Sab 9, 13-18: ¿Quién comprende lo que Dios quiere?
Salmo 89: Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Lc 14, 25-33: Amar más a Dios
JESÚS DE NAZARET había ido asustando a sus discípulos diciéndoles que seguirlo es tan difícil como entrar por la “puerta estrecha”. Anteriormente decía a sus discípulos que habría que recibir el Reino con una actitud de humildad y de caridad preferencial hacia los pobres. Ahora les pide un seguimiento total por encima de cualquier bien personal o familiar. Hoy, muchos bautizados tienen un cierto compromiso con su familia, con su trabajo y uno que otro con su entorno social. Pero casi nada de compromiso con la Iglesia ni con Dios. Hoy, Jesús condiciona su seguimiento: Primero el compromiso es con él y luego con lo demás. ¿Cuántas horas a la semana dedica usted a Dios, a su Iglesia, a su familia, a su trabajo, a su persona, al bien común?
La Palabra dice que “cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo” (Lc 14, 33). APARECIDA por su parte afirma que los Rasgos del discípulo son: que Jesucristo sea su centro, familiarizado con la Palabra, la confesión y la Eucaristía; se inserte en la comunidad eclesial y social; solidario y misionero (AP 292). El documento nos menciona algunos compromisos: Compromiso del bautismo (228), con la justicia social (363), con la cultura de la vida (358), con la misión continental (362), que hemos de fundamentar en la roca de la palabra de Dios (Benedicto XVI, DI 3; AP 247). El compromiso de formar pequeñas comunidades en el Continente (310), pues son un medio privilegiado para vivir la espiritualidad de comunión (307).
QUÉ LES PARECE si, partiendo de los cuatro ejes que Aparecida (# 226) nos recomienda reforzar, nos proponemos lo siguiente:
1) La experiencia religiosa: Nos comprometemos con Dios en la participación dominical en la Misa y rezando el Padre Nuestro todos los días.
2) La experiencia comunitaria: Nos comprometemos a construir en la parroquia una red de Cebs que favorezca la relación y el fortalecimiento de la familia, los derechos humanos, el mundo del trabajo y la participación en la vida pública del país.
3) La formación bíblico-doctrinal: Nos comprometemos a usar mucho más la Palabra de Dios. Que sea nuestro libro de cabecera, de estudio y de trabajo pastoral.
4) El compromiso misionero con los alejados: Nos comprometemos en participar en la misión continental permanente desde la parroquia a donde asisto.
Agustín, Pbro.
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