2017-09-10

[COSME] Aord23, RECONSTRUIR LA ARMONIA - CONSTRUIR PUENTES

RECONSTRUIR LA ARMONÍA CONSTRUIR PUENTES DERRIBAR MUROS


Muchas veces las relaciones entre personas, grupos y pueblos se enfrían y van provocando enfrentamientos y rupturas.
La prepotencia y el individualismo nos enfrentan y construímos muros que nos enfrentan. Preferimos el interés personal al bienestar comunitario
Las personas con autoridad solemos amonestar a los demás, pero al hacerlo, con frecuencia mostramos más el malestar que sentimos ante la conducta del otro, que el interés por la armonía y bienestar del otro.

El profeta Ezequiel era hijo del sacerdote Buzí y realizó su ministerio entre el año 595 y el 570 a. e. C. Fue desterrado junto al rey de Judá y acompaño a los desterrados junto al río Kebar en Babilonia.
Muchos de los desterrados habían aceptado el culto a otros dioses, había entre ellos corrupción y se hacían falsas ilusiones sobre el retorno a la patria.
En la parábola de los huesos secos (Ezequiel 37, 1-14), Ezequiel nos muestra que la casa de Israel está desunida, sin espíritu y sin esperanza.
En el texto de hoy, Ezequiel se compara a sí mismo con un centinela militar, encargado de dar la voz de alarma ante el peligro. El profeta se siente responsable de la suerte del pueblo y por eso se siente obligado a mantenerse alerta ante los peligros.
Sus amonestaciones tienen como finalidad formar la conciencia de los desterrados en orden a construir el nuevo núcleo para la restauración de la nación y el retorno a la patria. Esta es su gran pasión.

En el evangelio de hoy, Jesús nos ofrece reglas sencillas sobre cómo proceder en el caso de que haya un conflicto en la comunidad.
Si algún hermano tiene un comportamiento con la vida de la comunidad nos hay que exhibirlos; primero hay que hablar en privado con ellos, pues hay que saber los motivos que ellos tienen.
Si no da resultado hay que invitar a dos o tres personas de la comunidad para ver si se consigue algún resultado.
Sólo en caso extremo se debe llevar a la comunidad y si no quiere escucharla hay que considerarlo como los pecadores que se niegan a arrepentirse.
En ese caso sólo nos queda reunirnos para escuchar al Padre y presentarle nuestro sentir. Jesús se hace presente ahí donde dos o tres nos reunimos en su nombre. Sólo Jesús es el centro de la comunidad.

La Palabra de hoy nos pide cambios en nuestro comportamiento en le vida de la Iglesia:
· Buscar el bien del hermano, más que dar desahogo al malestar que sentimos por las faltas de los hermanos
· Dar esperanza para construir la armonía de la comunidad
· Tender puentes (Caminos de comprensión, de diálogo y colaboración).
· Derribar muros (Quitar importancia a las pequeñas tonterías que nos enfrentan y dividen)
· Bajarle los humos a nuestro ego, nuestra prepotencia y valorar a los demás y la armonía de la comunidad.



Cosme Carlos Ríos
Septiembre 09 2017

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