2014-05-25

Apas06, Cosme, Jn14:15-21: El Espíritu Santo y la misión

Apas06, 24 de mayo de 2014
El Espíritu Santo y la misión

Hch 8,5-8.14-17: Les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo
Salmo responsorial 65: Aclamen al Señor, tierra entera
1Pe 3,15-18: Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida
Jn 14,15-21: Yo le pediré al Padre que les dé otro defensor


Por mucho tiempo el Espíritu Santo ha estado bastante olvidado en la vida, en la oración y en la pastoral de la Iglesia. Recientemente, a partir de grupos pentecostales, se ha impulsado el conocimiento y el amor al Espíritu Santo. Pero mucho ha quedado reducido a la vida personal, sin proyección a la vida de la Iglesia  y con la misión de la comunidad.
Nos hace falta profundizar en la Sagrada Escritura y en particular en los Evangelios, para conocer al Espíritu Santo, su relación con Jesús y con los discípulos para que, en la misión, nos abramos a su actuación.

La región de Samaria formó originalmente parte de las 12 tribus que formaron Israel. A la muerte de Salomón, que había restablecido los tributos y los trabajos forzados, las 10 tribus del Norte se rebelaron contra la casa de David y formaron un reino diferente. Con ello se hizo difícil la convivencia entre ambos pueblos
El año 722 a. c. el emperador de Asiria derrotó militarmente al rey de Samaria y se llevó cautivos a numerosos ciudadanos de este país. Trajo en su lugar a colonos venidos de otras partes que traían una cultura y una religión diferente, lo que hacía imposible la integración entre ellos para sacudirse el yugo del emperador. A partir de ese momento la convivencia entre judíos y samaritanos se volvió imposible y evitaban todo tipo de convivencia entre ellos. Los judíos eran sumamente cerrados e intolerantes hacia las otras expresiones religiosas.

La comunidad cristiana de Jerusalén ha asumido algunos de los valores de Jesús, pero es heredera de la cultura de cerrazón e intolerancia del grupo judío. No les cabe en la cabeza que Felipe, que no es del grupo de los Doce, se lance a la misión, y mucho menos que lleve el Evangelio a tierra de samaritanos. Sospechan de la actuación de Felipe y es por ello que mandan a Pedro y a Juan a Samaria. Pero El Espíritu los obliga a reconocer lo que parecía imposible:
Ø Felipe tiene legítimo derecho a participar en la misión; esta no es exclusiva de los Doce
Ø Los destinatarios de la misión no son sólo los judíos sino todos los pueblos

El evangelio continúa en el contexto de la semana anterior: Los discípulos presienten que Jesús se va a separar de ellos y se sienten desamparados. Jesús les manifiesta lo que espera de ellos:
Ustedes demostrarán que me aman, si cumplen mis mandamientos. El que me obedece y hace lo que yo mando, demuestra que me ama de verdad.
Amar a Jesús es seguir viviendo lo que El enseñó con su vida y con su palabra: Pero vivir la misericordia hacia los marginados y denunciar a los poderes que provocan muerte puede conducir a la Cruz y esto da miedo. Jesús les promete: Yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes. El paráclito es el que está al lado, que consuela y como abogado, defiende. Entendemos que se trata del Espíritu Santo.

Podemos entender que:
ü El Espíritu Santo, en nombre de Jesús, acompaña, consuela y defienda a la comunidad ante los riesgos que comporta la misión.
ü El Espíritu Santo confirma que la misión es tarea de todos los discípulos de Jesús y que la misión no tiene fronteras.
ü Creer en el Espíritu Santo nos compromete a leer y profundizar los textos del Evangelio que lo relacionan con la misión de María, con la misión de los discípulos y con el nacimiento y envió de la Iglesia.
ü Abrirnos a la acción del Espíritu Santo significa para nosotros valorar en la comunidad, las buenas obras de los pequeños y ofrecerles oportunidades para que actúen.
ü Abrirnos a la acción del Espíritu Santo significa para nosotros no poner límites a la acción pastoral y, a la manera de Felipe, ir más allá de la frontera: más allá de lo acostumbrado.


Cosme Carlos Ríos

Mayo 25 2014

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