CORD08, LC6:39-45 LA MOTA DEL OJO - lvc-sbl
VERDE / DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO (C)
- Eclesiástico 27,4-7: No alabes a nadie antes de que razone
- Salmo 92: Es bueno dar gracias al Señor
- 1 Corintios 15,54-58: Nos da la victoria por Jesucristo
- Lucas 6,39-45: El árbol se conoce por sus frutos
ANTÍFONA
DE ENTRADA Cfr. Sal 17, 19-20
El Señor
es mi refugio, lo invoqué y me libró. Me salvó porque me ama.
ORACIÓN
COLECTA
Concédenos,
Señor, que tu poder pacificador dirija el curso de los acontecimientos del
mundo y que tu Iglesia se regocije al poder servirte con tranquilidad. Por
nuestro Señor Jesucristo...
PRIMERA
LECTURA
Del libro
del Eclesiástico 27, 4-7
Cuando se
agita la criba, quedan los desechos; así, cuando la persona habla, se descubren
sus defectos.
El horno
prueba las vasijas del alfarero, y la persona es probada en su conversación.
El fruto
revela el cultivo del árbol, así la palabra revela el corazón de la persona. No
elogies a nadie antes de oírlo hablar, porque ahí es donde se prueba una
persona. Palabra de Dios
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 91)
R/. Es bueno darte gracias,
Señor.
Es bueno
dar gracias al Señor y tocar para tu nombre, oh Altísimo; proclamar por la
mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad. R/.
El justo
crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano: plantado en la
casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios. R/.
En la
vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso, para proclamar que el
Señor es justo, mi Roca, en quien no existe la maldad. R/.
SEGUNDA
LECTURA
De la
primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 54-58
Hermanos:
Cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de
inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «La muerte ha
sido absorbida en la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está,
muerte, tu aguijón?».
El
aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del pecado, la ley. ¡Gracias a
Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo! De modo
que, hermanos míos queridos, manteneos firmes e inconmovibles. Entregaos
siempre sin reservas a la obra del Señor, convencidos de que vuestro esfuerzo
no será vano en el Señor. Palabra de Dios
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Flp 2, 15. 16
R/.
Aleluya, aleluya.
Iluminen
al mundo con la luz del Evangelio reflejada en su vida. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del
evangelio según san Lucas 6, 39-45
En aquel
tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar
a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
No está
el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será
como su maestro.
¿Por qué
te fijas en la paja que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que
llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te
saque la paja del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el
tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro
para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Pues no
hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello,
cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni
se vendimian racimos de los espinos.
El hombre
bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de
la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca». Palabra
del Señor
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Señor
Dios, que haces tuyas nuestras ofrendas, que tú mismo nos das para dedicarlas a
tu nombre, concédenos que también nos alcancen la recompensa eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 12, 6
Cantaré
al Señor por el bien que me ha hecho, y en-tonaré un himno de alabanza al Dios
Altísimo.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos dones de salvación,
suplicamos, Señor tu misericordia, para que este sacramento que nos nutre en
nuestra vida temporal nos haga partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Servicio Bíblico Latinoamericano
Domingo de la VIII semana de Tiempo Ordinario - Ciclo C
La separación entre la teoría y la práctica, entre el decir y el hacer, entre el conocer y el ser, es un problema filosófico digno de toda atención. La filosofía, y luego, el espíritu imperial de Roma, constituyen el ambiente espiritual en el que el cristianismo nació, y por el que quedó profundamente marcado. Así, el cristianismo institucional, históricamente, ha estado mucho más preocupado por la ortodoxia (la «opinión correcta», la ausencia de herejía, la verdad, la fe) que por la ortopraxis (la «práctica correcta», el amor, la caridad): no ha perseguido tanto a quien no vive o no practica el amor, cuanto a quien ha expresado (o incluso sólo pensado) una opinión teórica discrepante de los dogmas oficiales. Las persecuciones que la Inquisición montó en los siglos oscuros de la historia de la Iglesia de Occidente son un ejemplo de la hipertrofia de esta primacía dada a lo teórico o dogmático, sobre lo práctico.
El pensamiento moderno cambió esta situación en la cultura occidental, asumiendo una fuerte valoración e incluso una clara preferencia por la praxis frente a la teoría. El "primado de la acción", la primacía de la praxis... marcan característicamente a la modernidad: la acción es más importante que la teoría, el hacer más que el decir, la transformación de la realidad más que su simple interpretación.
Al cristianismo esta preferencia moderna por la praxis no nos sorprende fuera de juego: la mejor tradición bíblica coincide plenamente con ella. La Palabra de Dios -dabar, palabra en hebreo- no es un sonido (flatus vocis, un mero ruido de la voz), ni un simple concepto mental, sino un hecho, una actuación: Dios no se revela en afirmaciones doctrinales... sino en acontecimientos, en intervenciones salvadoras en la historia.
Los profetas de Yavé no cesan de reconvenir al Pueblo de Dios cuando éste se desvía hacia un culto quizá fervoroso pero que, sin el respaldo de la vida, se convierte en idolátrico. Los dioses son nada; el Dios de Israel es vida, amor, historia. «Conocer a Yavé es practicar la justicia», repetirán los profetas con una insistencia casi obsesiva (Mq 6,6-8), con una paradoja digna de ser subrayada ante nuestra cultura occidental: "conocer es practicar...". La praxis del amor y de la justicia es el criterio máximo de la bondad moral, por encima de todo culto o sacrificio (Is 1,10-18; 58,1-12; 66,1-3; Am 4,4-5; 5,21-25; Jer 7,21-26), o de cualquier otra seguridad moral (Jer 7,1-15; 9,24) o de toda ortodoxia doctrinal; así como la referencia fundante de la fe religiosa de Israel y de su misma constitución como Pueblo es la praxis liberadora de Dios en el Exodo (Ex 20,1).
Jesús, «profeta poderoso en obras y palabras» (Lc 24,19), que primero comenzó "haciendo" para enseñar (cfr Hch 1,1), que provocaba el asombro de unas muchedumbres «que oían “lo que hacía”» (Mc 3, 8) tanto o más que lo que decía, recogerá esta veta profética e insistirá -con fuerza mayor y una coherencia total hasta su propia muerte- en que «no todo el que “dice”... sino el que “hace” la voluntad del Padre entrará en el Reino» (Mt 7,21-23); que «los verdaderos adoradores adorarán en espíritu y en verdad» (Jn 4, 23), y que si lo amamos a Él «practicaremos sus mandatos» (Jn 14,24).
La palabra de Jesús alcanza en este punto su claridad máxima cuando propone la práctica del amor, especialmente «con estos mis hermanos más pequeños», como el «criterio escatológico de salvación», conforme al cual se realizará el «juicio de las naciones» (Mt 25,31-46). La parábola del «buen samaritano» (Lc 10,25-37) subrayará esta primacía de la práctica del amor por encima de las fronteras de credo, culto o religión. El evangelio de Juan recalcará hasta la saciedad que la práctica concreta, las obras, son las que dan testimonio creíble (Jn 5,36; 6,30; 7,3; 9,3; 10,25; 10,37-38; 14,11; 15,24).
"Por sus obras los conocerán", dice Jesús. La prueba de la persona está en su hablar (segunda lectura de hoy). "Obras son amores, y no buenas razones", dice un refrán castellano. "Una cosa es predicar y otra dar trigo", dice otro. "Del dicho al hecho hay un buen trecho", añade un tercero. "Operari sequitur esse", el obrar sigue al ser, decía por su parte un principio aristotélico: los frutos buenos sólo pueden venir del árbol bueno, y por eso, los frutos prácticos, los hechos, son el mejor criterio de discernimiento moral. En el fondo, Jesús nos está enseñando algo de sentido común, del buen y profundo sentido común.
Jesús no simplemente "predicó" esta primacía de la práctica, sino que la vivió. Pasó por este mundo «haciendo el bien» (Hch 10,37), y «todo lo hizo bien» (Mc 7,37)... De ahí que Jesús recomiende a sus seguidores que comiencen por practicar lo que confiesan con la boca, lo que creen con la fe. Importa mucho que el seguidor de Jesús presente antes de nada las credenciales de su autenticidad. Su vida ha de ser el modelo de lo que predica. No es posible creer a quien contradice con los hechos lo que dice con sus palabras. Por eso, Jesús nos inculca la necesidad de vivir coherentemente con lo que creemos, como condición previa a todo "apostolado". No es posible pretender corregir o mejorar a los demás cuando nuestra vida no muestra aquello que predicamos; eso sería ser ciegos y querer guiar a los demás. La mejor invitación a los otros, en este sentido, es el propio ejemplo: "el ejemplo arrastra", dice el refrán. Es necesaria pues la humildad de comenzar por luchar contra los propios defectos, en vez de querer corregir a los demás. "Quita la viga de tu ojo, y entonces podrás quitar la brizna del ojo de tu hermano". Lo contrario es incoherencia y probablemente hipocresía. Jesús, en su propia persona, fue ejemplo de esa misma veracidad y autenticidad.
"Hay tiempos en los que la mejor manera de decir es hacer" (José Martí).
"Ser lo que se es. Hablar lo que se cree. Creer lo que se predica. Vivir lo que se proclama. Hasta las últimas consecuencias y en las menudencias diarias" (P. Casaldáliga, vea: https://independent.academia.edu/PedroCASALDALIGA).
Para la revisión de vida
- El mensaje de Jesús hoy nos invita a una introspección personal profunda: ¿Estoy queriendo quitar briznas en los ojos ajenos, teniendo tal vez alguna viga en los míos?
- ¿Quedan avaladas mis palabras por mi vida, mis dichos por mis hechos, mi apariencia por mi verdad? ¿Soy auténtico?
Para la reunión de grupo
- Enumerar entre todos casos históricos, prácticos, de costumbres, de la doctrina tradicional… en los que se evidencie la tendencia clásica del cristianismo a privilegiar lo teórico sobre lo práctico, lo doctrinal sobre lo existencial, las palabras sobre los hechos, lo confesado con la boca sobre lo confesado por nuestro testimonio…
- Enumerar por el contrario argumentos (evangélicos, de la vida de Jesús, teológicos, filosóficos incluso…) en los que se evidencia que la mentalidad bíblica no es teoricista, como la griega clásica.
- Aplicar esto a nuestra comunidad cristiana.
Para la oración de los fieles
- Por todos los hombres y mujeres, para que den frutos de buenas obras que hablen de su buen corazón, roguemos al Señor.
- Por todos los evangelizadores, para que la autenticidad de su propia vida sea el principal aval de su llamado a la conversión...
- Por nuestras comunidades cristianas, para que nuestra conversión personal, hecha de humildad y búsqueda de autenticidad, sea el mejor camino a la conversión de toda la comunidad...
- Por todos los que realizan un trabajo intelectual, basado en las ideas, la palabra, la enseñanza… para que su trabajo “teórico” nunca deje de ser “práctico”, y para que esta su práctica teórica sea siempre una construcción del Reino de Dios, buena noticia para todos los que sufren…
- Para que no sólo demos buenos frutos, sino que sanemos las raíces de nuestro árbol y purifiquemos nuestro corazón…
Oración comunitaria
- Dios Padre, nuestro y universal, que en la historia de Israel nos has pronunciado una palabra hecha siempre de hechos, de acciones y acontecimientos salvadores. Danos un corazón dispuesto a descubrir su presencia igualmente salvadora en la historia de otros pueblos, para que llegue el día en que todos te reconozcamos como el misterio, el fundamento y la meta de nuestras agradecidas existencias.
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