Apas05, 17 de mayo de 2014
El servicio camino para llegar al
Padre
Hch 6,1-7: Eligieron a siete hombres llenos de espíritu
Salmo responsorial 32: Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti
1Pe 2,4-9: Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real
Jn 14,1-12: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida
Los ministros de la Iglesia hemos
dejado del lado el distintivo de Jesús: poner nuestra vida, todas nuestras
obras al servicio de los últimos, de los que no cuentan en nuestra sociedad.
En vez de buscar los lugares de honor
y de prestigio tendríamos que tener olor a oveja por nuestro contacto
permanente con el pueblo sufriente.
En los últimos años muchas personas
han perdido el rumbo: Buscan estilos, personalidades, ambientes religiosos o
místicos, pero no encuentran o rehúyen el camino de Jesús.
El libro de los Hechos acostumbra llamar “los hombres y mujeres del camino” a las
personas que han tomado la decisión de asumir el estilo de vida proclamado por
Jesús de Nazaret.
A pesar de todo, también entre los
seguidores de Jesús se da la discriminación por motivos étnicos y de condición
social: Se hace menos a las viudas extranjeras.
Ante esta situación, los creyentes
presentan el problema ante los Apóstoles, que declaran que no lo pueden hacer
todo y que necesitan crear un nuevo ministerio para atender a las necesidades
urgentes de la comunidad.
Para crear el nuevo ministerio hacen
intervenir a la comunidad a fin de que elija sus propios servidores,
animadores. Los elegidos son siete personas de origen helénico que son
presentados a los apóstoles para atender las necesidades de la comunidad. No
son servidores de segunda. Son personas encargadas o enviadas a realizar
ministerios diferentes. Pero todos están empeñados en la difusión de la Palabra
y en el crecimiento numérico y cualificado de la comunidad.
El evangelio de hoy se nos presenta como una despedida de Jesús. Los discípulos intuyen o
entienden, que Jesús se va a separar de ellos y se sienten perdidos sin rumbo y
sin camino.
Jesús declara que el camino único
para llegar al Padre es el mismo Jesús: sólo su práctica del amor
misericordioso y de la denuncia profética constituyen el camino seguro para
llegar al Padre.
- Seguir a Jesús hoy, implica, continuar el camino de la misericordia de modo particular
hacia los extranjeros y hacia todos los pobres, sin ninguna discriminación.
- Seguir a Jesús hoy, implica, tomar el camino de estar siempre en actitud de servicio, sin
ponernos por encima de los demás.
- Seguir a Jesús hoy implica renunciar a la búsqueda de los puestos de poder, de fama o de
beneficio económico, que marcan un camino contrario al de Jesús.
- Seguir a Jesús hoy implica seguir el camino de lucha misericordiosa a favor de los grupos
rechazados, en particular por su preferencia sexual.
Tenemos que usar la inventiva para mostrar la misericordia sin favorecer
actitudes y acciones contrarias a la dignidad de la persona.
Cosme Carlos Ríos
Mayo 17 2014
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