Servicio Bíblico Latinoamericano
Domingo 1 de junio de 2014 - Ciclo A
Ascensión del Señor
Hch 1,1-11: Lo vieron levantarse
Salmo responsorial 46: Dios asciende entre
aclamaciones; el Señor, al son de trompetas
Ef 1,17-23: Lo sentó a su derecha en el cielo
Mt 28,16-20: Se me ha dado pleno poder en el cielo
y en la tierra
La primera
lectura de la liturgia nos ofrece el relato de la Ascensión del Señor cuyo
objetivo fundamental es trazar los rasgos específicos de la esperanza
cristiana. Jesús, nuevo Elías, asciende a los cielos y este hecho no significa
el fin de la historia deseado por los discípulos según se refleja en su
pregunta: «¿Es ahora cuando vas a restaurar el reino para Israel?» (v.6). Se
trata por el contrario, del tiempo del testimonio que prepara ese final. En el
salmo interleccional se proclama la entronización de Dios como «emperador» y
«rey» de toda la tierra y la carta a los cristianos de Éfeso conecta el señorío
del Mesías Jesús a la comprensión que deben tener los miembros de la comunidad
eclesial sobre la esperanza a la que «abre su llamamiento» (1,18) .
El evangelio,
final del relato de Mateo, vuelve a subrayar esa conexión. Comprende las
circunstancias del último encuentro entre Jesús y sus discípulos (vv. 16-17) y
las palabras finales del Señor a su comunidad (vv. 18-20).
Respecto a las
circunstancias, el texto sitúa la escena en una montaña de la Galilea. Se
produce en ella la teofanía del Resucitado que debe colocarse en relación con
la montaña de la Tentación y con la montaña de la Transfiguración. Se anticipa,
así el Señorío de Jesús, tema principal que se desprenden de las palabras que
éste pronuncia.
Lejos del centro de la
dirigencia religiosa, Jesús se encuentra con los Once. El número es el
resultado de la sustracción de Judas de la cifra original de los Doce
discípulos y significa la totalidad de los seguidores de Jesús que no
defeccionaron. Todos ellos son beneficiarios de la experiencia del Resucitado.
Ante esa experiencia
su actitud es una mezcla de adoración y de duda. Como Pedro ante el embate de
las olas (cf Mt 14,23-33), la comunidad lleva en su seno estos dos sentimientos
contradictorios. Ambos son los dos únicos textos de Mateo que combinan los
verbos que se refieren a esos dos sentimientos.
Las palabras de Jesús
se dirigen a fortalecer la fe comunitaria desde un encargo en que están
implicados tres personajes: Jesús, el círculo de los discípulos y «todos los
pueblos». Respecto a sí mismo, Jesús afirma que ha recibido «plena autoridad en
el cielo y en la tierra» (v. 18). Para el evangelista, la autoridad ocupa un
puesto importante en la presentación de Jesús. Este, al inicio de su actividad,
había rechazado la última propuesta del diablo en orden recibir «todos los
reinos del mundo» (cf Mt 4,8-10), los discípulos habían visto actuante en Jesús
el significado del poder divino pero debían mantenerlo en secreto (cf Mt
16,28-17,9). Ahora es el momento de la proclamación de ese señorío, recibido
por Jesús del Padre.
Los elementos que
subrayan el universalismo son acumulados en este breve pasaje. Junto a «cielo y
tierra» y la mención de los «pueblos» se da una significativa repetición del
término «todo», «plena autoridad» (v. 18), «todos los pueblos» (v. 19), «todo
lo que les mandé» (v. 19), «cada día» (v. 20). La obediencia al querer divino
confiere a Jesús un señorío universal que se ejerce sobre toda realidad creada.
Este «relato de
vocación» de la comunidad eclesial describe la transmisión que le hace Jesús de
«todo su poder». Gracias a él pueden convocar a nuevos discípulos mediante el
bautismo y la enseñanza. Por el bautismo, Jesús había iniciado el cumplimiento
definitivo de la justicia del Reino (Mt 3,15), igualmente el bautismo cristiano
injerta a cada bautizado en la misma dinámica. Junto al bautismo, el otro rasgo
característico de la existencia cristiana es la «enseñanza». No se trata de una
teoría que se debe proclamar, sino de la Buena Noticia del Reino frente a la
cual todo creyente es un seguidor al que se exige un comportamiento coherente.
Se trata de «guardar todo lo que les mandé». De esa forma, toda obra y palabra
de Jesús se convierten en punto de referencia que se debe tener presente en la
propia vida.
El mandato de Jesús
compromete a toda la comunidad eclesial y la responsabiliza frente a todas las
naciones. Aunque ya iniciado en el círculo de los discípulos, el señorío de
Jesús no puede agotarse al interno de la vida de las comunidades cristianas.
Para ello cuenta con la asistencia de su Señor: «Yo estaré con ustedes». Esta
asistencia suministra el coraje necesario para superar todos los temores y
tempestades y confiere un ámbito ilimitado para la actuación de la salvación.
Pero para ello, se
exige de la Iglesia la misma obediencia de Jesús. Sólo en el rechazo del poder
de dominio, en la obediencia filial al Padre, podrá realizar su tarea. Este
«manifiesto» final del Señor Resucitado liga íntimamente la misión de la
Iglesia al camino recorrido históricamente por Jesús de Nazaret, Hombre y Dios.
Para una explicación
más sencillamente catequético-hermenéutica de la Ascensión ofrecemos este texto
complementario, de Leonardo Boff, sobre la Ascensión, que sigue muy de cerca al
exégeta católico Gerhard LOHFINK: http://servicioskoinonia.org/biblico/textos/ascension.htm
Vale por sí mismo para construir toda una homilía.
El evangelio de hoy es
dramatizado en el capítulo 130 de la serie «Un tal Jesús» (http://radialistas.net/category/un-tal-jesus/),
de los hermanos LÓPEZ VIGIL, titulado «Sobre las nubes del cielo».
La serie «Otro Dios es
posible» tiene el capítulo 57, titulado «¿Ascensión y asunción?», cuyo texto y
audio puede ser encontrado en http://radialistas.net/article/57-ascension-y-asuncion/
Para la revisión de vida
Que el Dios del señor Jesucristo os dé
espíritu de sabiduría e ilumine los ojos de vuestro corazón par que comprendáis
cuál es la esperanza...: pedir insistentemente ese espíritu de sabiduría, y la
luz que ilumine los "ojos del corazón", para "comprender la
esperanza"...
-Superar
todo resabio de espiritualismo y toda falta de fe; combinar adecuadamente en mi
vida el cielo y la tierra, el idealismo y el realismo, la utopía y el
compromiso, la escatología y la historia...
Para la reunión de grupo
-
La Ascensión del Señor, ¿fue un hecho histórico, físico, espiritual,
teológico...?
-
¿Cuál es el mensaje fundamental del misterio de la Ascensión?
-
La tierra es el único camino que tenemos para ir al cielo... Comentar
esta famosa sentencia del famoso misionólogo P. Charles.
-
[El "texto complementario", de Boff, que sugerimos (http://servicioskoinonia.org/biblico/textos/ascension.htm),
se presta muy bien a ser utilizado como una sesión de estudio bíblico, porque,
sobe el caso concreto de la Ascensión, involucra varios temas fundamentales de
la comprensión de la Biblia, así como otros respecto a la cosmovisión -cielo,
tierra, tiempo, eternidad...-.]
Para la oración de los fieles
-
Para que los cristianos no perdamos de vista al Señor Jesús, el
hermano mayor a quien pretendemos seguir, roguemos al Señor...
-
Por todos los cristianos que están "ahí plantados mirando al
cielo", descuidando los problemas de la tierra, y pensando que los asuntos
de este mundo les distraen de los bienes celestes; para que superen el
espiritualismo dualista...
-
Por los hombres y mujeres que sólo miran a la tierra, para que nuestro
testimonio de una fe que no aliena sino que libera les lleve a descubrir que la
fe es capaz de humanizar y dar profundidad a sus vidas...
-
Para que los cristianos sepamos combinar adecuadamente el cielo y la
tierra, el más allá y el más acá, la trascendencia y la inmanencia, la fe y las
obras, la esperanza y el compromiso aquí y ahora...
-
Para que la fe en la victoria de la vida sobre la muerte nos dé una
reserva de esperanza inclaudicable que contagie a nuestros hermanos...
Oración comunitaria
Oh Dios, Padre nuestro y de nuestro
hermano mayor Jesús; danos tu Espíritu de sabiduría, e ilumina los ojos de
nuestro corazón, para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos
llamas, cuál la riqueza de la gloria que das en herencia a los santos, y cuál
la extraordinaria grandeza de tu poder para con nosotros. Por nuestro Señor
J.C.
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