2009-01-13

VOCACIÓN DE LOS PRIMEROS DOS

Ciclo B, Ord2, 18 de Enero de 2009

Los dos discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús
(Jn 1, 37)
JESÚS DE NAZARET llamó a los primeros dos discípulos del grupo del Bautista. Eran personas sencillas y que se les consideraba pecadoras. Ellos confiaron en la palabra del Bautista, quien los acercó al “Cordero de Dios” y, a su vez, Jesús confío en el Bautista. En el prefacio del domingo anterior se decía que Jesús, después del bautismo en el Jordán, fue enviado a evangelizar a los pobres. He ahí el escenario: confianza en los pobres, más aún, ser pobres, para evangelizar a los pobres. Ahora, frente al desafío de la “Misión Permanente” tenemos las siguientes tentaciones: No ser pobres como Jesús; no confiar en los pecadores y/o pobres para la misión; o bien acapararlos para mi grupo, movimiento o asociación… alejándolos del Mesías.

EN APARECIDA se lamentan los Obispos que poco nos hemos preocupado por los pobres (100-b) y que, en ocasiones, nos hemos apartado de una vida más sencilla, austera y solidaria (100-h), siendo que la Iglesia es casa de los pobres (8). Por eso se nos invita a que los discípulos y misioneros de Jesucristo seamos pobres para ir al encuentro de los pobres (540). Es necesario dedicar tiempo a ellos y transformar su situación, desde ellos (397), ser sus amigos (398). En la construcción del Reino participamos todas las personas de buena voluntad, pero en especial los pecadores y débiles. “Todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los pobres (Mt 25, 40)” (AP 393). “Nuestra solidaridad se ha de manifestar en la defensa de la vida, de los derechos humanos, y en el acompañamiento de los más débiles y excluidos para que sean sujetos de cambio.” (394). Por otro lado también se afirma desde el magisterio: “En las últimas décadas, varias asociaciones y movimientos apostólicos laicales han desarrollado un fuerte protagonismo.” (214).

QUÉ LES PARECE si nos incorporamos con grupos o familias pobres para convivir con ellos y, así, tengamos las mismas actitudes de Jesús de Nazaret. Qué les parece si nos proponemos un Programa Personal de Pobreza que nos permita seguir mejor los pasos de Jesús de Nazaret y nos haga tomar más conciencia de la realidad de miseria, y su consecuente inseguridad y violencia, que mucha gente de nuestro alrededor vive. Qué les parece si estudiamos y reflexionamos a profundidad las Bienaventuranzas, la primera de las cuales es una buena noticia para los pobres: “¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece!” (Lc 6, 20)

Agustín Pbro.

No hay comentarios: