2014-07-06

Aord14, feadulta, LA ORACION, respiración de los cristianos (2014-07-06)

Aord14, feadulta, LA ORACION, respiración de los cristianos
6 de julio de 2014

Amigas y amigos.
Hoy tenemos mucha tela que cortar. Sin ir más lejos, acabamos de editar un librito titulado "El pensamiento de José Enrique Galarreta". Es un excelente intento de síntesis que ha elaborado Miguel A. Munárriz recopilando y ordenando frases literales de sus escritos. Resulta un relajante libro para lectura espiritual y una muy recomendable guía para nuestras reuniones de grupo comunitarias.

El evangelio de Mateo agrupa diversas expresiones de Jesús, que permiten diferentes comentarios.  
Vicente Martínez: La oración, respiración de los cristianos. Es en toda su gama de luz y de color el hálito del cuerpo espiritual de la Humanidad.
Mateo 11, 25-30. Bendito seas Padre porque estas cosas se las has revelado a la gente sencilla…
Zacarías 9, 9-10. Desecha la imagen del mesías davídico para sustituirla por un rey pacífico y humilde.
Romanos 9, 9-13. Contrapone el espíritu de Dios, el impulso divino humanizador y las tendencias infrahumanas.
Florentino Ulibarri: Descansar en Ti. Descansar en Ti, y darte gracias, con palabras o sin ellas, por tu presencia solidaria en la gente sencilla y llana.
Vicky Irigaray: Gente sencilla. Optemos y oremos por los pobres y sencillos, los débiles, los que más sufren…
Rafael Calvo: Valores humanos. Lo que cuenta son los valores humanos de las personas y sus hechos.
Faustino Vilabrille: No había ningún pobre. En la recepción del palacio real se eligieron personas de todos los sectores de la sociedad, incluido obispos, pero no hubo ningún pobre. La opción de Jesús es la contraria.
Fray Marcos: La simplicidad de Dios nos asusta. El dios de las religiones no tiene capacidad para liberar al hombre. Lo difícil es liberarse de ese dios.
José Antonio Pagola: Tres llamadas de Jesús. Pienso en tantas personas que, dentro y fuera de la Iglesia, viven "perdidos", sin saber a qué puerta llamar. Sé que Jesús podría ser para ellos la gran noticia.
Enrique Martínez Lozano: Gratitud. La gratitud brota de la gratuidad. Y la vivimos en la medida en que nos alineamos con el presente.
Bajo sus alas. Una emotiva historia que cuenta National Geographic. "Acercaos a mí todo los que estáis rendidos y abrumados que yo os daré respiro".
Equipo Quiero Ver: "Encontrarnos con nosotros mismos": ¿Quieres cambiar tu vida? Concédete tiempo para ti y cuando te encuentres y sepas quien eres, habrás encontrado a Dios.
Salomé Arricibita: En Ti. En Ti pongo mis cansancios, en Ti pongo mi esperanza, en Ti, mi Dios, en Ti quiero poner mi vida en Ti.

La Iglesia y el Papa Francisco aglutinan todos los artículos de hoy.
Gustavo J. Magdalena: Francisco en el "Mar de los Sargazos". El papa Francisco piloto de esa nave que es la Iglesia sabe a dónde ir y lo está proponiendo al conjunto del Pueblo de Dios, pero está encontrando muchas dificultades. Hay mucha resistencia al cambio.
Edgard R. Beltrán: Francisco, grande junto a otros grandes. Nuestro Papa Francisco ha sido un regalo especial del Padre. Pero hay que recordar que, en su grandeza eclesial, viene desde antes acompañado por un conjunto de obispos gigantescos.
Foro "Curas de Madrid": Ante la llegada del próximo obispo. El colectivo "Foro Curas de Madrid", incluye un enlace para firmar en apoyo de una campaña para pedir al papa Francisco que los cristianos y cristianas de la diócesis de Madrid queremos participar de algún modo en la elección de nuestro futuro obispo.
Pope Godoy: "Tú eres Pedro y sobre esa piedra edificaré mi Iglesia". Mateo hace un sugerente juego de palabras entre dos nombres comunes: "petros" (piedra) y "petra" (roca). La roca no es la persona de Pedro, sino la fe de Pedro.
José M. Castillo: La iglesia, ¿edificada sobre el Vaticano? La Curia Vaticana se atribuye una historia y un poder que ciertamente no tiene su origen en Cristo y que solo se puede explicar a partir de las apetencias de poder y mando, propias de algunos seres humanos.
Ernesto Cardenal: "Francisco es un milagro".  Es la autorizada opinión del que fuera ministro de Cultura de la Nicaragua sandinista, que ha sido galardonado a sus 89 años, el 26 de junio en Berlín con el premio alemán de la paz Theodor Wanner, por su compromiso social.
Marco A. Velásquez Uribe: Instrumentum Laboris. Los Desafíos Pastorales de la Familia en el Contexto de la Evangelización. Una mirada que puede enriquecer el análisis de este valioso documento.
Hemos reproducido en pdf, con un cómodo índice interactivo, el documento de trabajo [Instrumentum Laboris] del tercer Sínodo Extraordinario que se celebrará en Roma, del 5 al 19 de octubre. Recoge las respuestas que diversos grupos o personas dieron al cuestionario enviado por la Secretaría del Sínodo en 2013. A descargar en www.feadulta.com/ediciones
Un interesante multimedia se une a la temática eclesial. Los cátaros. Eran hombres buenos y querían lo mejor para la Iglesia. Hoy hay también muchos hombres buenos que quieren lo mejor para una Iglesia más misericorde.

Dos multimedia más para enriquecer nuestra vida interior.
Ahorrando vida. Vive la vida alegre y confiado porque Dios es vida y nosotros somos vida que tenemos que vivir y compartir.
Relajación cuerpo-mente-corazón. Tenemos que relajarnos, pararnos, entrar en lo profundo de nuestro ser, en lo inmutable, ahí no hay tensiones, ni urgencias, ni tempestades, ahí nos espera ese océano inmenso y apacible del amor de Dios.

Punto y aparte. Un muy atractivo cartel y un modelo actual de evangelización.
Eloy Díaz Mera: La experiencia "Redescubre". Una inteligente y singular forma de mostrar a Jesús a la gente de nuestro tiempo. Realmente digno de imitarse. Va en el tablón de anuncios.

Un fuerte abrazo y hasta la semana que viene.
Rafael Calvo

Aord14, SBL, Mt 11,25-30: Soy manso y humilde de corazón (2014-07-06)

Servicio Bíblico Latinoamericano
Domingo 6 de julio de 2014
Domingo 14º de tiempo ordinario - Ciclo A
María Goretti, virgen y mártir (1902)

Zac 9,9-10: Mira a tu rey que viene a ti modesto
Salmo responsorial 144: Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey
Rom 8,9.11-13: Si con el Espíritu dan muerte a las obras del cuerpo, vivirán.
Mt 11,25-30: Soy manso y humilde de corazón




La profecía de Zacarías era ‘una piedra en el zapato’ para los fanáticos que en la época de Jesús buscaban un mesías triunfante y nacionalista. Zacarías nos ofrece una reflexión que sintoniza mucho con las grandes aspiraciones de las comunidades que, después del exilio babilónico, intentaron reconstruir la identidad nacional a partir de elementos universales, pluralistas y comunitarios. La esperanza del pueblo de Dios no podía estar en un guerrero triunfador como David ni en un diplomático equilibrista como Salomón. El pueblo quería algo diferente y definitivo. Atrás quedaron los modelos militaristas, administrativos y centralistas de todos los reyes de Israel y Juda. El pueblo quería una persona que fuera capaz de encaminar la nación por los rumbos añorados de la justicia, la paz y la solidaridad. El profeta Zacarías asume esta propuesta y la lanza a todo el pueblo de Dios como una gran utopía.

Para Zacarías, el nuevo gobernante debía distinguirse por la humildad, la justicia y su carácter pacífico. La humildad entendida como la capacidad para andar en la verdad, no como sumisión y conformismo. La justicia como pilar de una organización social en la que se le da a cada persona de acuerdo con sus necesidades y no según sus ambiciones. El pacifismo como la actitud básica para solucionar los inevitables conflictos que se presentan en toda organización humana. Tres cualidades que configuran una nueva forma de ejercer el poder. Sin embargo, Israel se estrelló con la ambición de algunos grupos minoritarios y poderosos que impusieron una teocracia centralista, prepotente y uniformadora. Fueron suprimidas de manera sistemática, todas las disidencias posibles y se le negó así al pueblo de Dios la posibilidad de intentar una utopía universalista, solidaria y transformadora. Se centró todo el poder en unas pocas familias que controlaban el Templo, el gobierno y la tierra. Así, los pobres de Yahvé no tuvieron la posibilidad de dar vida a su proyecto por falta de posibilidades económicas, de apertura política y de libertad religiosa.

El evangelio de Mateo nos presenta a Jesús con las características mesiánicas de la profecía de Zacarías: una persona pacífica y humilde, apasionado por hacer realidad la Utopía de Dios. Por esta razón, Jesús no se identifica con los ideales acerca del Mesías, vigentes en su época. No hay en él el más mínimo asomo del militar aguerrido e irresistible que con un formidable despliegue eliminaría las pretensiones del imperio romano, ni del sacerdote excelso que con sus extraordinarias dotes santificadoras transformaría el Santuario de Jerusalén, ni del gobernante extraordinario que congregaría al pueblo de Israel disperso por el mundo. Jesús no comparte estos proyectos, como tampoco las extravagantes aspiraciones de los nacionalistas furibundos que veían en el imperio romano un peligro que no eran capaces de descubrir al interior de ellos mismos, la violencia incontenible.

Los ideales de Jesús estaban más cerca de las grandes tradiciones proféticas que aspiraban a que el pueblo de Dios fuera capaz de organizarse como modelo alternativo de sociedad. Por esta razón, valores como el pacifismo y la humildad eran urgentes y necesarios. El pacifismo obliga a asumir actitudes dinámicas de transformación social pero, al mismo tiempo, no se rinde a la imparable lógica de la violencia. La humildad, por su parte, exige reconocer en cada momento los propios límites de la existencia y las barreras intrínsecas de la historia. Humildad y pacifismo hacen de un proyecto tan grandioso e imponente como el reino de Dios, algo al alcance de los pobres y excluidos.

Jesús, sin embargo, sabía perfectamente que no bastaba con que el ‘rey’ o líder poseyera atributos excepcionales para que la situación cambiara. Para él, era necesario que una comunidad de hermanos y hermanas se comprometiera a vivir la alternativa, a demostrar al mundo que «otras maneras de organización eran posibles», que la lógica aparentemente inextinguible de la violencia podía ser controlada. Por esto, Jesús insiste en la necesidad de asumir el ‘suave yugo’ de la vida comunitaria y la ‘ligera carga’ de las opciones evangélicas. Pero, atención, esto no es para todo el mundo. Es necesario madurar la fe y crecer como personas antes de meterse en este proyecto. Porque para quien no ha crecido en la dinámica de la comunidad, sino que ve todo desde ‘afuera’, desde los valores sociales vigentes, los ideales de Jesús son una carga abominable y el ideal de la cruz una ideología insufrible. No podemos pedir a cualquiera que asuma la inmensa responsabilidad del pacifismo si toda su vida ha creído que la ‘ley del revólver’ es un destino inexorable. No podemos pedir mansedumbre a una persona a la que siempre le han enseñado que el control de los demás, las ambiciones de ascenso social y el arribismo son las herramientas para ‘progresar’ en la vida.

Jesús quiere una comunidad en la que los lazos de solidaridad, afecto y respeto hagan de un grupo humano una gran familia consagrada a la realización del Reino. Una comunidad en la que los sencillos, los pequeños, hallen un lugar de importancia y sean los gestores de una nueva manera de organizar las relaciones interhumanas. Porque, como dice Pablo, sólo el ser humano espiritual, o sea, el ser humano que se ha abierto a la acción del Espíritu de Dios, es capaz de vivir la vida en plenitud, es decir, en gozosa aceptación y armonía con la humanidad.

[Otro tema sobre el que centrar la homilía puede ser el motivo de la alabanza de Jesús al Padre por «haberles revelado estas cosas»... Cfr. infra el apartado «para la reunión de grupo»]. 

Para la revisión de vida

          Dice Jesús: "vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les aliviaré". ¿Cuáles son mis cansancios? ¿Qué los causa: el trabajo por el Reino o mis intereses personales, mis egoísmos? ¿Dónde y cómo busco alivio a mi cansancio?
          Cuál es mi valoración de la sabiduría de los pequeños, los sencillos... los obreros, los campesinos, los indígenas...? ¿Creo que el pueblo, la clase popular, tiene su sabiduría y su capacidad, o que siempre necesitará de la clase «superior» para gobernar la sociedad, la política, la cultura...?

Para la reunión de grupo

-                 “Te alabo, Padre, porque has revelado estas cosas a la gente sencilla...” La frase podría entenderse como la afirmación de que Dios ha hecho “revelaciones especiales” a los pobres y sencillos... Pero, ¿cuáles son “estas cosas” a las que se refiere Jesús?
-                 Orientación de la respuesta: El contenido de esa “revelación” no son afirmaciones doctrinales, “verdades reveladas”... sino “las cosas del Reino”. El Padre ha revelado “las cosas del Reino” a la gente sencilla, a los pobres... Jesús no está hablando quizá de ningún “milagro”, de ninguna “revelación positiva”, sino de un hecho fácilmente comprobable: dada la naturaleza del Reino de Dios, sólo lo ven con claridad ('sólo entienden estas cosas') los sencillos, los que tienen corazón de pobre, los que no dejan que el egoísmo les sofoque la transparencia de su mirada... Jesús se está refiriendo a lo que en teología de la liberación se llama el «privilegio hermenéutico de los pobres»: sólo desde abajo, desde los pobres, junto a las víctimas, se observa y se capta la maldad de un sistema, y allí es donde más fácilmente se enciende el corazón en la pasión por la Justicia.
-                 Porque has revelado estas cosas...”. La palabra de Jesús puede ser ocasión para revisar el concepto de «revelación». El concepto dominante de revelación en muchos sectores del pueblo cristiano, todavía es un concepto de revelación cuasi-mágica: una revelación que viene de fuera, de lo alto, extrínseca, como una especie de milagro sobrenatural, cuyo contenido viene como un paquete ya hecho y preparado, ajeno a toda participación o implicación de los sujetos que “reciben” esa revelación. Este concepto está superado y hay que abandonarlo. ¿Cuál sería el concepto renovado de revelación? Sugerimos un libro de lectura: Andrés TORRES QUEIRUGA, La revelación de Dios en la realización del hombre, Ediciones Cristiandad, Madrid 1987, y Repensar la Revelación, Trotta Madrid 2008.

Para la oración de los fieles

-                  Por la Iglesia, para que sume su esfuerzo al de tantos hombres y mujeres de buena voluntad que luchan por conseguir la esperanza, la alegría, la paz y el gozo de quienes se saben en manos de Dios padre. Oremos.
-                 Por todos los que viven su fe como una obligación que cumplir, para que se encuentren con el Jesús vivo que libera de toda atadura y agobio, incluso de los de la ley. Oremos.
-                 Por todo son los que no tienen paz en sus vidas, en sus relaciones con los demás, en su relación con Dios; para que encuentren la paz que Jesús trae para todos. Oremos.
-                 Por todos los gobernantes, para que sus palabras y promesas de servicio a la comunidad y al bien común se traduzcan en hechos reales. Oremos.
-                 Por los pobres, los sencillos, los pequeños... para que tengan parte esencial en la construcción del nuevo mundo, justo y fraterno, que todos anhelamos. Oremos.
-                 Por todos nosotros, para que encontremos en Jesús la paz y la alegría que él nos trae de parte del Padre, y que nos libera de nuestras fatigas. Oremos.

Oración comunitaria

          Te bendecimos, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido grandes cosas a los ‘sabios y prudentes’, y se las has revelado a los sencillos. Te pedimos que también a nosotros nos des un corazón de pobre, un amor a la Causa de los pobres, y el desprendimiento necesario para no dejarnos atar por los intereses egoístas, de forma que siempre sepamos captar el sentido de “estas cosas” que revelas a los sencillos.


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Aord14, Cosme, La Iglesia del Mesías (2014-07-06)

6 de julio de 2014
Aord14, Cosme, La Iglesia del Mesías

Zac 9,9-10: Mira a tu rey que viene a ti modesto
Salmo responsorial 144: Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey
Rom 8,9.11-13: Si con el Espíritu dan muerte a las obras del cuerpo, vivirán.
Mt 11,25-30: Soy manso y humilde de corazón


Nuestra Iglesia tiende a expresarse a la manera de los grandes de este mundo: con grandes edificios, grandes personalidades, culto esplendoroso y transporte de última moda, muy distante del vehículo del Mesías. Nuestra Iglesia ejerce el control sobre el pueblo a través de una serie de decretos, leyes, normas e interpretaciones que se convierten en pesada carga para los más sencillos. Es raro que nuestra Iglesia se distinga por ser una casa de misericordia que ofrece apoyo y consuelo a los que más sufren.

El texto de Zacarías que leemos hoy, al hacer mención de los griegos,  nos ubica en el  período de la dominación griega que sobrevino con las conquistas de Alejandro Magno, y su victoria sobre el poder persa. En esta época, la forma de esperar el Mesías está marcada por una corriente de de tipo triunfalista, nacionalista, y militar.
Frente a esta, el texto de hoy, nos presenta un mesianismo diferente, de carácter más bien sobrio, centrado en la espera de un Mesías humilde, sin pretensiones triunfalistas: un Mesías manso, que se transporta en el vehículo del pueblo y constructor de paz.

En el capítulo 10, Mateo nos refiere que Jesús envió a sus discípulos en misión y las advertencias que les hizo sobre el rechazo y la persecución.
En este capítulo 11 Jesús proclama una serie de maldiciones en contra de las ciudades que habiendo visto y oído el mensaje de salvación se han rehusado a cambiar.
En el pasaje de hoy, nos presenta la reacción espontánea y jubilosa de Jesús ante el resultado de la misión de los apóstoles: la gente sencilla ha recibido el anuncio y la realidad del reinado de Dios.

En una sociedad donde el prestigio era una forma de poder y de seguridad económica, la ignorancia era considerada no sólo como ausencia de conocimiento, sino como una marca sobre las personas que carecían de instrucción o enseñanza.

Ya en la época de Jesús, algunos grupos consideraban malditos» a los que no conocían la Ley en profundidad. Jesús denuncia esa falsa religiosidad: La salvación no depende de una mayor o menor pericia en la compleja interpretación bíblica, sino en la capacidad para captar el paso de Dios en la historia y de la disponibilidad para aceptar su llamado.

Jesús abre lo más íntimo de su espiritualidad: la predilección del Padre por los pequeños, y la misión que de Él ha recibido.

Jesús invita a todos los abatidos, a las personas agobiadas por los mecanismos de exclusión social y religiosa, y les propone llevar otro yugo, otra carga: el yugo de la libertad, que exige al mismo tiempo humildad y mansedumbre, es decir, honestidad personal y capacidad de diálogo y tolerancia.

ü Para ser la Iglesia del Mesías tenemos que renunciar a las manifestaciones de poder y de riqueza y manifestarnos con las actitudes de sencillez que muestra Jesús.

ü Para ser la Iglesia del Mesías tenemos que evitar todas las leyes, decretos, normas e interpretaciones que se convierten en una pesada carga para los pequeños.

ü Para ser la Iglesia del Mesías tenemos que ser una Iglesia samaritana, que a la manera del Mesías,  ofrece consuelo y apoyo a todas las víctimas y a todos los desamparados

Cosme Carlos Ríos
Julio 05 2014