2011-10-31

CONMEMORACION DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS [2011]

CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS [2011]

Principio del formulario

El mes de noviembre tiene un tono espiritual particular, por los dos días con los que se abre: la solemnidad de Todos los Santos y la Conmemoración de los Fieles Difuntos. El misterio de la comunión de los santos ilumina especialmente este tiempo y toda la parte final del año litúrgico, orientando la meditación sobre el destino eterno del hombre a la luz de la Pascua de Cristo.
En ella se fundamenta la esperanza que, como dice San Pablo en la segunda lectura,"no defrauda” (Rom, 5, 5). Esta celebración de hoy, sublima la fe y expresa sentimientos profundamente grabados en el alma humana. La gran familia de la Iglesia vive en estos días un tiempo de gracia, y lo vive según su vocación: reuniéndose alrededor del Señor en la oración y ofreciendo su sacrificio redentor como sufragio por las almas de los fieles difuntos.
La conmemoración de todos los difuntos es una invitación, para cada uno, a no dormirse, a no llevar una vida dominada por la mediocridad. La conciencia de que “la espera ansiosa de la creación anhela la manifestación de los hijos de Dios” (Rom 8,19) amplía todos los horizontes humanos. La fe de la Iglesia nos llama "a no recaer en el temor" (Rom. 8,15), recordando que no hemos recibido un espíritu de esclavitud, sino de hijos adoptivos (Rom. 8, 15). La liturgia de hoy nos convoca, pues, a dirigirnos hacia aquella promesa de plenitud de vida por la cual a nosotros, pobres criaturas, se nos da poder afirmar con certeza y maravillosamente: “lo veré, yo mismo; mis ojos lo contemplarán” (Job 1, 27ª).
 Hay un contraste entre lo que aparece a la mirada humana y lo que, en cambio, ven los ojos de Dios. Por esto el profeta Isaías puede afirmar que es necesario que sea retirado “el manto que recubre todas las naciones” (Is 25, 7). El mundo tiene por dichoso al hombre que vive mucho tiempo y en la prosperidad, y entre los hombres adquieren prestigio los sabios, los doctos, los poderosos. Para Dios son otros los llamados “bienaventurados”. Hay dos dimensiones de la realidad: una más profunda, verdadera y eterna, y otra marcada por la finitud, por la provisionalidad y por la apariencia. Es importante subrayar que estas dos dimensiones no tienen una simple sucesión temporal, como si la verdadera vida comenzara sólo “después” de la muerte. En realidad, la “verdadera vida”, la vida eterna, empieza ya “ahora”, en este mundo, aun dentro de la precariedad de los acontecimientos: la vida eterna se abre desde ahora, en la medida en que se está abierto al misterio de Dios y se lo recibe. De aquí que podamos cantar con el salmista: “estoy seguro de que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes” (Sal 27, 13). Y de poder “habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida para contemplar la belleza del Señor” (Sal 27, 4).
Dios es la verdadera sabiduría que no envejece, la auténtica riqueza que no se corrompe, es la felicidad a la cual aspira el corazón de todo hombre. Esta verdad, presente en los Libros sapienciales de las lecturas de hoy y que reaperece en el Nuevo Testamento, encuentra su cumplimiento en la existencia y en la enseñanza de Jesús.
            En el horizonte de la sabiduría del Evangelio, la muerte misma es portadora de una saludable enseñanza, puesto que nos lleva a mirar, sin filtros, la realidad. Nos empuja a reconocer la caducidad, de lo que se presenta como grande y fuerte a los ojos del mundo. Cara a la muerte pierde interés todo motivo de orgullo humano y resalta, en cambio, lo que realmente importa. Todo lo de aquí abajo termina; todos estamos de paso en este mundo. Sólo Dios tiene la vida en sí mismo. Él es la vida.
La nuestra es una vida participada, que nos ha sido dada por Otro. Por esto, un hombre puede llegar a la vida eterna sólo mediante la particular relación que el Creador ha establecido con él. Dios, aunque ve el alejamiento del hombre, no ha interrumpido la relación inicada: más bien, ha querido dar un paso más y ha creado una nueva relación, de la que nos habla la segunda lectura: “mientras aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom 5, 8).
Si Dios –escribe San Juan- nos ama tan gratuitamente que llega a desear que no se pierda nada de lo que Él confió a su Hijo (cfr. Jn 6, 39), también nosotros podemos, y debemos, dejarnos involucrar en este movimiento oblativo y hacer de nosotros mismos un don gratuito a Dios. De este modo conocemos a Dios, como somos conocidos por Él; de este modo permanecemos en Él como Él ha querido permanecer en nosotros y pasamos de la muerte a la vida (cfr. 1 Jn 3, 14), como Jesucristo, que ha derrotado a la muerte con su resurrección, gracias al poder glorioso del amor del Padre celestial.
Unámonos en oración y elevémosla al Padre de toda bondad y misericordia, para que, por intercesión de María Santísima, Nuestra Señora del Sufragio, el encuentro con el fuego de su amor purifique rápidamente a todos los fieles difuntos de toda imperfección y los transforme para alabanza de su gloria. Y recemos para que nosotros, peregrinos sobre la tierra, mantengamos siempre orientados nuestra vista y  y nuestro corazón hacia la última meta anhelada: la casa del Padre, el Cielo.

2011-10-17

Enviados a continuar la misión de Jesús

DOMUND:
Enviados a continuar la misión de Jesús
 (MT 28, 16-20)

Palabra clave: Biblia-Culto-Vida
OBJETIVO: Entender que la misión que Jesús encargó a sus discípulos incluye la Palabra, el Culto y la Vida, a fin de que nosotros en nuestra vida y en nuestra actividad integremos Biblia, culto y vida
Preparar: Cruz - Biblia - candela - dibujo ampliado


ENTRADA
Saludo a los participantes
Canto: Id y enseñad
Sois la semilla que ha de crecer,
Sois estrella que ha de brillar.
Sois levadura, sois grano de sal,
Antorcha que debe alumbrar. /
Sois la mañana que vuelve a nacer,
Sois espiga que empieza a granar.
Sois aguijón y caricia a la vez,
Testigos que voy a enviar.

ID, AMIGOS, POR EL MUNDO, ANUNCIANDO EL AMOR, MENSAJEROS DE LA VIDA, DE LA PAZ Y EL PERDON, SED, AMIGOS, LOSTESTIGOS DE Ml RESURRECCION, ID LLEVANDO Ml PRESENCIA CON VOSOTROS ESTOY,

Sois una llama que ha de encender resplandores de fe y caridad.
Sois los pastores que han de guiar al mundo por sendas de paz. /
Sois los amigos que quise escoger, sois palabra que intento gritar.
Sois reino nuevo que empieza a engendrar justicia, amor y verdad.

Sois fuego y savia que vine a traer, sois la ola que agita la mar.
La levadura pequeña de ayer fermenta la masa del pan. /
Una ciudad no se puede esconder. ni los montes se han de ocultar,
En vuestras obras que buscan el bien los hombres al Padre verán.

Invocar la luz y la fuerza del Espíritu Santo

MIREMOS NUESTRA REALIDAD
Contemplar el dibujo ampliado ¿Qué vemos? ¿Qué sentimientos despierta en nosotros? ¿Qué nos hace pensar?
Preguntas
En nuestra comunidad ¿Cómo se relacionan las personas que dan Catecismo y asisten a Círculos bíblicos con los que hacen oración y participan en la Liturgia y con los grupos que hacen obras de caridad? ¿Por qué?

ESCUCHEMOS Y MEDITEMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS
Introducción: Las “apariciones” de Jesús resucitado a los primeros cristianos ocurrieron durante un largo espacio de tiempo, probablemente varios años (1 Corintios 15, 8). El libro de los Hechos habla de que sucedieron durante cuarenta días, y que después de este plazo Jesús «subió al cielo».
Decir que Jesús resucitado se manifestó a sus discípulos durante cuarenta días expresa que aquel fue un período suficiente, completo, e irrepetible.

Abrimos nuestros corazones a la Palabra de Dios, cantando un himno de alabanza...
Lector(a): Cita bíblica (Mt 28, 16-20)  
Hacemos un rato de silencio, para que la Palabra de Dios pueda anidar en nuestros corazones...
Animador(a):
Vamos a descubrir juntos lo que Dios nos quiere decir en este texto:
Preguntas
¿A dónde se dirigieron los discípulos de Jesús? ¿En qué parte se encontraron con Jesús?
¿Cómo reaccionaron los discípulos al ver a Jesús?
¿Qué hace Jesús? ¿Qué dice?
¿Qué aspectos incluye la misión que Jesús encarga a sus discípulos?
¿Qué aspectos ha de tener nuestra vida comunitaria?
¿Qué vamos a hacer nosotros como personas y como comunidad para que se integren adecuadamente la Palabra (Biblia) Culto (Oración personal, Liturgia) y vida?

CELEBREMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS
Animador(a): Conscientes de la misión que Jesús nos confía hagamos nuestras peticiones. Respondemos Acompáñanos Jesús.
Oremos con el Salmo 47 (46)

Conclusión: Nuestros Obispos en el documento de Aparecida nos dicen
DA 262 [La Piedad Popular].   
Es verdad que la fe que se encarnó en la cultura puede ser profundizada y penetrar cada vez mejor la forma de vivir de nuestros pueblos. Pero eso sólo puede suceder si valoramos positivamente lo que el Espíritu Santo ya ha sembrado.
La piedad popular es un “imprescindible punto de partida para conseguir que la fe del pueblo madure y se haga más fecunda” [Directorio sobre la piedad popular y la Liturgia, n. 64].
Por eso, el discípulo misionero tiene que ser “sensible a ella, saber percibir sus dimensiones interiores y sus valores innegables” [EN 48].
Cuando afirmamos que hay que evangelizarla o purificarla, no queremos decir que esté privada de riqueza evangélica. Simplemente deseamos que todos los miembros del pueblo fiel, reconociendo el testimonio de María y también de los santos, traten de imitarles cada día más.
Así procurarán un contacto más directo con la Biblia y una mayor participación en los sacramentos, llegarán a disfrutar de la celebración dominical de la Eucaristía, y vivirán mejor todavía el servicio del amor solidario. Por este camino se podrá aprovechar todavía más el rico potencial de santidad y de justicia social que encierra la mística popular.

Cosme

Norberto Rivera: La Iglesia católica puede y debe meterse en política

La Crónica de Hoy Norberto Rivera: La Iglesia católica puede y debe meterse en política
Notimex Nacional 2011-10-17

La Iglesia católica puede y debe meterse en política como lo hizo Jesús, aseveró el cardenal Norberto Rivera tras recordar que la separación entre la Iglesia y el Estado no quiere decir contraposición y menos mutua negación.Durante su homilía en la misa dominical celebrada en la Catedral Metropolitana, el prelado recordó que la autoridad humana no es absoluta y si se opone a los derechos divinos con leyes injustas o inhumanas, “debemos poner la obediencia de Dios por encima del respeto al César (gobernante civil)”.

Ante un templo prácticamente abarrotado por miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas y de la comunidad peruana en México, que prepararon una romería en honor del Señor de los Milagros, el prelado explicó el pasaje bíblico que contiene la expresión: “Dad al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios”.El arzobispo primado de México explicó que esta sentencia doctrinal es decisiva para iluminar la conducta de los hombres ante la autoridad humana y divina, las relaciones de los ciudadanos con el Estado y de todos con Dios.
Desde ese momento, expuso, el propio Jesucristo estableció la necesaria separación entre religión y política, entre la Iglesia y el Estado, pero con la salvedad de que separación no quiere decir contraposición y menos mutua negación.

A partir de la interrogante ¿puede la Iglesia meterse en política?, el cardenal Rivera reiteró que el propio Evangelio indica cómo conciliar la separación entre fe y vida para superar los problemas que enfrenta la sociedad.
De esa forma queda establecido que la autoridad civil tiene como límite todo aquello que va contra los ciudadanos, precisó Rivera Carrera.
“Cuando la autoridad se sale del marco legal desde donde puede y debe gobernar, no hay obligación de tributarle obediencia, y si se opone abiertamente a los derechos humanos fundamentales, entonces hay que negarle la obediencia”, puntualizó.

Y, ¿qué pasa si la autoridad civil se opone a los derechos divinos? Pues sin necesidad de que estén en la Constitución, siguiendo el ejemplo de Jesús de dar a Dios lo que es de Dios, se concluye que cada uno de los hombres y sociedades intermedias “debemos poner la obediencia a Dios por encima del respeto al césar”.
En este sentido, reiteró que los cristianos y los hombres en general deben obedecer y respetar a la autoridad sólo en aquello que conduzca al bien de la comunidad.
El cardenal Rivera enfatizó que la autoridad civil sólo tiene poder para legislar a favor de los derechos y los deberes humanos, sin oponerse a los divinos.

Para que la Iglesia sea fiel a su Maestro, no puede descuidar la dimensión social del cristianismo que ordena obedecer las leyes justas, pero también defender siempre la dimensión justa de la vida humana “que nos ordena dar a Dios lo que es Dios”, concluyó.

2011-10-11

Contra los ídolos del mundo

29º DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO: Contra los ídolos del mundo
 (MT 22, 15-22)

PALABRA CLAVE: Dios y el César
OBJETIVO: Entender que, aunque debemos participar en las estructuras del mundo y darles un respeto, nuestra adhesión es a Jesucristo y su Reino. Por lo tanto, nuestro comportamiento en los partidos políticos y en la fábrica, por ejemplo, será según los criterios del Reino y no de las corrientes del mundo actual.
Preparar: Cruz - Biblia - candela - dibujo ampliado

ENTRADA
Saludo a los participantes
Canto: A DIOS DEN GRACIAS
A Dios den gracias los pueblos, alaben los pueblos a Dios. A Dios den gracias los pueblos, alaben los pueblos a Dios.
Que Dios tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro entre nosotros; conozca la tierra tus caminos, las naciones tu salvación.
Que canten de alegría las naciones porque riges el mundo con justicia, con rectitud riges los pueblos y gobiernas las naciones de la tierra. /…/
Invocar la luz y la fuerza del Espíritu Santo

MIREMOS NUESTRA REALIDAD
Contemplar el dibujo ampliado
¿Qué vemos? ¿Qué sentimientos despierta en nosotros?
¿Qué nos hace pensar?
Preguntas
¿Quiénes son la persona trajeada y la pareja frente a Jesús? ¿Qué hacen y con qué intención?
¿Cómo relacionas el tanque de guerra y las banderas con la moneda? ¿Qué piensas de la manta y sus portadores?
Comenta, platica

ESCUCHEMOS Y MEDITEMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS
El tributo debido al César fue una realidad que sufrieron tanto el pueblo judío como las comunidades cristianas bajo el dominio del imperio romano. La pregunta intenta conducir a Jesús a un terreno en extremo peligroso. Es la vertiente económica de la política, en la cual se juega la lealtad y sumisión al poder imperial.
La respuesta de Jesús es habilísima: si reconocen el curso legal de la moneda (20) es que han entrado en el sistema económico y deben aceptar sus consecuencias. Pero el estado no es el valor supremo, y por eso Jesús se apresura a poner en claro que mucho más importantes son los deberes para con Dios (v. 21; Hech 5, 29), quien siempre nos remite al otro, a todos los rostros humanos doloridos, porque la mayor gloria de Dios es que el pobre viva.
La moneda que lleva la efigie del César le pertenece a él en calidad de tributo, pero el ser humano, que lleva impresa la imagen de Dios, se debe a su Creador. Pertenecemos a un mundo donde hay muchas formas de idolatría, especialmente la idolatría del mercado-consumismo al que se le rinde tributo a costa de la propia conciencia y de la dignidad de sus servidores.
Estamos sumergidos en el mundo y no podemos escapar físicamente de él, pero Jesús nos invita a mantener nuestra conciencia libre y autónoma. Al reinado de Dios lo que pertenece a Él, y a los reinos del mundo del mercado lo que pertenece a ellos.

Abrimos nuestros corazones a la Palabra de Dios, cantando un himno de alabanza...
Lector(a): (Cita bíblica Mt 22, 15-22)
Hacemos un rato de silencio, para que la Palabra de Dios pueda anidar en nuestros corazones...
Animador(a):
Vamos a descubrir juntos lo que Dios nos quiere decir en este texto.
Preguntas
¿Quiénes acompañaron a los discípulos de los fariseos para interrogar a Jesús?
¿Dónde está la trampa?
¿Qué moneda era y cuánto valdría hoy?
¿Qué decía la inscripción en la moneda?
¿Quién era el emperador?
Nosotros ¿Qué actitudes vamos a tomar frente a los partidos políticos, la empresa donde trabajamos y el consumismo que nos hostiga?
¿Qué y cómo le vamos a hacer?

CELEBREMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS
Animador(a): Conscientes de que somos el nuevo Pueblo de Dios lo aclamamos orando con el Salmo 95: Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra.  Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones. R.
Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,  más temible que todos los dioses.  Pues los dioses de los gentiles son apariencia,  mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.

Conclusión: Nuestros Obispos en el documento de Aparecida nos dicen:
44. Vivimos un cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural. Hoy se sobrevalora al individuo, lo cual deja de lado la preocupación por el bien común para dar paso a la realización inmediata de los deseos individuales.
50. La avidez del mercado descontrola el deseo de niños, jóvenes y adultos. La publicidad conduce ilusoriamente a mundos lejanos y maravillosos, donde todo deseo puede ser satisfecho.
51. Las nuevas generaciones son las más afectadas por la cultura del consumo, creciendo en la lógica del individualismo pragmático y narcisista, adquiriendo una nueva adicción por las sensaciones y, la mayoría, al margen de los valores e instancias religiosas.

Agustín de Rem

2011-10-04

Aceptar la invitación

28º DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO: Aceptar la invitación (MT 22, 1-14)

PALABRA CLAVE: Vida abundante para todos
OBJETIVO: Entender que la parábola del banquete real significa que Dios nos ofrece abundancia de vida a fin de que nosotros tengamos las actitudes adecuadas para acoger de esa abundancia de vida.
Preparar: Cruz - Biblia - candela - dibujo ampliado

ENTRADA
Saludo a los participantes
Canto: EL BANQUETE YA ESTA LISTO
Invocar la luz y la fuerza del Espíritu Santo

MIREMOS NUESTRA REALIDAD
Contemplar el dibujo ampliado
¿Qué vemos? ¿Qué sentimientos despierta en nosotros?
¿Qué nos hace pensar?
Preguntas
¿A qué personas se invita a participar en la tarea de la comunidad?
¿Cómo responden? ¿Por qué?
¿A quiénes se excluye de esta invitación? ¿Por qué?
Comenta, platica

ESCUCHEMOS Y MEDITEMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS
Introducción: Los mendigos seguidores de Jesús son designados en los evangelios con varias palabras similares. Se habla de «los pequeños», o de «los más pequeños» o de «los sencillos». Otra palabra usada es «nepios» (en griego), equivalente a «päti» en hebreo y a «sabra» en arameo, un vocablo que indica: gente inculta, sin ninguna formación y a la vez nada piadosa.
Jesús estuvo rodeado de “amhaares” -como les llamaban los fariseos-, hombres y mujeres de mala reputación, difamados, a quienes, por su ignorancia religiosa y su mal comportamiento moral, consideraban los decentes que se les cerrarían las puertas de la salvación. A ellos Jesús les llamó simplemente “los pobres”. Los evangelios se refieren a ellos como “los que están agobiados y fatigados”, “los que andan como ovejas sin pastor”.
El pueblo de Israel apreciaba mucho los banquetes, que duraban hasta seis horas y se acompañaban con música. Se valoraba mucho la música, único arte que se podía practicar sin restricciones religiosas, ya que la pintura y la escultura estaban prohibidas.
Desde los textos de los profetas, Israel describía la alegría de los tiempos mesiánicos con la imagen de un banquete, con buenas comidas y sobre todo, con bebida en abundancia (Isaías 25, 6-8).
En la mentalidad del tiempo de Jesús, la diferencia básica entre una comida corriente y un banquete estaba en la cantidad de bebida que se consumía. El vino era sinónimo de celebración y alegría. También lo era el baile. Decir fiesta era decir danza. La palabra hebrea equivalente a “fiesta” significaba primitivamente “baile”.
La fiesta del Mesías se comparó también con un banquete de bodas. Hasta el Apocalipsis, el último de los libros del Nuevo Testamento, se emplea la imagen de las bodas mesiánicas (Apocalipsis 19, 7-8). Al interior de estas alegorías solemnes y brillantes, al contar la parábola del banquete Jesús puso el énfasis en quiénes son los invitados: los andrajosos, los mendigos, los últimos, la chusma.

Abrimos nuestros corazones a la Palabra de Dios, cantando un himno de alabanza...
Lector(a): (Cita bíblica Mt 22, 1-14)
Hacemos un rato de silencio, para que la Palabra de Dios pueda anidar en nuestros corazones...
Animador(a):
Vamos a descubrir juntos lo que Dios nos quiere decir en este texto:
Tomemos en cuenta que esta parábola está dirigida a los sumos sacerdotes y a las autoridades judías (Mt 21,23)

Preguntas
¿Con quién compara Jesús el Reino?
¿A qué personas invitó el Rey?
¿En qué forma respondieron a la invitación?
¿Cómo respondió el Rey ante esta negativa?
¿A quiénes representan las personas que rechazaron la invitación?
¿Cuál es la nueva invitación que hace el Rey?
Nosotros ¿En qué forma vamos a recibir la abundancia de vida que Dios nos ofrece?
¿Qué vamos a hacer?

CELEBREMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS
Animador(a): Partícipes de la vida en abundancia que Dios nos ofrece lo aclamamos diciendo:
«Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.
Oremos con el Salmo 22: “Habitaré en la casa del Señor todos los días de mi vida

Conclusión: Nuestros Obispos en el documento de Aparecida nos dicen:
DA 357 El consumismo hedonista e individualista, que pone la vida humana en función de un placer inmediato y sin límites, oscurece el sentido de la vida y la degrada. La vitalidad que Cristo ofrece nos invita a ampliar nuestros horizontes, y a reconocer que abrazando la cruz cotidiana entramos en las dimensiones más profundas de la existencia.
El Señor que nos invita a valorar las cosas y a progresar, también nos previene sobre la obsesión por acumular: “No amontonen tesoros en esta tierra” (Mt 6, 19). “¿De qué le sirve a uno ganar todo el mundo, si pierde su vida?” (Mt 16, 26).
Jesucristo nos ofrece mucho, incluso mucho más de lo que esperamos. A la Samaritana le da más que el agua del pozo, a la multitud hambrienta le ofrece más que el alivio del hambre.
Se entrega Él mismo como la vida en abundancia. La vida nueva en Cristo es participación en la vida de amor del Dios Uno y Trino. Comienza en el bautismo y llega a su plenitud en la resurrección final.
Cosme