2008-12-06

VIVIR EN FAMILIA CON PLENITUD

Ciclo B, 2° DomAdv., 7 de Diciembre de 2008


“Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos”
(Mc 1,2)

A sus 31 años Pedro fue sentenciado a cadena perpetua por “revoltoso” y estar en contra de la dictadura de su pueblo. Su esposa Alma y su hija Rumina lo visitaban en la cárcel todos los domingos. En cierta ocasión, Rumina le llevó a su padre un dibujo dobladito entre los pliegues de su calceta, pues estaba prohibido andar metiendo frutas y estas cosas en la cárcel. Al llegar frente a su padre, sacó el dibujo de su calceta y se lo mostró a su papá diciendo: “¡Mira lo que te traje papá!, ¿verdad que es bonito? Era el dibujo de un árbol que estaba iluminado con verde follaje y por todos lados tenía círculos rojos. Pedro le dijo a Rumania, que por ese entonces tenía 8 años, “Pero es un árbol lleno de manzanas. Si te ven los policías seguro que ya no me permitirán verlas a ustedes. La niña le dice al oído: “Papá esto no es un árbol de manzanas, es un árbol lleno de pajaritos que te están cantando…”
Al paso del tiempo Rumina se convirtió en una mujer que estudió literatura en la Universidad a través de una beca. Actualmente vive en España en donde trabaja con niños y niñas que han padecido guerras. En una ocasión la entrevistaron y comentó que esos niños y niñas eran su familia. Decía: “Mi familia me enseñó que la alegría es el antídoto al dolor y que aunque nos quiten la libertad de andar por las calles, nuestra mente y corazón serán siempre libres. Eso es lo quiero para los pequeños… Ellos son mis hijos.”

¿Es mi familia un espacio donde me siento tratado con amor, respeto e igualdad, o por el contrario con humillación, burla y rencor? ¿Puedo tener una vida plena aún cuando mis padres están separados, divorciados, en la cárcel o de emigrante?

Hoy el Señor nos dice Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos (Mc 1,2) Es decir, el Señor nos pide que quitemos toda acción y actitud de maltrato en nuestras familias, y que tengamos más bien actitudes de respeto y cariño. Por su parte el Documento de Aparecida dice: “La vida sólo se desarrolla plenamente en la comunión fraterna y justa” (# 359)

El tiempo de Adviento es tiempo de reflexionar sobre las experiencias familiares que hemos vivido para discernir si han sido gratificantes y plenas, o por el contrario si han sido autoritarias por parte de la mamá o papá, o de ambos.

Agustín, Pbro.

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