Continuar la
misión de Jesús
Hch 1,1-11: Lo vieron levantarse
Salmo responsorial 46: Dios asciende entre
aclamaciones; el Señor, al son de trompetas
Ef 1,17-23: Lo sentó a su derecha en el cielo
Mt 28,16-20: Se me ha dado pleno poder en el cielo
y en la tierra
Cuando terminan
muchos retiros y algunas reuniones, las personas acostumbrar dar testimonio de
lo que han vivido y experimentado, haciendo notar los dones que han recibido. Sin
embargo después del Encuentro o retiro, las personas vuelven a su vida diaria y
poco se nota una vida de mayor entrega y servicio a los demás, suelen quedarse
parados en espera de otro retiro.
El servicio, la
entrega a los más desposeídos no es el testimonio que con más frecuencia damos
los testigos de Jesús resucitado. Tenemos la tendencia a quedarnos en la
oración y meditación, pero sin que ellas nos impulsen a la construcción de un
mundo más justo y humano.
La primera lectura
de este día de la Ascensión comienza haciendo un enlace con el Evangelio de
Lucas, en el que nos compartió todo lo que Jesús hizo y enseñó. Nos recuerda
que Jesús completó la formación de los discípulos hablándoles durante 40 días
del Reinado de Dios. En seguida les hace la promesa de que van a recibir el
Espíritu Santo: Ellos mal entienden las palabras de Jesús y piensan en términos
de poder y de dominio más que de servicio. Jesús les aclara que el Reino de
Dios se recibe con actitud de servicio y no de poder o de dominio, y les
renueva la promesa de darles el don del Espíritu Santo a fin de que sean sus
testigos por toda la tierra.
Posteriormente dice
la lectura que ellos lo vieron elevarse y
se quedaron mirando al cielo, pero dos hombres se les aparecieron
cuestionándolos por seguir parados mirando al cielo, sin
continuar la misión, y les reitera que Jesús volverá. Esta parte del texto es
construida tomando como fondo la ascensión del profeta Elías, que es
arrebatado por un carro de fuego con caballos de fuego.
En el evangelio,
Mateo sitúa este encuentro de los discípulos con Jesús, en Galilea, el lugar de
la Misión, en un monte, lugar tradicional para el encuentro con Dios. El
encuentro es con Jesús resucitado (Es el último pasaje del Evangelio). Jesús
declara que ha recibido todo poder, y haciendo uso de ese poder, los envía para
que todos los pueblos se vuelvan discípulos de Jesús. El que se haya hecho
discípulo, recibirá el bautismo como signo de que se purifica del pasado, para
asumir el proyecto de Jesús y aprenderá a guardar lo que Jesús hizo y enseñó.
La Ascensión de Jesús expresa que la misión terrena de
Jesús termina, y bajo el impulso del Espíritu Santo, inicia la misión de la
comunidad de discípulos. No podemos quedarnos parados.
ü Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, encontrarnos con Jesús Resucitado, (viviendo una vida nueva), y encontrarnos con él en la realidad de los marginados (Galilea).
ü Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, meditar en todo lo que Jesús hizo y enseñó; profundizar en lo que significa el Reinado de Dios.
ü Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, poner los pies en la tierra, mirar nuestra vida diaria, abrirnos a la acción del Espíritu Santo para descubrir los espacios en los que hoy urge que demos testimonio de Jesús.
ü Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, meditar lo que significó y lo que significa para nosotros, ser testigos de Jesús.
ü Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, dejar a un lado actitudes de poder y de dominio y por el contrario dar testimonio de servicio y entrega a los más desposeídos
Cosme Carlos Ríos
Junio 01 del 2014
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