Servicio Bíblico Latinoamericano
Domingo 19 de julio de 2015
Domingo 16º de tiempo ordinario, Ciclo B
Justa, Rufina, Arsenio
Jer 23,1-6: Reuniré el resto de mis ovejas y les
pondré pastores
Salmo 22: El Señor es mi pastor, nada me falta
Ef 2,13-18: Él es nuestra paz y ha hecho de los
dos pueblos una sola cosa
Mc 6,30-34: Andaban como ovejas sin pastor
Jr 23, 1-6
En el Primer (Antiguo) Testamento los guías políticos y religiosos son
presentados con frecuencia como pastores y el pueblo como el rebaño. La figura
del jefe como pastor cobró vigencia a partir de David, el pastor convertido en
rey. El rebaño no es propiedad de los pastores sino del Señor, ante el cual
ellos son sus representantes, por eso él mismo les tomará cuentas. El oficio de
los jefes se ha pervertido y esto ha permitido la dispersión y el extravío del
rebaño. El rey Joaquín con su política desatinada provocó la intervención de
Babilonia. La expulsión que se menciona aquí parece referirse a la primera
deportación. La intervención del Señor se justifica por tratarse de su rebaño,
está desarrollada en tres tiempos: repatriación de los deportados, nombramiento
de pastores ejemplares y resonancia escatológica. Se pasa de los pastores al
Pastor-Jefe, al rey davídico en quien los judíos ponen su confianza.
Jeremías es consciente de que el desorden, la situación de injusticia
y el desplazamiento que tiene que soportar y sufrir el pueblo, se debe a los
mandatarios que no han sabido gobernar en función del bien público sino en
función de sus intereses personales y de clase, por eso han fracasado como
gobernantes y es necesario entonces que Dios suscite nuevos pastores. Los
pueblos viven añorando el cambio de la situación cada vez que se presenta la oportunidad
de un nuevo gobierno. La esperanza y la ilusión de que algún día haya
oportunidad para vivir en la justicia no se acaban aunque los hechos nos
muestren que las situaciones siguen iguales. En este momento el problema de
injusticia se ha agudizado más, porque los dirigentes de los pueblos tienen que
obedecer al orden económico internacional, aunque haya esperanza no se
encuentran las salidas, porque se requiere de la voluntad política de los
grandes dirigentes del mundo y principalmente de quienes manejan la economía
mundial. Hoy encontramos en el mundo más desorden, más injusticia, más
desplazamiento. Que la palabra de Jeremías nos ayude a seguir creyendo que es
posible la justicia.
Ef 2, 13-18
Este texto parece ser una inserción dentro de la carta a los Efesios,
es diferente en el lenguaje, en las ideas y en la forma. Inserción en forma de
himno sobre Cristo: la paz y la persona que nos trae la paz. Cristo derribó la
pared divisoria, hizo de los dos ámbitos: judíos y gentiles, uno solo y
destruyó por medio de su carne la enemistad.
El convertir la ley en una norma absoluta trae como consecuencias el
casuismo y el legalismo; destruyendo este carácter de la ley, se elimina la
enemistad. La gran acción de Cristo por la cual se demostró que es nuestra paz
fue la eliminación de la ley como dogma, como norma absoluta y suprema que
separaba a Dios y a los seres humanos, y a judíos y gentiles. Si los jefes
dispersan, Jesús tiene la capacidad de reunir y de acabar con todo aquello que
separa y divide a hombres y mujeres.
A Pablo le tocó enfrentar el problema cultural en la Iglesia primitiva
entre cristianos judaizantes y gentiles, y luchó hasta conseguir que los
gentiles fueran admitidos también dentro de la comunidad cristiana. En el texto
de hoy nos recuerda que en Cristo Jesús desaparecen todo antagonismo y toda
situación de injusticia que hacen que hombres y mujeres de la misma cultura y
de culturas diferentes, no se entiendan entre sí... El evangelio es un mensaje
de carácter universal, derriba los muros sociales, políticos, económicos,
culturales y hermana a todos los hombres y mujeres.
Mc 6, 30-34
Dice el texto de Marcos hoy que a Jesús le dio lástima de la multitud porque andaban como ovejas sin pastor. Los
discípulos han llegado de su labor apostólica a contarle a Jesús todo lo que
les había pasado, Jesús entonces los invita a descansar en un lugar apartado
pero cuando llegan allí fue imposible porque una gran multitud ya estaba en el
lugar esperándolos. Jesús comprendió que más urgente que comer y descansar era
atender a la multitud.
Si Jeremías en su tiempo se queja de los guías políticos mucha más
aguda es la situación en tiempos de Jesús. En la época de Jesús los jefes
políticos y religiosos dispersaban cada vez más al pueblo. El régimen político,
militar y económico impuesto por Roma era una carga que pesaba sobre el pueblo
y que se hacía más gravosa porque había gente que le hacía el juego a los
romanos, entre ellos los saduceos, que administraban el Templo. El rey y los
cobradores de impuestos eran nombrados por Roma y las fuerzas militares romanas
tenían su fortaleza junto al templo de Jerusalén. Esta situación además de
oprimir ofendía la dignidad del pueblo. El régimen tributario era demasiado
minucioso y había que cumplir con el diezmo para el templo. La situación
económica era crítica.
La sociedad se encontraba dividida y se atomizaba cada vez más
tratando de buscar solución al problema del momento; unos creían en la fuerza
de las armas, otros se aislaban y vivían en forma independiente. Se esperaba
una irrupción de Dios que pusiera fin a esta situación y diera oportunidad al
pueblo de Israel. Por otro lado después de la reconstrucción del templo al
regresar del exilio, las leyes de purificación dominaron la religión judía
hasta convertirla en un simple cumplimiento de normas, actitud con la cual
Jesús no está de acuerdo porque se ha desligado totalmente de la vida haciendo
falta la práctica de la justicia, del amor y de la misericordia. En una
situación de éstas hay más desorientación y desconcierto en el pueblo, por eso
Jesús es la alternativa de Dios en ese momento. Muchos se encuentran marginados
del templo, han sido desplazados de allí por no cumplir con las normas rituales
de purificación, cuando oyen hablar a Jesús se sienten identificados con su
enseñanza y con su práctica, descubren que no están tan lejos de los caminos de
Dios, encuentran en él al pastor que en vez de dispersar, congrega y reúne. Por
eso, mientras los guías políticos y religiosos encuentran tiempo suficiente
para descansar y comer, Jesús y los suyos tienen que inventar tiempo para
satisfacer estas necesidades vitales. Marcos reconoce que Jesús, movido por la
compasión de ver a la multitud que andaba como oveja sin pastor, se pone a
enseñarles. Es la causa del Reino la que le consume su tiempo y su vida. Para
esto ha venido, su pasión y su locura es el Reino, en otro pasaje del evangelio
cuando María y los familiares de Jesús se enteran de que no les queda tiempo de
comer por andar en los trabajos del Reino, vienen a buscarlo porque creen que
se está enloqueciendo. Sólo quien ha andado en la vida motivado por una Causa
entiende estas actitudes de Jesús, y no siente hambre ni fatiga por andar
haciendo lo que le gusta y motiva.
Al evangelio de hoy se refiere el capítulo 57 de la serie «Un tal
Jesús», titulado «Cinco panes y dos peces», de los hnos. López Vigil. El guión
y su comentario pueden ser tomados de aquí: http://radialistas.net/article/57-cinco-panes-y-dos-peces
Puede ser escuchado aquí: http://radioteca.net/media//uploads/audios/%25Y_%25m/057.mp3
Para la revisión de vida
Dios promete a su pueblo que le dará pastores
que realmente lo guíen por los caminos de la paz, la justicia y la libertad. Y,
aunque nosotros solemos repartir los papeles, haciendo “pastores” a unos y a
otros “ovejas”, tenemos que reconocer que todos debemos ser “pastores amorosos”
de todos. ¿Reconozco mi responsabilidad por la suerte de mis hermanos, me
siento responsable de su vida, de su paz, de su felicidad, o dejo siempre el
bien de los demás como tarea para otros?
Para la reunión de grupo
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Que Jesús diga “Vengan a un sitio tranquilo, a descansar un poco” se
les antojaría a muchos como un detalle que desentona del resto del evangelio...
Parecería que en el cristianismo el descanso, y mucho más el recreo o el
placer... no tendrían carta de ciudadanía, serían siempre extraños y mal acogidos...
El cristianismo de calidad siempre se llevaría mejor con preceptos, normas,
obligaciones, oraciones, devociones, abstinencias, ayunos, heroísmos… ¿De dónde
viene esta sensación? ¿Qué imagen de Dios lo fundamenta? ¿Es ésa la imagen de
Dios que tiene Jesús?
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Aunque todo debemos ser en la Iglesia "pastores unos de
otros", el tema bíblico de los pastores puede ser referido legítimamente
al tema capital -y de tanta actualidad- de los ministerios en la comunidad
cristiana: ¿cómo sentimos ese tema? Muchos cristianos "de a pie" se
desentienden del tema, como si eso fuera responsabilidad sólo de los
"pastores" precisamente... Una buena reunión del grupo de reflexión
puede ser estudiar el tema en cualquiera de sus aspectos. Se puede llamar a
alguien que lo introduzca con una exposición. Se puede partir de un artículo.
Por ejemplo, de éste: http://servicioskoinonia.org/relat/201.htm
Para la oración de los fieles
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Por los responsables de las comunidades cristianas, para que sirvan
con generosidad y entrega a todos sus miembros, sin acepción de personas, y
atentos a sus necesidades, siendo los primeros en afrontar los problemas de la
comunidad. Oremos.
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Por los gobiernos de las naciones, para que no busquen sus propios
intereses sino que sirvan al bien común. Oremos.
-
Para que en este mundo en que vivimos haya cada día más posibilidades
para que las personas puedan desarrollarse en toda su integridad y con toda su
dignidad. Oremos.
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Por todos los que sufren las consecuencias de una sociedad clasista,
racista y egoísta, para que obtengan la ayuda que necesitan. Oremos.
-
Por nuestra Iglesia, para que sepa afrontar con creatividad la
continua reforma y mejora de los modelos ministeriales, como forma creativa de
servir al pueblo de Dios que peregrina siempre por contextos históricos
diversos. Oremos.
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Por esta nuestra comunidad, para que, después de reflexionar su fe, la
traduzca en generosidad, en entrega a los demás y en cuidado amoroso hacia
todos. Oremos.
Oración comunitaria
Dios, Padre nuestro, míranos con amor, pues
somos hijos e hijas tuyos, y aunque no siempre nos comportemos como los
hermanos y hermanas que somos, no dejes nunca de guiarnos como buen pastor,
para que transformemos nuestro corazón a semejanza del tuyo y se amos buenos
pastores los unos de los otros. Por Jesucristo nuestro Señor.
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