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2013-11-23

Cord34_Lc23,35-43: CAPITÁN DE MI DESTINO (FeAdulta20131124)

CAPITÁN DE MI DESTINO
20 nov 2013

Amigas y amigos.
Estamos viviendo unos días de euforia editorial. Y tenemos que darle las gracias más sentidas a José Enrique Galarreta por habernos regalado su testimonio personal de fe. Para mí que este libro es como sus memorias.  Se ha atrevido a dejar por escrito, con total claridad, lo que sería un nuevo catecismo para adultos. No os lo perdáis, por favor, es un perfecto resumen de lo que significa y sostiene nuestra fe adulta.

La fiesta de fin de curso gira en torno a un rey sin corona.
Vicente Martínez: Capitán de mi destino. El hombre tiene que "salvarse" por sí mismo desarrollándose humanamente en plenitud como persona.
Lc 23, 35-43Jesús, acuérdate de mí cuando vengas como rey.


José Enrique Galarreta: 2 Samuel 5, 1-3. Todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le ungieron como rey de Israel. Colosenses 1, 12-20. Himno a Cristo que refleja la cristología de Pablo.
Florentino Ulibarri: Desconcierto antes del Reino. No lo entiendo, no protesto, no reacciono, no lo digo. Yo tengo un agujero oscuro y calentito en el que vivo, como, sueño y estoy tranquilo. Te rezo muy piadoso.
Vicky Irigaray: Padre Dios, venga a nosotros tu Reino.Celebramos el reinado de Dios en nuestras vidas: un reinado de confianza, amor y entrega.
Rafael Calvo: El Reinado de DiosNuestra misión no es hacer proselitismo sino promover el reino de Dios.
Fray Marcos: El Reino de Dios es un reinado sin rey. Jesús hizo presente el Reino superando su ego. De él solo queda lo crístico, es decir lo que había de divino en él.
José Antonio Pagola: Acuérdate de mí. Jesús ha agonizado en medio de las burlas y desprecios de quienes lo rodean. Nadie parece haber entendido su vida.
Enrique Martínez Lozano: Vida, perdón, confianza. Actitudes básicas para quien descubre su verdadera identidad.
José Enrique Galarreta: Jesús, punto de encuentroEl centro del mensaje es sin duda nuestra fe en Jesús como visibilidad de Dios y lugar privilegiado de encuentro con Dios. Se completa con un credo, consecuente con nuestra fe en Jesús.
Un reinado de ternura. Eso es lo que necesitamos, y para tierna, la mirada de Jesús al ladrón que acudió a él en la cruz.
Salomé Arricibita: La dignidad de un reyPequeño, peregrino y pobre, vestido de paz y sonrisa, enamorado del hombre y de un Dios que nos justifica, ese es mi rey si ha de haberlo.

Nuestro Papa Francisco y nuestra Iglesia, un tema fijo cada semana.
Antonio Duato: Una llamada de socorro: Cada  vez son más las voces sobre la seguridad del Papa Francisco, no hay que echarlas en saco roto y al mismo tiempo que rezamos por él hay que poner las medidas correspondientes.
José Sánchez Luque: Un nuevo rostro de Dios. Una profunda transformación espiritual es necesaria y posible en nuestro planeta y el cristianismo no puede quedarse atrás.
José Arregi: Mi Iglesia y mi Credo a los 60 años. 60 años no son muchos, pero es como si en ellos me hubiera tocado cambiar dos veces de era cultural y vivir en mi vida tres culturas distintas, tres visiones del mundo y tres paradigmas teológicos.
Las noticias de alcance recogen un reportaje de Juan G. Bedoya sobre el fin de etapa de Rouco, cuyo relevo ya tiene decidido Francisco.

Más temas para la reflexión.
Sandra Hojman: Descalzos, en el terreno sagrado de la memoria. Como Jesús, queremos descalzarnos en el sagrado terreno de la sangre derramada, del dolor sobre los huesos y la vida renaciendo desde las grietas.

Leonardo Boff: Recicladores de materiales sólidos y de personas. Es bueno que surjan nuevos oficios y que todo el mundo tenga un trabajo remunerado siempre que se contemple en ellos la salvaguardia de la dignidad de la persona.

José Antonio Pagola: Cinco palabras de Jesús. Vídeo de J.A. Pagola entrevistado por Cristianismo y Justicia: Cinco palabras de Jesús para una sociedad herida, indignada y en lucha.
Pájaros portadores de mensajes. La naturaleza en su sencillez y rotundidad nos habla con pocas palabras.
En el Tablón de anuncios va un manifiesto del Día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, que es el próximo 25 de noviembre.

Terminamos.
La suma de todos va marchando, gracias a todos nuestros lectores.
Los grupos de asociados van cristalizando. Pero a lo mejor todavía falta un voluntario en tu pueblo y te podrías decidir a pedirme las direcciones de tus paisanos.
No más por hoy. Gracias por acompañarnos y un fuerte abrazo,
Rafael Calvo
Enviado desde Evernote

2013-11-18

Cord34_Lc23:35-43: Jesucristo Rey del Universo (SBL20131124)


Servicio Bíblico Latinoamericano
Domingo 24 de noviembre de 2013 - Ciclo C
Jesucristo Rey del Universo
Andrés Dung-Lac y Compañeros, mártires (a. 1839)

2 Sam 5,1-3: Ungieron a David como Rey de Israel
Salmo Responsorial 121: ¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”!
Col 1,12-20: Nos ha trasladado al reino de su Hijo querido
Lc 23,35-43: Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino



La fiesta de Cristo Rey fue establecida por la Iglesia en la época del ocaso de las monarquías con objeto de apoyar a las monarquías y aristocracias, interesadas por la pervivencia del Ancien Régime, y para oponerse a los nacientes regímenes republicanos, que representaban los intereses de los pobres, del liberalismo y de la naciente democracia. Sus orígenes son muy discutibles. Sin embargo, en todo caso, los textos de la liturgia de esta fiesta muestran la manera peculiar en que Cristo sería “Rey”.
Conviene recordar en qué consistían las esperanzas mesiánicas del pueblo judío en el tiempo de Jesús: unos esperaban a un nuevo rey, al estilo de David, tal como se lo presenta en la primera lectura de hoy. Otros, un caudillo militar que fuera capaz de derrotar el poderío romano; otros como un nuevo Sumo Sacerdote, que purificaría el Templo. En los tres casos, se esperaba un Mesías triunfante, poderoso.
El salmo que leemos hoy, también proclama el modelo davídico de “rey”. Jerusalén, la “ciudad santa” es la ciudad del poder, la ciudad del poder.
Eso explica por qué, cuando Jesús anuncia la Pasión a sus seguidores, no logran entender por qué tiene que ir a la muerte.
- El evangelio de hoy nos presenta cómo reina Jesús el Cristo: no desde un trono imperial, sino desde la cruz de los rebeldes. La rebelión de Jesús es la más radical de todas: pretende no sólo eliminar un tipo de poder (el romano, o el sacerdotal) para sustituirlo por otro, con un nombre distinto, pero basado en la misma lógica de dominación y violencia (que era lo que correspondía a las expectativas judías).
Podríamos decir que Jesús es el anti-modelo de rey de los sistemas opresores: no quiere dominar a las demás personas, sino promover, convocar, suscitar, el poder de cada ser humano, de modo que cada una y cada uno de nosotros asumamos responsablemente el peso y el gozo de nuestra libertad.
Uno de los grandes sicólogos del siglo XX, Erich Fromm, plantea, en su libro El miedo a la libertad, que ante la angustia que produce en el ser humano la conciencia de estar separados del resto de la creación, adoptamos dos actitudes igualmente patológicas: dominar a otros, y buscar de quién depender entregándole nuestra libertad. En ambos casos, las personas buscamos cómo, a través de estos mecanismos, disolver esa barrera que nos separa de las otras personas y del resto del universo. El pecado fundamental del ser humano es, según esto, un pecado de poder mal administrado, mal asumido. Y esto es el origen de todos los otros pecados: la avaricia, que conduce a un orden económico injusto; la soberbia, que nos impide ver con claridad nuestros errores y pecados; la mentira, que nos lleva a manipular o a dejarnos manipular; la lujuria, el sexo utilizado como instrumento de poder para “poseer”, oprimir; el miedo, que nos impide levantarnos y caminar sobre nuestros propios pies.
Enmarañados en estas trampas del poder a que nos conduce nuestro “miedo a la libertad”, cuando un régimen opresor de cualquier signo que sea se nos hace insoportable, buscamos como derrocarlo... para sustituirlo por otro que sin embargo funciona sobre la misma lógica. Esa es la lógica que Jesús desarticula de manera total y radical.
Cuando en Getsemaní acuden los soldados y las turbas “de parte de los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo” (Mt 26, 47) para prender a Jesús, él no recurre a violencia de ningún tipo. Jesús se niega a ser coronado rey al estilo del “mundo” luego de la multiplicación de los panes y los peces (Jn. 6, 15). La tentación del poder, entendido al estilo de los sistemas opresores persigue a Jesús desde el desierto hasta la cruz. Y desde el desierto hasta la cruz, Jesús rechaza este modelo, denuncia con toda claridad que procede del diablo, del “príncipe de este mundo”, no cae en sus trampas. El costo de esta resistencia no sólo valiente sino lúcida de Jesús es la muerte.
En la cruz Jesús derrota total y radicalmente al demonio del poder concebido como violencia y opresión por una parte y como dependencia, sumisión y alienación por otra. De este modo que inaugura así un nuevo tipo de relaciones entre las personas y con el universo entero, basadas no en la dominación/dependencia, sino en el respeto mutuo, en la armonía, en la valentía para asumir el peso de la propia libertad responsable.

- En la carta a los Colosenses, Pablo señala cómo a través de Jesús el Cristo (primogénito de todas las criaturas, preexistente y co-creador del universo, cabeza de la iglesia, primicia de la plenitud de la Creación entera) se produce la reconciliación de todos los seres con Dios. Esta y otras expresiones paulinas han dado lugar a interpretaciones erróneas, que consideran que la muerte de Jesucristo en la cruz era el precio que había que pagar para que el Padre, enojado y rencoroso, perdonara a la humanidad pecadora.
Sin embargo, los evangelios nos muestran con claridad por qué y cómo es que Jesús nos reconcilia con el Padre: no por que ese Dios, padre–madre, sea un dios rencoroso, sino porque habíamos perdido el rumbo de la auténtica unidad con Dios y con el universo entero: esa que no se hace sucumbiendo a nuestro miedo existencia y escudándonos en posiciones de poder (dominante o dependiente) sino superando nuestros miedos, atreviéndonos a presentarnos tal como somos ante Dios, en total pobreza de espíritu, sin escudos protectores que nos impidan ver su rostro.
- Desgraciadamente, ¡cuántas veces en nuestra vida eclesial reproducimos los modelos de “reinado” del mundo, y no los de Dios en Jesucristo! ¡Cuántas veces establecemos relaciones de poder autoritarias en vez de fraternas! ¡Cuántas veces entramos en contubernio con los poderes del sistema, ya sea por acción o por omisión!
El modelo de “reinado” que nos presenta el “Cordero degollado” nos interpela y llama a la conversión. No es necesario ni conveniente subrayar la «realeza» de Jesús si ello conlleva tergiversar su auténtico y efectivo proyecto de vida. Hace daño, sobre todo a los más oprimidos, presentar esa imagen monárquica y principesca de un Jesús que, en verdad, dedicó toda su vida y sus energías a desenmascarar y a luchar contra ese tipo de estructuras.

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 122 de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. López Vigil, titulado «Hasta la muerte de cruz». El guión del capítulo, y su comentario, puede ser tomado de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1600122 Puede ser escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap122b.mp3 

Para la revisión de vida

          A la luz de la fiesta de “Cristo Rey” y del modelo de relaciones entre personas y con la Creación, reflexiones sobre nuestras actitudes en los diversos ámbitos en que nos movemos, y preguntémonos:
          ¿Cómo son las relaciones de poder en nuestra pareja? ¿Se basan en la dominación/dependencia o en la promoción de la mutua libertad responsable de ambos?
          ¿Cómo son las relaciones de poder en la familia? ¿Nos valemos de nuestra autoridad como personas adultas para imponernos de manera autoritaria? ¿Justificamos en nombre de la “autoridad” nuestros abusos de poder, maltrato físico, verbal, psicológico? ¿Excusamos los abusos sexuales con algún argumento de poder?
          Las relaciones entre los miembros de la Iglesia, siguen el modelo cristiano, o bien siguen el modelo autoritario, represivo, impositivo, excluyente, propio del “príncipe de este mundo?
          En el seno de nuestra sociedad, ¿luchamos por nuevas relaciones de poder, según el modelo de Jesucristo, el anti-rey, que nos presentan los evangelios? ¿O nos plegamos a los modelos autoritarios? ¿O nos declaramos impotentes o indiferentes y renunciamos a la lucha?

Para la reunión de grupo

-                 En Gen. cap. 3 se nos presenta las desigualdades de género y la ruptura con la naturaleza como producto del pecado. ¿De qué manera el “reinado” de Cristo nos libera y nos marca una nueva lógica en las relaciones de poder?
-                 ¿De qué manera se presenta el pecado del poder en Gen. 4? ¿Qué hacer para revertir esta lógica diabólica?
-                 En la carta a los Colosenses, ¿cómo interpretar los versículos 19 y 20 a la luz del nuevo “reinado” de Cristo?
-                 Los Evangelios sinópticos (y el texto que leímos hoy en particular) nos presentan a Jesús durante la pasión lleno de humillaciones, dolores, sufrimientos, burlas. El evangelio de Juan en cambio, presenta la cruz como la glorificación del Hijo y del Padre. (Jn 12,23. 28; 17, 1) ¿Cómo explicar esta diferencia de enfoques?

Para la oración de los fieles

-                 Por la Iglesia, para que seamos fieles al siempre nuevo modelo de relaciones entre las personas y con la creación que nos presente Jesús desde su reinado en la cruz redentora, sin autoritarismos ni exclusiones. Te rogamos, óyenos.
-                 Para que en nuestras familias vivamos también la liberación de todo autoritarismo, opresión o sometimiento. Te rogamos, óyenos.
-                 Para que luchemos por nuevas relaciones de género, basadas en el respeto, el aprecio recíprocos y la armonía. Te rogamos, óyenos.
-                 Para que también en nuestras relaciones con la naturaleza seamos partícipes de modelo de respeto, reverencia y libertad responsable que nos enseña Jesús. Te rogamos, óyenos.
-                 Para que construyamos “por Cristo, con él y en él” la nueva Jerusalén, en que ninguna rodilla se doble sino ante Dios y el Cordero. Te rogamos, óyenos.

Oración comunitaria

          Dios Padre Nuestro que enviaste a Jesús para que anunciara a todos tu deseo de renovar totalmente el mundo, contaminado por el pecado; te pedimos que el proclamarlo Rey no nos impida ver que lo verdaderamente importante es construir -como él y con él, siguiendo sus huellas- tu Reino. Por el mismo J.N.S.
          o
          Unidos a todos los hombres y mujeres, que desde hace miles de años han sentido en sus vidas los signos de tu presencia –en arrobados éxtasis, y otras muchas veces sin saberlo-, queremos confesarte, oh «Dios de todos los nombres», como el fundamento misterioso de nuestra existencia, como la meta inefable hacia la que caminamos, Padre y Madre de la Vida y del Ser. Convencidos de que «todo lo que avanza y asciende, converge», evocamos tu amor y nos abrazamos a todo lo que existe y a todo lo que vive, contigo, que vives y amas por los siglos de los siglos…