HILO 5
Tejiendo alianzas para la acción
Propuesta de articulación en las localidades
a partir de la identificación de un problema concreto
Introducción
El presente documento tiene como fin ayudar a los grupos pastorales a ampliar su capital simbólico; esto es que crezcan en el número de contactos, vínculos y alianzas que tienen con el fin de enriquecer su acción y tener un mejor logro de objetivos. El trabajo articulado es un camino más eficaz si queremos lograr cambios de mayor impacto en la sociedad. A continuación presentamos un esquema sencillo que llevará a los grupos a enriquecer su red de relaciones a partir del análisis de las que ya tienen (Ver) la reflexión a fondo de los cambios que implica en percepciones y creencias para ser un grupo abierto a otros (Juzgar) y un pequeño ejercicio que concrete cambios en el grupo (Actuar).
VER
Analizar el tipo de alianzas que tenemos. Hacer un ejercicio de red de relaciones con la finalidad de que cada grupo analice quiénes son sus aliados.
Instrucciones:
1. En una cartulina o papelógrafo se escribe el nombre del grupo y su finalidad.
2. En una hoja aparte se escriben 3 listas con todas las personas, grupos e instituciones con las que se relaciona el grupo. A las personas se les asignará como símbolo un triángulo; a los grupos un círculo y a las instituciones un cuadrado.
3. A cada relación que tienen se le asigna un signo de + si es positiva ante tu finalidad; un – si es negativo a tus fines, y un X si es ambiguo (si no es claro, si a veces pareciera positivo y a veces negativo).
4. En la cartulina se hace una visualización colocando todas las personas, grupos e instituciones con las que se relaciona y dando un color a las + otro a las – y otro a las X.
5. El grupo hace una reflexión frente a la visualización considerando las siguientes tres preguntas:
a) ¿Somos un grupo con muchas, pocas relaciones? ¿Con qué otras personas, grupos, instituciones deberíamos relacionarnos para conseguir nuestro objetivo?
b) ¿Cómo está el balance de apoyos y gente contraria a nuestro grupo o proyecto? ¿Nuestro grupo o proyecto se ve amenazado por tener la mayoría de relaciones contrarias? ¿O está suficientemente apoyado? ¿O no hemos sabido aprovechar las relaciones que tenemos?
c) ¿Cómo podríamos enriquecer la red de relaciones y por lo tanto el capital social de nuestro grupo? Hagan un nuevo listado de las organizaciones, instituciones, personas que podrían ser parte de su capital social.
JUZGAR
Jesús es amigo de pecadores y cobradores de impuestos
Generalmente los cristianos seleccionamos con quiénes relacionarnos y buscamos que piensen como nosotros; que pertenezcan a nuestra iglesia y que además sean intachables en su conducta.
Tenemos una dificultad para reconocer en “los diferentes” los aportes que dan a la construcción del Reino.
· Los de otra religión.
· Los que militan en un partido político.
· Los que no siguen la doctrina cristiana (los que viven, se divierten, de manera distinta a nosotros).
· Otras clases sociales.
¿Cómo podemos tener objetivos comunes y ser tan distintos…?
¿Cómo aliarnos con quienes disputan el liderazgo conmigo?
¿Cómo aliarnos con los ricos, si además se dedican a hacer dinero?
¿Cómo aliarnos con quienes son tan críticos a nuestra Iglesia?
Estas y otras preguntas nos hacemos; ustedes pueden enlistar aquí las frases que recuerden que se han dicho en su grupo que les han impedido aliarse con otros, participar en alguna iniciativa que no es de la iglesia donde tú estás. Y analicen qué fue lo que los detuvo y si verdaderamente hace imposible aliarse.
Elementos sobre las alianzas
Cualquier acción pastoral o evangelizadora será muy limitada si no se relaciona con otros; la fuerza de un grupo se ve multiplicada en la medida en que éste hace alianzas con otros, se articula a movimientos más amplios; veamos algunos aspectos importantes para dar el paso. No sin antes decir que una experiencia pastoral cerrada en sí misma está condenada a morir muy pronto, o en el mejor de los casos a permanecer en el tiempo pero sin impacto; sin logro de objetivos.
1.- Ir más allá de la propia institución; pensar en los objetivos. Lo primero a superar es la idea de que trabajamos para fortalecer la propia institución; sea ésta grupo, parroquia, templo, colegio, grupo y pensar que trabajamos con objetivos centrados en las personas para quienes trabajamos (señoras, jóvenes, niños, adolescentes, ancianos, etc.). Entonces descubrirás que si el objetivo son las personas y no las estructuras puedes coincidir en OBJETIVOS con muchos más que no están ubicados dentro de tu institución. Esto se puede resumir en la frase “¿somos funcionales a las instituciones? ¿o trabajamos por las personas?”.
2.- Los grupos pastorales y las Organizaciones de la Sociedad Civil. El primer paso para que un grupo pastoral se vincule a otros de manera natural se da en la articulación con otros grupos pastorales. Este paso es muy importante y sin duda da fortaleza a la acción, abre horizontes, hace que el grupo crezca; sin embargo es insuficiente. Si estamos todos de acuerdo en que la tarea del cristiano no puede circunscribirse a las acciones intra eclesiales, sino que tiene una misión en el mundo de ser “sal y fermento en la tierra”; estamos obligados a trabajar con otros; el círculo más cercano son las Organizaciones de la Sociedad Civil (osc). Muchas de ellas han sido creadas por cristianos comprometidos con infinidad de causas: derechos humanos, personas con discapacidad, jóvenes, etc. Pero no busquemos sólo a las creadas por cristianos ni a las que mantienen una mística cristiana. Hay infinidad de osc creadas por personas ateas, de otras creencias, o simplemente que no tienen nada que ver con ninguna creencia y que son extraordinarias; que realmente están construyendo el Reino de Dios aquí y ahora aunque ellos no lo fraseen así, no lo conciban así.
Los cristianos estamos llamados a apoyar todas las causas que hagan de este mundo un mundo más humano y fraterno; que luchen por la justicia, la paz, la equidad. Y ese es el Reino en el que creemos.
Las osc en nuestro país se han multiplicado en los últimos 10 años de manera considerable y son sin duda un aporte a los procesos de democratización que vivimos. No lo son todo pero sin duda son un buen espacio para los cristianos comprometidos con la transformación de la sociedad.
3.- Los grupos pastorales y las instituciones de gobierno. Con el avance de la democracia y la alternancia en el poder que ha vivido nuestro país en los últimos 15 años muchos compañeros pasaron de ser líderes en el ámbito eclesial a tener cargos públicos; al estar ahí han hecho una labor de acercamiento de los grupos eclesiales con instancias o programas de gobierno de los tres niveles (municipal, estatal, federal). Esto ha generado críticas de quienes piensan que ser cristiano está peleado con ejercer cargos de poder; y quienes creen que colaborar con cualquier gobierno contamina o degrada los fines de un grupo pastoral. Sin embargo, los invito a reflexionar en torno a que el cristiano tiene el deber de hacer que los cargos de poder puedan servir al pueblo, puedan ser ejercidos desde una ética que permita gobiernos incluyentes, auténticos, transparentes, honrados.
Los ciudadanos estamos en el deber y el derecho de participar en el diseño, ejecución y evaluación de las políticas públicas; por tanto incidir en los programas de gobierno, en cualquiera de sus fases, no está peleado con la misión profunda del cristiano.
Es así como grupos de cristianos participan de programas sociales, educativos, económicos, etc. de los niveles de gobierno y es muy importante hacer alianzas.
4.- Los grupos pastorales y las empresas. Otro actor de la sociedad son las empresas; personas dedicadas a los negocios a quienes estamos acostumbrados (unos más otros menos) a buscarlos para que den dinero para nuestras iniciativas. La Responsabilidad Social Empresarial ha avanzado en nuestro país; cada día son más las empresas que actúan con responsabilidad ante el deterioro del medio ambiente, que involucran a sus empleados en acciones sociales, que dan recursos para los proyectos sociales y que, desde su identidad y vocación, están colaborando con el desarrollo del país.
Las necesidades del país son de tal magnitud y dificultad que, o aprendemos a hacer alianzas todos, a complementarnos desde lo que somos a favor de las personas y comunidades, o no habrá manera de salir adelante. Esta reflexión quiere invitarlos a pensar a fondo que no podemos seguir creyendo que nuestro país será salvado; ni por un líder político, ni por un líder religioso, sino por la suma, el esfuerzo de todos los ciudadanos desde donde estemos. Sin perder nuestra identidad y vocación aprendamos a sumarnos con otros; a colaborar humildemente y a buscar incansablemente por una sociedad justa y fraterna.
5.- Una experiencia para compartir
· Un grupo de líderes que nos formamos en la Pastoral Juvenil creamos, en 1985, Servicios a la Juventud A. C. Dimos el paso de trabajar con las y los jóvenes que participan dentro de la Iglesia Católica a trabajar con las y los jóvenes en general.
· Seraj anima una Red de Instituciones Especialistas en Juventud y Desarrollo RIE, que actualmente agrupa cerca de 70 organizaciones de la sociedad civil articuladas en redes en 15 estados de la república. Trabajando con jóvenes urbanos y rurales; estudiantes, trabajadores, en conflicto con la ley, colectivos juveniles diversos, entre otros.
· Tanto Seraj como la RIE nos definimos como: Apartidistas. No formamos parte de ningún partido político ni trabajamos para ninguno de ellos.
QUÉ BUSCAMOS
· Incidir en las políticas públicas para integrar a la juventud como sujeto estratégico de desarrollo.
· Fomentar la participación ciudadana de la juventud.
· Hacer que la opinión pública se interese en las temáticas que influyen y determinan el desarrollo de la juventud.
QUÉ HACEMOS
· Colaboramos en el diseño y cabildeo de Leyes de Juventud (federales, estatales).
· Diseñamos y presentamos a candidatos a Presidentes de la República la agenda de juventud para el país.
· Colaboramos en el diseño y puesta en marcha de programas a favor de la juventud de la Secretaria de Educación Pública, la Secretaria de Desarrollo Social, La Secretaría de Comunicaciones y Transportes, entre otras; así como con los gobiernos estatales y municipales.
· Franquicias Sociales. Esto es que una de las osc diseña un modelo de trabajo con jóvenes y lo comparte para que otras osc lo puedan llevar a cabo en sus lugares.
· Búsquedas comunes de financiamientos. Una organización encabeza la búsqueda de financiamientos y luego la comparte con otras osc.
BALANCE
Lo que nos ha sostenido como Red son 5 principios:
La confianza, respeto a las diferencias y siempre respetar los acuerdos colectivos, solidaridad y transparencia.
Las principales dificultades:
Los rumores negativos de unas organizaciones hacia otras; el querer identificar a la red con un partido político; las rivalidades por liderazgos mal enfocados.
ACTUAR
Para este momento proponemos trabajar lo siguiente:
1. Investigar qué organizaciones de la sociedad civil, programas de gobierno, escuelas, empresas pueden ser aliados de tu grupo y pueden colaborar en el logro de de sus objetivos. Hagan un listado lo más completo posible con nombres de contacto.
2. El grupo debe hacer una reflexión que les lleve a decidir a quiénes buscan y con qué estrategia.
3. Investigar qué iniciativas hay en tu localidad a las que te puedes sumar porque consideras que vale la pena colaborar. Ojo aquí ustedes van a colaborar con ellos no ellos con ustedes.
4. Una vez definido a qué grupos, experiencias, redes se suman, definan la estrategia para hacerlo.
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Hilo 5 (Catequesis Comunitaria)
Alianzas para la acción
“Un mundo donde quepan todas las propuestas para la acción”
Introducción
Estamos seguros que nos urgen las alianzas para cambiar la realidad de muerte que nos apremia. Sin embargo, no sabemos con quién aliarnos y por qué. En el fondo tenemos miedo de salir del templo porque significa dejar la zona de confort que nos gusta. Buscar alianzas para alcanzar la justicia y la paz implica necesariamente salir al encuentro de los que son diferentes del nosotros que tanto nos ha costado construir. Tememos que nos contaminen de su corrupción y que perdamos la identidad. Jesús nos mostrará cómo el mensaje del Evangelio sale de los templos al encuentro del que quiera aceptarlo, no importa si es o no creyente o, incluso si tiene mala o buena fama.
Como país necesitamos reconocer que México es un maravilloso rompecabezas en su diversidad de etnias, culturas, edades, formas de pensar, de expresarse, de creer, de aprender, de elegir y de amar. y que el rompecabezas nacional estará incompleto si a alguien se le deja fuera; estará dañado si a una de sus piezas se le hiere en su dignidad. Perderá su posibilidad de armarse si la discriminación por sexo, por discapacidad, por ser joven, niña o niño, persona adulta mayor; por origen étnico, por apariencia, por nacionalidad, por religión, por preferencia sexual, por ser migrante, o por ser trabajadora del hogar o por cualquier otra condición, va limitando y va coartando la posibilidad del desarrollo en la vida.
Por ello es fundamental conocer y cuestionar las propias percepciones y prácticas. Es necesario el diálogo constante, respetuoso y plural para interpelar aquello que sostiene la desigualdad, que hace que ésta permanezca y que dañe desde su nacimiento hasta su muerte a millones de hombres y mujeres. Es fundamental la certeza de que, en una sociedad democrática, el reconocimiento de la dignidad de las personas se manifiesta a través del goce igualitario de derechos y oportunidades, de la igualdad formal y la real.[1]
El texto anterior pertenece a la más reciente Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010 y revela, con profunda pena, que los mexicanos y mexicanas seguimos siendo un país donde se discrimina casi por cualquier cosa. Por profesar otra religión que no sea la católica; por ser anciano; por ser joven; por ser mujer; por tener una discapacidad; por ser blanco, por ser mestizo y, ni se diga, por ser indígena.
Contra la opinión común de los mexicanos como muy hospitalarios, esta encuesta y la anterior[2] revelan que existe entre nosotros miedo y desprecio hacia todos los que son diferentes y difícilmente dejamos entrar a un extraño. Así que esa fórmula que se dice con tanta facilidad: “Esta es tu casa” es más un modo de protegerse del extraño que una bienvenida al círculo familiar. Si el que pretende entrar a la casa es una persona con preferencia homosexual o portadora de VIH, prácticamente las puertas están cerradas para ella.
Ni siquiera la creencia en Dios cambia nuestra percepción y acción. Casi el 36% de los encuestados en la Encuesta 2005 se oponen a que una persona con distinta creencia religiosa a la propia viviera en su casa. Y el 51% opina que entre más creencias religiosas existan hay más posibilidad de que haya conflictos. En conclusión, se piensa “si el otro no cree en el Dios que yo creo, entonces no es de confianza y puede traer problemas”. Esto ha tenido consecuencias dramáticas para la vida y el desarrollo de las minorías religiosas en el país, aún mayoritariamente católico.
Un ejemplo de estas consecuencias es el caso más reciente, el que se dio en San Rafael Tlanalapan, municipio de San Martín Texmelucan, Puebla a inicios de septiembre del 2011. Donde aproximadamente 200 católicos tradicionalistas alentados por su párroco y el presidente municipal se reunieron una noche fuera de la capilla de San Isidro Labrador y “amenazaron con linchar a 70 evangélicos por no compartir el credo mayoritario y los emplazaron a abandonar la comunidad antes del próximo lunes”[3]. Uno de los argumentos centrales de los católicos en palabras del arzobispado es que “una gran mayoría de la población se sentía agredida en su fe y costumbres, ante la pretensión de construir un templo no católico en las cercanías de la capilla de San Isidro Labrador”.
En este pueblo la creencia en una fe distinta a la católica es una amenaza y peor aún si los otros pretenden construir un templo donde adorar a Dios, no importa que, en esencia sea el mismo Dios, pues los otros son evangélicos y creen en Cristo. ¿Cómo organizarnos y defender los derechos vulnerados si no estamos dispuestos a tolerar siquiera la existencia de otros que no sean de nuestro credo? ¿Cómo promover la paz justa y digna ahí donde la discriminación es norma común? Busquemos luz en la palabra de Dios.
Mc 2, 15-16
Después (de haberlo llamado), Jesús fue a comer a casa de Leví. Algunos cobradores de impuestos y pecadores estaban sentados en la mesa con Jesús y sus discípulos; en realidad había buen número de ellos. Pero también seguían a Jesús los maestros de la Ley del grupo de los fariseos. Cuando lo vieron sentado a la mesa con pecadores y cobradores de impuestos, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto? ¿Come con publicanos y pecadores?
Lc 7, 39
Al ver esto (a la mujer de Magdala enjugando con sus lágrimas los pies de Jesús), el fariseo que lo había invitado se dijo interiormente: “Si este hombre fuera profeta, sabría quién es y qué clase de mujer es la que lo toca: una pecadora”.
Estos dos fragmentos de los Evangelios son una muestra de la actitud farisea y por supuesto discriminatoria, de la sociedad en la que vivió Jesús. Los publicanos como Leví que trabajaban para el imperio romano eran considerados pecadores y traidores a la causa del pueblo. Jesús invita a Leví a unirse al grupo de los discípulos y éste responde sin mayor pregunta a la invitación. Esto ameritaba una celebración y fueron a la casa de Leví a comer. Por supuesto que los amigos de Leví debían ser también cobradores de impuestos y es ahí donde Jesús comparte con ellos la mesa, en sentido bíblico, la vida.
Los buenos de los maestros de la ley se escandalizan ante este hecho, ¿Por qué Jesús va a compartir con estos pecadores, traidores y extorsionadores el Reino que dice predicar? ¿Qué tipo de profeta es este que incluso se deja tocar por una mujer de pública inmoralidad? ¿Qué tanto se le puede creer a un hombre que deja entrar a cualquiera a su grupo de discípulos?
En ambos casos conocemos las respuestas de Jesús, pero por ahora, lo que deseamos subrayar son los cuestionamientos que se le hacen por su actitud nada ortodoxa. Estas preguntas y más debieron hacerse los maestros de la ley; no sólo preguntas, además ironías y acusaciones. Pero Jesús no se intimida y refuerza su opción por romper con los estrechos confines del templo e ir al encuentro de los que creen en él aunque sean de Samaria (Jn 4,1) e incluso de la misma guardia pretoriana (Lc 7, 1-10).
Hoy, igual que en el tiempo de Jesús, el riesgo de salir del templo es encontrarse con los que son diferentes. En el templo estamos en la comodidad y seguridad de los nuestros, de los que son como nosotros y comparten la misma fe. Traspasar el atrio para organizarse con otros supone dejar el vientre tibio de la madre y encontrarse a la intemperie. Fuera están todos los demás a quienes no podemos obligar que crean lo que nosotros ni que se comporten como nosotros. Puede ser que incluso sean no creyentes, o creyentes pero no cristianos. Aún más, que sean “publicanos y pecadores”, esto es, que contravengan las directrices morales y las convicciones de clase que tenemos como ciertas.
Sin duda que es difícil aceptar que en este mundo caben muchos mundos, pues nos gustaría que el nuestro fuera el único para que los demás se adapten a él. Hoy la pluralidad se reconoce como un valor y una aspiración de la sociedad. Entre más colores y diversidades tenga una sociedad es más rica y más potencial. Sin embargo es difícil construir la paz en la diversidad porque no lo hemos aprendido así, porque aprendimos a que la nuestra era la única y verdadera forma de ver el mundo.
No obstante es preciso acercarse a los distintos para aprender de ellos y para organizarse con ellos, pues con frecuencia son los grupos más vulnerables. Mujeres solas con sus hijos; portadores del VIH-SIDA; personas con discapacidad; minorías religiosas; homosexuales y lesbianas; jóvenes de las tribus urbanas; niños y niñas en situación de calle; trabajadores despedidos de su empleo, entre otros muchos.
¿Qué hacer para organizarse con los otros que están fuera del templo? ¿Cómo atreverse a comer y departir con ellos a pesar de los rumores y chismes de los demás?
Reflexión personal
- Anota en tu cuaderno con cuáles personas sientes incomodidad para tratarlas o incluso para hablarles.
- Intenta encontrar las razones que están debajo de ese rechazo. Por ejemplo, “en mi casa mis padres siempre se referían con desprecio hacia ellos (cualquiera que sea el grupo discriminado)” o “mi catequista decía que no debía juntarme con los de otra religión porque me iban a hacer perder mi fe”
- Anota una acción que pudieras hacer para ir rompiendo esas actitudes: “mañana saludaré a los chavos que se reúnen a patinar en la esquina del parque”. Puedes hacer una acción por día con distintos actores.
Reflexión en grupo
Ahora construyamos el “Mapa de las relaciones” del grupo donde participamos. En este mapa debes considerar todos los actores cercanos a su grupo o comunidad, sean o no católicos o proclives a su postura ideológica.
Anota el nombre de tu grupo o comunidad: ___________________________________________
Objetivo de tu grupo o comunidad: __________________________________________________
Indica en el siguiente cuadro todas las relaciones que tu grupo tiene o podría tener y que tengan relación con el objetivo del mismo. Enlista todos con los que tienen relación y aún con los que no la tengan pero que los consideran importantes. Después marquen en las columnas de la derecha si tales actores favorecen, no favorecen o son ambiguos con respecto a su objetivo. Finalmente, anoten en la última columna a cuáles personas, grupos o instituciones es preciso contactar.
Tipo de relaciones
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Favorece
|
No favorece
|
Es ambiguo
|
Contactar
|
Personas
| ||||
Grupos
| ||||
Instituciones (de gobierno o de la iniciativa privada)
|
Una vez terminado su mapa, comenten:
1. ¿Qué tantas relaciones tenemos? ¿De qué tipo son, sólo nuestros amigos y conocidos o también de actores distintos?
2. ¿Con cuáles nos cuesta más trabajo relacionarnos? Identifiquen los rasgos de discriminación y rechazo que pueda haber detrás de esto.
3. ¿En cuáles de las tres columnas tenemos más marcas? ¿Es un grupo con suficiente apoyo, poco apoyo o, más bien nadie nos conoce?
4. Las relaciones que deseamos contactar ¿son las más favorables a nuestro objetivo?
5. ¿Cuándo y cómo nos pondremos en contacto con ellos? ¿Qué propuesta de colaboración les vamos a llevar?
Acciones colectivas hacia la paz
Como hemos visto a lo largo de esta reflexión, la acción eclesial que se queda en los límites del atrio es una acción poco eficaz para construir la paz justa y digna que requiere nuestro adolorido país. Es preciso aliarse con otros, pero ¿bajo qué criterios? Pasemos revista a estos principios de las alianzas para un grupo de tipo eclesial:
1.- Nuestro objetivo es que las personas tengan vida en abundancia.
Las personas, todas las personas, de cualquier tipo, creencia, ideología, edad, preferencia sexual, raza o género. Si ese es nuestro objetivo vamos a encontrar a muchos en el camino haciendo lo mismo, nada más que con otra inspiración. La nuestra es la construcción del Reino; pero cada uno tiene la propia y es válida. Nos urge que las personas sean el centro de la atención de organizaciones, grupos e instituciones.
2.- Empecemos a aliarnos con quienes comparten nuestro objetivo de manera cercana, las Organizaciones de la Sociedad Civil.
Una vez fuera del templo, ¿con quién nos aliamos para alcanzar la paz justa y digna? Si no lo hemos hecho antes, entonces es bueno iniciar con las OSC que trabajan en mismo tema que nosotros: mujeres, niños, derechos humanos, personas con discapacidad, entre otras. Puede que hasta encontremos cristianos comprometidos en ellas, pero eso no es lo principal. Lo importante es que busquen construir la justicia para todas las personas, esto es, que no sean sectarias. Pues de otra manera no ayudan a nuestro crecimiento.
3.- No olvidemos la relación entre la fe y la política.
Muchos cristianos temen relacionarse con la política porque es considerado un asunto fuera de su ámbito de acción y porque en la política priva la corrupción. Jesús enseña que no le tenía miedo a relacionarse con los políticos y administradores a pesar de su mala fama de tranzas como los mismos cobradores de impuestos. Justo por eso se acerca, para “sanar a los enfermos” y no a los sanos. Ahora es un deber cristiano ser un ciudadano vigilante de las obras y acciones de sus gobernantes. La responsabilidad de los asuntos públicos es muy grande como para dejarla nada más en manos de los políticos. Hay que hacerse invitar por los modernos Leví y ver qué están haciendo a favor de la justicia.
4.- Integremos también a quienes están en el mundo de los negocios.
Los cristianos solemos mirar con desconfianza a las personas que hacen negocios y obtienen ganancias económicas pues creemos que todos son unos explotadores. En esto, como con otras generalizaciones, cometemos injusticia con muchos empresarios responsables y conscientes del compromiso que el empresariado tiene en nuestro país.
Las empresas y los empresarios pueden ser buenos aliados y no sólo donatarios a nuestras obras. Es preciso conocer las acciones de responsabilidad social de las empresas y hacerlos del lado de la construcción de un México justo y en paz. A ellos les conviene y a nosotros también.
Después de esta revisión de los principios para las alianzas con sectores no cristianos e incluso no creyentes, iniciemos el tejido de la gran red de ciudadanos comprometidos con la causa de la justicia.
1. Coloquen en el centro la imagen de Cristo resucitado con flores y un cirio encendido. Cada uno lleve una vela o su propio cirio, para encenderlos todos tomando la luz del cirio principal.
2. Pongan su Mapa de relaciones del grupo como un compromiso con el Resucitado para construir la paz con otros que no son sólo nuestros amigos y hermanos de fe.
3. Recitar el texto de Romanos 8, 35-38
¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada? Como dice el texto: Por tu causa somos entregados continuamente a la muerte, nos tratan como ovejas destinadas al matadero. En todas esas circunstancias salimos más que vencedores gracias al que nos amó. Estoy seguro que ni muerte ni vida, ni ángeles ni potestades, ni presente ni futuro, ni poderes ni altura ni hondura, ni criatura alguna nos podrá separar del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.
4. Cantar o, al menos recitar, la canción Yo vengo a ofrecer mi corazón de Fito Páez.
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Tanta sangre que se llevó el río,
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan fácil, ya sé que pasa.
No será tan simple como pensaba.
Como abrir el pecho y sacar el alma,
una cuchillada de amor.
Luna de los pobres, siempre abierta,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Como un documento inalterable,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y uniré las puntas de un mismo lazo,
y me iré tranquilo, me iré despacio,
y te daré todo y me darás algo,
algo que me alivie un poco nomás.
Cuando no haya nadie cerca o lejos,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Cuando los satélites no alcancen,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Hablo de países y de esperanza,
hablo por la vida, hablo por la nada,
hablo por cambiar esta, nuestra casa,
de cambiarla por cambiar nomás.
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
[1] Encuesta Nacional sobre la Discriminación en México 2010 en
[2] Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2005 en http://www.conapred.org.mx/redes/userfiles/files/Resultados_Generales_por_Modulo.pdf
[3] Niega la arquidiócesis de Puebla alentar intolerancia religiosa. En periódico La Jornada en http://www.jornada.unam.mx/2011/09/10/estados/034n1est
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