TEMA 4: EL CORAZÓN DE LA BUENA NOTICIA
CICLOA, 4º. DOMINGO ORDINARIO (MT 5, 1-12)
Palabra clave:Felices
OBJETIVO: Entender que para entrar en el Reino de Dios es necesario tener espíritu de pobre y cambiar nuestras actitudes violentas y belicosas, a fin de que podamos construir con Jesús una sociedad nueva con hombres nuevos
Preparar: Cruz - Biblia - candela - dibujo ampliado
ENTRADA
Saludo a los participantes
Canto: EL SEÑOR LO HA DICHO, ASÍ SERÁ
Dichosos los pobres de espíritu:
Suyo es el Reino de Dios
Dichosos los mansos y humildes
Poseerán a Dios
Dichosos los tristes que lloran
Su consuelo es Dios
Dichosos los que obran misericordia
Pues la tendrán de Dios
Dichosos los de limpio corazón
Ellos verán a Dios
Dichosos los que difunden la paz
Felices han de ser
Invocar la luz y la fuerza del Espíritu Santo
MIREMOS NUESTRA REALIDAD
Preguntas
¿Qué vemos en el dibujo ampliado? ¿Qué nos recuerda? ¿Qué nos hace pensar?
En nuestra comunidad
¿Qué personas necesitan Buenas noticias?
¿Quiénes son los pobres?
¿Qué personas están tristes? ¿Por qué están así?
ESCUCHEMOS Y MEDITEMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS
Introducción: El Monte de las Bienaventuranzas o Colina de las Siete Fuentes está situado a unos tres kilómetros de Cafarnaum. Es de poca altura, unos 100 metros, y desde allí se contempla una vista muy hermosa del lago de Galilea. En su cima se construyó una iglesia de forma octogonal, en recuerdo de las ocho bienaventuranzas que menciona el evangelio de Mateo.
El texto de las bienaventuranzas -uno de los más conocidos del evangelio- condensa como ninguno lo esencial de la predicación y la actividad de Jesús. Resume el anuncio liberador que Jesús hizo a los pobres.
Las bienaventuranzas no son una colección de normas de conducta: “se debe” ser pobre, “se debe” ser misericordioso. Son una buena noticia (“evangelio” quiere decir “buena noticia”) que tiene por destinatarios a los pobres, a los que siempre pierden. Tampoco son las bienaventuranzas una fórmula de consuelo para el más allá, como si el Reino de Dios que Jesús anunció fuera equivalente al “reino de los cielos” en la otra vida.
Si Jesús llamó dichosos a los pobres, si les dijo que se alegraran, fue porque iban a dejar de serlo, porque para ellos llegaba la justicia aquí en la tierra.
Abrimos nuestros corazones a la Palabra de Dios, cantando un himno de alabanza...
Lector(a): Cita bíblica (MT 5, 1-12)
Hacemos un rato de silencio, para que la Palabra de Dios pueda anidar en nuestros corazones...
Animador(a): Vamos a descubrir juntos lo que Dios nos quiere decir en este texto:
Preguntas
¿A quiénes llama Jesús bienaventurados (felices) en presente? ¿Cuál es don que se les otorga?
¿A quiénes llama Jesús bienaventurados (felices) en futuro? ¿Cuál es el anuncio de alegría que llegará para ellos?
¿Cómo tenemos nosotros que actuar para llevar buenas noticias a los pobres, a los que están tristes ….?
Como discípulos de Jesús: ¿Qué actitudes hemos de cultivar para recibir en el futuro la alegría que Jesús promete?
CELEBREMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS
Animador(a): Felices por la presencia del Reino de Dios entre nosotros elevamos nuestra suplica confiada la Padre. Hacemos peticiones espontáneas
Oremos con el Salmo 1: “Dichosos los que tienen espíritu de pobre, porque de ellos es el Reino de los cielos”
Conclusión: Nuestros Obispos en el Documento de Aparecida nos dicen:
DA 383. Señales evidentes de la presencia del Reino son: la vivencia personal y comunitaria de las bienaventuranzas, la evangelización de los pobres, el conocimiento y cumplimiento de la voluntad del Padre, el martirio por la fe, el acceso de todos a los bienes de la creación, el perdón mutuo, sincero y fraterno, aceptando y respetando la riqueza de la pluralidad, y la lucha para no sucumbir a la tentación y no ser esclavos del mal.
Cosme
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