seguir el camino de lucha misericordiosa a favor de los grupos rechazados, en particular por su preferencia sexual.

Tenemos que usar la inventiva para mostrar la misericordia sin favorecer actitudes y acciones contrarias a la dignidad de la persona.

Cosme Carlos Ríos
Mayo 17 2014

2014-05-14

Apas03, Cosme, Lc24:13-35: Jesús acompaña, enciende el corazón y reintegra a la comunidad (20140504)

Apas03, Cosme, 4 de mayo de 2014

Jesús acompaña, enciende el corazón y reintegra a la comunidad


Hch 2,14.22-33: No era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio
Salmo responsorial 15: Señor, me enseñarás el sendero de la vida
1Pe 1,17-21: Los rescataron a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto
Lc 24,13-35: Lo reconocieron al partir el pan

La renovación iniciada y promovida por el Vaticano II nos llenó de una gran esperanza: la predicación se centra más en la predicación de la persona de Jesús y su proyecto del Reino. La Liturgia empieza a pasar de un culto meramente formal a una celebración comunitaria del Misterio de Jesús muerto y resucitado en nuestra vida diaria. Se da mucho impulso a lo comunitario, a la dimensión social de la fe y muchos cristianos empiezan a participar en actividades misioneras. Pero el excesivo centralismo, el conservadurismo y el individualismo constituyeron un obstáculo para la renovación conciliar. Muchos de los que antes impulsábamos esta manera de ser Iglesia más igualitaria y participativa perdimos el entusiasmo y algunos se han frenado o han tomado otros caminos.

El autor del libro de los Hechos de los Apóstoles pone en boca de Pedro el Kerygma (Primer anuncio de Jesús): “Dios acreditó a Jesús de Nazaret con señales, milagros y prodigios. Ustedes lo entregaron a los paganos para ser crucificado, pero Dios lo resucitó de entre los muertos” La muerte de Jesús es consecuencia de realizar el encargo del Padre provocando la ira de los hombres del poder religioso. La resurrección es la protesta del Padre a los asesinos de su enviado.

Dos discípulos de Jesús han decidido abandonar el grupo, frustrados y llenos de desaliento por la muerte del Maestro Nazareno, caminan de regreso a casa. Jesús comienza a caminar con ellos, se interesa por la cara que muestran, pero la desilusión y la amargura les impiden reconocerlo  y hasta lo regañan. Jesús los reprende por su incapacidad de entender su muerte a la luz de las Escrituras y les hace una lectura completa de la Biblia que les calienta el corazón. Al caer la tarde entusiasmados por la palabra de Jesús lo comprometen a que se albergue con ellos y al momento de partir el pan descubren que el huésped es el Resucitado. Alegres retornan a  la comunidad para compartir la alegría y animar a los demás.

- Como los discípulos de Emaús tenemos que sacudirnos la tierra de los ojos para ver al Resucitado en los compañeros de camino y de lucha.
- Como los discípulos de Emaús tenemos que reflexionar sobre nuestros desalientos y amarguras a la luz de la Escritura.
- Como los discípulos de Emaús tenemos que repetir los gestos de Jesús, en particular el hecho de compartir la mesa y de celebrar en la Eucaristía nuestra propia vida.
- Como centro de nuestra vida hemos de poner el actuar de Jesús, acreditados como El por el Padre, para realizando señales y hechos maravillosos que consuelan y dan esperanza a todos los maltratados.
- Vivir la resurrección ha de significar que la vida compasiva y misericordiosa de Jesús sigue presente en nuestro mundo.

Mayo 03/14
Cosme Carlos Ríos




2014-04-14

Acuadr, Cosme, Hacer que nuestros signos sean significantes (20140413)

Acuadr20140413
Hacer que nuestros signos sean significantes

Is 50,4-7: No oculté el rostro a insultos; y sé que no quedaré avergonzado
Salmo responsorial 21: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Flp 2,6-11:Se rebajó a sí mismo; por eso Dios lo levantó sobre todo
Mt 26,14−27,66: Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, según san Mateo


En muchas partes del mundo se celebra el Domingo de Ramos con gran pompa y solemnidad. El esplendor de los actos semeja el estilo de cortes europeas de siglos anteriores. Se presenta a Jesús a la manera de los poderosos reyes de este mundo: Se insiste mucho en el culto a Jesús pero poco o nada en su seguimiento.

La lectura de Isaías que escuchamos hoy se aplica de manera plena a Jesús, pero inmediata y directamente se refiere a una persona o grupo que vivió durante el exilio en Babilonia, a quien se suele denominar “El siervo de Yahvé”. Este personaje fue alguien que ayudó fuertemente al pueblo para salir de Babilonia y regresar a su tierra. La lectura lo presenta como alguien que tiene su boca abierta para confortar al abatido con palabras de aliento.  Es alguien que tiene su oído abierto como discípulo para escuchar el proyecto de Yahvé, que lo acepta sin oponer resistencia ni echarse para atrás. Es alguien que por fidelidad a la misión es maltratado en la mejilla y en la barba, es alguien que recibe insultos y salivazos, pero que, confiando incondicionalmente en Dios, endurece su rostro como roca.

La carta los filipenses es considerada estrictamente de Pablo, y el pasaje de hoy, nos invita a tener los sentimientos de Jesús que se humilló hasta la muerte de cruz y se hizo servidor.

El Evangelio de la procesión, tomado de Mateo, nos habla de que Jesús envió a sus discípulos a conseguirle un burrito que utilizó para entrar montado en él, a la ciudad de Jerusalén. Los que acompañan a Jesús,  testigos de sus obras y de su enseñanza, extienden sus mantos en el camino y cortan ramos de árboles. Ellos aclaman  a Jesús que monta el burro como “El hijo de David” como “El que viene en nombre del Señor.

En el Evangelio de la Pasión encontramos al grupo de los enemigos de Jesús, que llega al Huerto, mientras hace oración. Jesús es aprehendido por una chusma numerosa, enviada por los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo y encabezada por el apóstol traidor.

Jesús es el profeta que ha puesto su vida al servicio de los marginados por el sistema económico, político y religioso, Jesús es el profeta que denuncia los abusos que comete el poder económico, político y religioso.

Jesús tiene amigos y enemigos. Amigos todos los excluidos, con su vida amenazada, que se sintieron acogidos y protegidos por él. Enemigos, los que abusando de su poder, y en nombre de Dios maltratan, excluyen a los pequeños de todo tipo.

Jesús, nuestro Rey, termina crucificado en medio de dos ladrones y desde ahí ejerce su reinado. Es el que entrega la vida

Con nuestros ramos aclamamos a Jesús como nuestro rey en el culto, pero sólo lo reconoceremos como rey, si nos hacemos sus seguidores y continuadores de su lucha en defensa de la vida, contra toda opresión, exclusión o marginación. Tenemos que hacer que nuestras palmas y ramos nos impulsen a luchar para que no haya excluidos ni marginados,

Celebrar con la vida el Domingo de Ramos nos exige hoy denunciar a todos los que hoy maltratan, marginan y excluyen a los pequeños.

Felices pascuas
Abril 12 del 2014
Cosme Carlos Ríos


2014-04-07

Acua05, Cosme, Jn11,1-45: ¿Crees tú esto? (20140406)

Acua05: ¿Crees tú esto?
20140406


Muchos creyentes luchan contra el aborto (cosa muy plausible) pero no atacan las causas que impulsan a la mujer a tomar esta decisión: Abandono de la pareja, abandono de los padres y de las instituciones religiosas y civiles, incapacidad económica, falta de una verdadera educación sexual etc.

Hay también otras causas que conducen a la muerte como el hambre, las enfermedades por desnutrición, los daños que ocasionan las empresas contaminantes y las que hacen temblar el subsuelo.

Los años entre el 587 y el 530 a. C. constituyeron una dura crisis para los grandes del pueblo de Israel al ser deportados a Babilonia.

Ellos, al haber perdido su tierra, al ver destruidos totalmente su templo y su ciudad capital, se desilusionaron, perdieron el espíritu y la unidad entre ellos mismos.

El profeta Ezequiel, hijo del sacerdote Buzí, acompañó a los desterrados a Babilonia y fue el primero que sostuvo la esperanza entre ellos.

En la imagen de los huesos secos, Ezequiel refleja la situación del pueblo que será transformada por el espíritu de Yahvé.

Yahvé les va a infundir su espíritu y van a cobrar vida: los huesos, los nervios recuperarán su función y se unirán para ser de nuevo el pueblo de Yahvé.



El autor o los autores del Evangelio de Juan nos dejaron una clave para su interpretación: “Estas señales  han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Crean, y tendrán vida por su Nombre.

En el relato de hoy  encontramos estas expresiones que nos conectan con el objetivo de los autores:

“Lázaro ha muerto, pero yo me alegro por ustedes de no haber estado allí, pues así ustedes creerán”. "Yo soy la resurrección. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?" "Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.” "¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?" "Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado. Yo sabía que siempre me escuchas; pero yo lo digo por esta gente, porque así creerán que tú me has enviado.

Hoy Jesús aparece como el que es la resurrección, el que da la vida verdadera. Jesús es el enviado del Padre.

En el evangelio de Juan la resurrección de Lázaro es la última de las siete señales de Jesús y se presenta como una muestra de que Jesús quería mucho a Martha, a su hermana y a Lázaro.

Para los cristianos, Jesús es el consagrado (Mesías o Cristo) y es el enviado del Padre. Creer significa: aceptar la persona la palabra y el proyecto de Jesús de Nazaret

El proyecto de Jesús se declara en el capítulo  10 cuando Jesús dice: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud”.

Creer que Jesús es la resurrección, la nueva vida, significa para nosotros recuperar el espíritu para seguir luchando, unidos como pueblo, para que todas las personas tengan vida y la tengan en plenitud.

Significa luchar para que haya apoyo, económico, moral, religioso y social para las mujeres (especialmente jovencitas) que se ven constreñidas a abortar.

Significa ayudarlas a tomar conciencia de su dignidad y del valor de su propia sexualidad y las formas correctas de evitar los embarazos.

Creer que Jesús es la resurrección, la nueva vida, significa luchar para que se erradiquen de nuestro mundo el hambre y las enfermedades que vienen por la desnutrición.

Creer que Jesús es la resurrección, la nueva vida, significa luchar para que las empresas que contaminan y las que hacen temblar la tierra, abandonen totalmente esas prácticas y las sustituyan por prácticas que respetan la vida de las personas y del planeta

Abril 05 del 2014

Cosme Carlos Ríos


2014-03-29

Acua04, Cosme, Jn9,1-41: Catequesis sobre el reconocimiento del enviado del Padre (20140330)

Acua04, Cosme, Jn9
29 de marzo de 2014

Con el correr de los tiempos hemos hecho una cantidad tal de leyes, normas y reglamentos que resulta difícil entender como quiere Dios que vivamos. Insistimos más en nuestras reglitas que en lo profundo que consiste en ver y amar como Jesús y luchar por la vida y la dignidad de la humanidad

El juez y profeta Samuel ha conducido a los israelitas durante el sistema tribal, pero ha visto que ese sistema justo e igualitario se está agotando y que él mismo se ha hecho viejo. Hay necesidad de buscar una persona que conduzca a los israelitas y, enviado por Dios, ha ungido a Saúl, pero se siente defraudado por sus desmanes y busca un nuevo rey.

Al elegir al nuevo rey Samuel se fija en su buena presencia y en  su estatura, pero Dios le dice: Dios no ve las cosas como los   hombres: el hombre se fija en las apariencias pero Dios ve el corazón". Dios elige y unge al más pequeño de la familia para que conduzca al pueblo de Israel

Los evangelios que leemos en la Cuaresma constituyen una Catequesis bautismal, para renovar en la Pascua, nuestro compromiso bautismal.

Hemos acompañado a Jesús al desierto para descartar los caminos que nos llevan por rumbos equivocados y encontrar los caminos de Dios: La escucha de la Palabra y poner a Dios en el centro de nuestra vida.

Con Jesús y sus discípulos hemos ido a la montaña para meditar la enseñanza de la Ley y los profetas y hemos oído la voz del Padre que nos ordena escuchar a su hijo amado

Junto al pozo nos hemos encontrado con Jesús el migrante, fatigado y sediento que nos ofrece agua viva, que valora y dignifica a la mujer.

Hoy nos encontramos a Jesús cerca de la piscina de Siloé ante un mendigo ciego y por lo mismo marginado.

No se trata de un hecho histórico sino de una catequesis, Por tres veces aparece en el texto: “Lodo en los ojos, lavarse y ver”

Jesús declara que la enfermedad del ciego no tiene que ver con el pecado del ciego ni de sus padres, sino que constituye una oportunidad para que se manifieste la gloria de Dios.

El ciego en un primer momento afirma; “El hombre que se llama Jesús. Más delante afirma que: “Es un profeta”. Como testimonio ante los jefes de los fariseos declara: "Eso es lo extraño: que vosotros no sepáis de dónde es y que me haya abierto a mí los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; mas, si uno es religioso  y cumple su voluntad, a ése le escucha. Jamás se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. Si éste no viniera de Dios, no podría hacer nada." Al ser interpelado por Jesús el ciego responde: “"Creo, Señor."

El mendigo ciego es ungido con lodo, es purificado por las aguas de la piscina de Siloé y recobra la vista para reconocer al Enviado del Padre. Ahora para el ciego lo importante no es el cumplimiento de la Ley (observancia del sábado), sino el seguimiento de Jesús que nos hace ver, que nos libera y dignifica.

- Creer y seguir a Jesús como el ciego, significa para nosotros revisar nuestras normas leyes y reglas para ponerlas al servicio de la vida y la dignidad de la persona.
- Creer y seguir a Jesús como el ciego, significa para nosotros poner la misericordia como principio de nuestra acción.
- Creer y seguir a Jesús como el ciego, significa para nosotros iluminar los ojos, la mente y la conciencia de los hermanos para que nuestra principal preocupación sea que haya vida y vida en abundancia para todos

Marzo 29 2014
Cosme Carlos Ríos


2014-03-24

Acua03_Cosme, Jn4,5-42: Jesús y la mujer (20140323)

Jesús y la mujer
Acua03_Cosme, Jn 4:5-42


La liturgia de hoy rompe esquemas al presentarnos hoy un texto del Evangelio de San Juan, dejando de lado el Evangelio de San Mateo, propio de este ciclo.

Es notable el encuentro de Jesús con una mujer, samaritana y de conducta dudosa según los criterios de la época. Jesús fatigado y sediento, sin ningún reparo el pide de beber a la mujer samaritana. Ante el rechazo de la mujer Jesús le ofrece agua viva. Surge el problema sobre el lugar del culto verdadero y Jesús le aclara que el culto a Dios no está condicionado a un lugar específico, pero que los verdaderos adoradores han de adorar a Dios en espíritu y en verdad. Le declara que el Mesías no es alguien que tenga una apariencia de grandeza, sino que es aquel peregrino cansado y sediento.

Como resultado de aquel encuentro, por el trato recibido de Jesús, la mujer se convierte en una persona que habla de Jesús a todo el pueblo.

En los Evangelios vemos a Jesús frecuentemente rodeado de mujeres: amigas entrañables como María Magdalena o las hermanas Marta y María de Betania; seguidoras fieles como Juana, Susana "y otras muchas": Mujeres enfermas y prostitutas de aldea que se acercan... De ningún profeta se dice algo parecido. ¿Qué encontraban en él las mujeres? La respuesta que ofrecen los relatos evangélicos es clara.

Jesús las mira con ojos diferentes. Las trata con una ternura desconocida, defiende su dignidad, las acoge como discípulas. Nadie las había tratado así. La gente las veía como fuente de impureza ritual. Rompiendo tabúes y prejuicios, Jesús se acerca a ellas sin temor alguno, las acepta a su mesa y hasta se deja acariciar por una prostituta agradecida.

¿Podríamos decir entonces que el desarrollo integral de las mujeres es también una de las grandes preocupaciones de los cristianos?

Sabemos que la historia no siempre lo corrobora. Es más, durante siglos y aún hoy, las mujeres han sido discriminadas en la Iglesia y en las sociedades que se reconocían cristianas. Sin embargo, "El cristianismo puede aportar un profundo sentido de la justicia y de la dignidad de la mujer y el inmenso caudal de creatividad y energía ética y espiritual que proporciona una experiencia religiosa auténtica.

Togo (país del Africa subsahariana) no es de los países con mayor Índice de desigualdad de género, pero sí, el país con mayor diferencia de género en Educación Secundaria (15,3 % de mujeres frente a 45,1 % de hombres que han terminado este nivel educativo). La pronta incorporación de las niñas y adolescentes a las tareas domésticas, junto con los matrimonios precoces, contribuyen a esta desigualdad.

El encuentro que tenemos cada semana con Jesús, el que dignifica a la mujer nos tiene que llevar a valorar y respetar a toda mujer sin discriminación de raza, credo o estado civil,

El encuentro que tenemos cada semana con Jesús, el que dignifica a la mujer nos tiene que llevar a apoyar a todas las mujeres para que vivan con dignidad y de modo particular a enfrentar la escasez de agua.

El encuentro que tenemos cada semana con Jesús, el que dignifica a la mujer nos tiene que llevar a brindar apoyo a las organizaciones que promueven el desarrollo integral de la mujer.

En nuestra oración, hoy tenemos presentes a todas las mujeres del mundo que sufren algún tipo de discriminación y, especialmente, a las mujeres de Togo.



Marzo 22 2014

Cosme Carlos Ríos