Aord12, Cosme, 22 de
junio de 2014
No tengan miedo
(En México Corpus Christi se sigue celebrando el Jueves)
Ø
Jeremías 20, 10-13: Libró la vida del
pobre de manos de los impíos
Ø Sal 68, 8-10. 14 y 17 33-3-5 (R. Que me escuche tu gran bondad,
Señor)
Ø Romanos 5, 12-15: No hay, proporción
entre el delito y el don
Ø Mateo 10, 26-33 : No tengáis miedo a los
que matan el cuerpo
En las últimas semanas me he enterado de personas
secuestradas: algunas, extorsionadas
y maltratadas, han pagado rescate y están en libertad, otras continúan
desaparecidas sin ninguna información.
Ante esta situación
es misión de los creyentes, acompañar, apoyar y consolar a las víctimas; pero
asimismo nos corresponde construir la paz que sólo se obtendrá mediante el
restablecimiento de la justicia.
Tenemos que
acompañar a las víctimas para exigir que se haga justicia y además de eso, como
constructores de paz, nos corresponde organizarnos para reclamar a la autoridad
y apoyarla en su tarea de justicia.
El miedo a
comprometernos, el miedo a que nos pase algo, la desconfianza en los demás, nos
llevan a encerrarnos y paralizan nuestra misión: Hay que vencer el miedo. Esto
lo exige nuestra fe en Jesús.
El profeta Jeremías vivió la experiencia del antes, durante y después de que el pueblo de
Israel fuera deportado a Babilonia tras ser derrotados por los babilonios.
Los jefes de Israel,
la casa real, la clase sacerdotal, el ejército y gran parte del pueblo, a pesar
de ser un pequeñísimo reino decidieron enfrentar al poderoso imperio
babilónico.
Pusieron su
seguridad en que los descendientes de David permanecerían siempre en el trono,
en que el Templo de Dios era inviolable y la ciudad de Jerusalén (Ciudad de
Dios) era indestructible
Jeremías, un hombre
pacifista, por encima de su miedo, se opone a una guerra que
ocasionará un gran derramamiento de sangre y por ello es acusado y agredido por
los judíos amantes de la guerra.
En medio de esta
situación Jeremías exclama: “Maldito el
hombre que confía en el hombre. Bendito el hombre que confía en el Señor.
Los lectores originales del Evangelio de Mateo eran personas de origen judío, que, por los acuerdos
tomados en la asamblea de Jamnia hacia el año 80, fueron expulsados,
atemorizados, y perseguidos por la religión judía reformada.
El capítulo 10 de Mateo, en el comienzo, nos refiere que Jesús reunió y
eligió a los Doce y los envió a una misión. Desde el principio los previene que
hay la posibilidad de que sean rechazados.
Les advierte que su
misión es como irse metiendo en la boca del lobo como corderitos, pero les
ordena que no tengan miedo porque tienen un valor grande ante el Padre.
Jesús, por tres
veces les repite la advertencia “No tengan miedo”.
ü Si de veras creemos en Jesús, en la realidad de hoy, es necesario que venzamos el miedo para realizar nuestra misión de acompañar, apoyar y consolar a las víctimas.
ü Si de veras creemos en Jesús, en la realidad de hoy, tenemos que vencer el miedo y entender que la lucha contra la inseguridad y contra el crimen organizado no la podemos realizar en solitario sino unidos y organizados.
ü Si de veras creemos en Jesús, en la realidad de hoy, tenemos que entender que la lucha corresponde en primer lugar a la autoridad pública, y que nosotros tenemos derecho y deber de exigir justicia y de apoyar las iniciativas de la autoridad pública y para ello tenemos que vencer el miedo.
Tenemos que poner nuestra confianza en Dios, en las
víctimas, en la sociedad y en la unidad y organización del pueblo.
Cosme Carlos Ríos
Junio 21 del 2014
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