Ciclo A, 11° Dom.Ord., 15 de Junio de 2008
“A estos doce los envío Jesús con estas instrucciones”
(Mt 10, 5)
Después de explicar cómo el Reino de Dios se hace presente en palabras (Mt 5-7) y acciones (Mt 8-9) de Jesús, Mateo introduce este “discurso de misión” en el que descubre la tarea que Jesús encarga a sus discípulos como continuadores de su misión.
¿Cómo han de realizar los discípulos de Jesús esta misión?
1) Con un corazón compasivo como el de Jesús.
2) Con la conciencia de que el dueño de la misión es Dios y no ellos.
3) Con la oración, rogando al “dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”.
4) Tomando como ejemplo a Jesús, que tiene y da el poder “para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias”.
5) Siguiendo las instrucciones que Jesús da en y para un tiempo determinado: “No vayan a tierra de paganos ni entren en ciudades de samaritanos”. Es decir, de acuerdo al Plan Diocesano y Parroquial de Pastoral.
6) Reconociendo que esta misión implica búsqueda, anuncio y otras acciones concretas: Vayan en busca de…, proclamen por el camino… curen… resuciten… echen fuera a los demonios.
7) Aceptando que esta misión se hace sólo por amor, sin esperar nada a cambio: “Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente”.
Desde la perspectiva de los Obispos de Latinoamérica y de El Caribe, Misión significa llevar la buena noticia de la dignidad humana hacia todos los sectores parroquiales y, a través de pequeñas comunidades, llegar hasta los alejados y marginados para que salgan de su anonimato y transformar, desde ellos, su realidad de muerte (Aparecida 360-363; 372, 310, 164, 265, 146).
Las etapas de la vocación son el Llamado, luego la Respuesta y finalmente la Misión. Usted, ¿en qué etapa se encuentra?
David, Pbro.
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