2008-12-16

CONSOLIDAR DESDE LA FAMILIA UNA ECONOMÍA SOLIDARIA

Ciclo B, 4° DomAdv., 21-Dic-2008


“Consolidaré su reino”
(2-Sam 7,12)

Por economía se entiende la generación de bienes y servicios, su distribución y administración, por ejemplo los alimentos y la medicina. Este proceso requiere de trabajo, creatividad y sentido de justicia. Se trata de administrar los bienes y servicios de acuerdo a una justa distribución de la riqueza, y de no dañar ni acabar con los recursos naturales. Sin embargo, en nuestro mundo globalizado de hoy está sucediendo de otra manera. Lo expresan muy bien los Obispos: La globalización sigue una dinámica de concentración de poder y de riquezas en manos de pocos, no sólo de los recursos físicos y monetarios, sino sobre todo de la información y de los recursos humanos, lo que produce la exclusión, aumentando las desigualdades que marcan tristemente nuestro continente y que mantienen en la pobreza a una multitud de personas (AP 62). La avidez del mercado y su publicidad descontrola el deseo de niños, jóvenes y adultos (AP 50), haciéndolos víctimas de la cultura del consumo y adictos por las sensaciones (AP 51). Muchos de nosotros compramos cosas sólo por comprar y sentir, sin que realmente las necesitemos. En este sistema económico, mientras que algunos acumulan y acumulan bienes y servicios, muchos otros acumulan sólo aire o grasa (AP 357). En algunos casos, ambas cosas.
Esta situación provoca angustia para muchas familias que apenas tienen para sobrevivir, y en donde, por acumular, se van generando relaciones egoístas y excluyentes, dejando de lado la alegría del compartir.

La Palabra de Dios nos dice que más bien acumulemos “tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben.” (Mt 6, 19-20). No se puede servir a Dios y al Dinero (Mt 6, 24). Nos advierte el Señor de la tentación de la avaricia (Lc 12, 13). Aparecida nos dice que el neoliberalismo es un sistema económico inicuo (385), que está destruyendo a la familia (463-e), y provoca su crisis (479).

Ya próximos a la Navidad sería bueno que en nuestras familias revisemos nuestra manera de consumir, de acumular y distribuir lo bienes y servicios que tenemos. Además, ¿compartimos nuestros bienes y servicios con otras personas fuera del círculo familiar? Y no estaría de más que pronto nos sometamos a estudios clínicos para saber que tanto aire o grasa hemos consumido. Estamos llamados a consolidar desde nuestras familias una economía solidaria y humana.

Agustín, Pbro.

No hay comentarios: