Is 66, 18-21: De todos los países traerán a todos sus hermanos
Salmo 116: Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio
Heb 12, 5-7.11-13: El Señor reprende a los que ama
Lc 13, 22-30: Muchos intentarán entrar y no podrán
JESÚS DE NAZARET continúa su viaje a Jerusalén hacia la cruz, pasando por pueblos y aldeas en los que enseñaba. En este contexto alguien le pregunta: Señor, ¿son pocos aquellos que se salvaran? Jesús responde que para salvarse se necesita hacer un esfuerzo por entrar por la “puerta estrecha”, es decir, hacer un esfuerzo significativo por construir el Reino de Dios lo cual de por sí es complicado. Y más difícil cuanto más se acaparan los primeros lugares del Reino. Muchos fariseos y doctores de la ley pensaban que ese esfuerzo no les era necesario porque tenían ya segura la salvación. ¿Cuál será ahora la puerta ancha en el ámbito eclesial y social? El individualismo pastoral y el creciente estado de inseguridad y violencia me parecen las puertas malévolas más atrayentes en la actualidad. El primero se refleja en la falta de compromiso por el Reino en la mayoría de los bautizados; el segundo es consecuencia entre otros factores por el monopolio-pobreza y por un estado rebasado.
APARECIDA dixit que en Jesucristo, el Reino de Dios que transforma la Iglesia y la sociedad, somos hijos dignos de Dios, con los mismos derechos y deberes (AP 382). Y por tanto, ser discípulos y misioneros de Jesucristo nos lleva a promover la dignificación de todo ser humano, y a trabajar junto con los demás ciudadanos e instituciones para ello. Urge crear estructuras que consoliden un orden social, económico y político en el que no haya inequidad y donde haya posibilidades para todos, y que promuevan una buena convivencia humana que impidan la prepotencia y faciliten los consensos sociales (AP 384).
QUÉ LES PARECE si nos proponemos hacer el esfuerzo en trabajar en comunión a favor de todo el cuerpo de Cristo más allá de mi grupo o pequeña comunidad, más allá de mi movimiento o asociación, de mi capilla, de mi parroquia... Qué les parece si nos proponemos hacer 5 minutos diarios de oración por una persona que haya caído en la delincuencia y/o corrupción por su liberación de tal esclavitud del mal. Y finalmente, para los pudientes, qué les parece hacer el esfuerzo por promover integralmente a una persona o familia para que salgan adelante en este valle de lágrimas.
Agustín, Pbro.
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