12 de mayo / 2013
Comunicado de prensa
Asunto: "Permanezcan, pues, en la ciudad, hasta que reciban la fuerza de lo
alto" (Lc 24,49)
Celebramos, en comunión con toda la Iglesia, la solemnidad de la Ascensión
del Señor, fiesta que marca de manera especial la invitación que nuestro
Señor nos hace para permanecer unidos en oración, en espera del envío del
Espíritu Santo, que será la fuerza transformadora que iluminará y guiará el
trabajo evangelizador de todo bautizado.
Asimismo, en este día, desde hace 47 años, se celebra en la Iglesia, por
iniciativa del Papa Pablo VI y como respuesta a los trabajos del Concilio
Vaticano II, la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, cuyo mensaje
de este año nos invita a reflexionar en el correcto uso que debemos hacer de
las modernas redes sociales, buscando que sean auténticos portales de verdad
y de fe; nuevos espacios para la evangelización.
En nuestra Arquidiócesis ya hemos reflexionado en este mensaje en la Jornada
que realizamos la semana pasada.
Por lo que hoy, quiero invitar a todos los comunicadores, a quienes
encomiendo de manera particular en esta ocasión, y a quienes hacen uso de
las redes sociales, para que atiendan, desde la caridad, el mensaje que
Cristo nos ha dejado y nunca distorsionen la verdad que nos ha sido
revelada. Buscando, en el buen uso de los instrumentos de la comunicación,
fomentar en la sociedad los valores necesarios para el sano crecimiento y
desarrollo del ser humano.
Los comunicadores no deben limitar su labor a la sola información o
entretenimiento, sino que deben ir más allá, recordando que los medios de
comunicación también son partícipes en la educación de quienes hacen uso de
ellos.
Bendigo de corazón a todos los que desempeñan sus labores en algún medio de
comunicación social y pido a Dios les ilumine con la gracia del Espíritu
Santo para que realicen su trabajo con un auténtico compromiso, no dejándose
llevar por la corriente superficial que atenta contra la dignidad de la
persona. Recuerden que estar frente a una cámara de televisión, ante un
micrófono o plasmando sus pensamientos en algún medio impreso o electrónico,
implica una gran responsabilidad que no debe ser tomada de forma ligera.
Mi oración también se hace extensiva para todos los maestros y maestras,
quienes celebran su día el próximo 15 de mayo. Les pido que nunca se olviden
de la bella misión que implica su vocación; que al compartir sus
conocimientos, recuerden la importancia de formar en la verdad a los hombres
y mujeres que fortalecerán el crecimiento y trascendencia de nuestra
sociedad.
+ Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
Pbro. Juan José Martínez Segovia
Departamento de Comunicación
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