Servicio Bíblico Latinoamericano
Domingo 22 de diciembre
Domingo 4º de Adviento - Ciclo A
Clotilde, reina y viuda (a. 545)
Is 7,10-14: La virgen está encinta y dará a luz un
hijo
Salmo Responsorial 23: Que entre el Señor, el rey
de la gloria
Rom 1,1-7: Jesucristo, de la estirpe de David,
Hijo de Dios
Mt 1,18-24: Jesús nacerá de María
Vamos a
hacer en primer lugar un comentario litúrgico-pastoral a estos textos bíblicos
en una línea más bien tradicional. Luego una nota crítica.
El pasaje de Isaías que escuchamos
hoy resuena ese anuncio esperanzador del nacimiento de alguien que estará
permanentemente inserto en medio de su pueblo. Al parecer estas palabras del
profeta al rey Acaz se dieron en un contexto en el que las esperanzas del
mantenimiento de la seguridad del reino de Judá se centraban más en el poder
político y militar, dejando a un lado la confianza en YHWH. Isaías ha visto los
afanosos intentos del rey para aliarse con sus vecinos en orden a defenderse de
las amenazas del reino del norte, quienes a su vez se han aliado con otros para
defenderse del poderoso de turno.
Para despertar de nuevo la confianza en
Dios, el profeta se vale de un hecho probablemente histórico, el embarazo de
alguna de las doncellas del rey. Así como esa joven dará a luz un primogénito,
del mismo modo enviará Dios un descendiente davídico que asuma los destinos del
pueblo, en medio del cual estará siempre; por eso su nombre “Emmanuel”, Dios
con nosotros. Con base en esta profecía, se fue fomentando la idea de que el
Mesías nacería de una virgen. Toda primeriza en Israel albergaba la esperanza
de ser la madre del Mesías; todo ello debido a la misma terminología empleada
tanto en el hebreo como en el griego y luego en nuestra lengua. Cuando Mateo
relata la concepción de Jesús, se hace eco de esta profecía de Isaías y lo cita
textualmente.
La segunda lectura está tomada de la carta
de san Pablo a los romanos, más exactamente se trata del encabezamiento
de la carta. Allí relata Pablo a los cristianos de Roma su vocación al
apostolado, para lo cual fue elegido por el mismo Dios. Para Pablo está claro
que el evangelio que él predica es Jesucristo mismo, su persona, su obra, su
muerte y resurrección. Es muy importante para el apóstol subrayar que este
Jesús es descendiente de David en cuanto a lo humano, pero que Dios le otorgó
su Espíritu constituyéndolo en Mesías todopoderoso, Señor Único, resucitándolo
de entre los muertos. Otra cosa que recalca Pablo es que su actividad
evangelizadora le ha sido otorgada por puro don, por vocación; de ahí que su
preocupación haya sido durante toda su vida el dar a conocer a la noticia de
Jesucristo especialmente a los gentiles.
En el evangelio, Mateo nos narra el
origen de Jesucristo. María estaba desposada con José, pero aún no vivían
juntos. Ello indica que estaban en un período que llamaban desposorio o
compromiso matrimonial, período que podía durar de seis meses a un año, tiempo
prudente para el esposo construir o acondicionar la casa en donde recibiría a
su esposa. En el entretiempo la novia seguía viviendo con sus padres,
dependiendo de su papá hasta que pasara formalmente a depender de su marido. La
promesa de matrimonio o desposorio implicaba completa fidelidad al novio; todo
acto de infidelidad era adulterio, y como tal podía ser castigado conforme a la
ley mosaica.
En esas circunstancias, pues, nos narra el
evangelio que María resultó embarazada; pero aclara diciendo “por obra del
Espíritu Santo”. El hecho haría sentir muy mal a José; sin embargo, agrega
Mateo, que “era un hombre justo, y para no exponerla a la infamia, decidió
abandonarla en secreto”. José hubiera podido hacer valer sus derechos, exigir
el castigo previsto por la ley; con todo, sin darse cuenta, va colaborando
también él con los planes divinos.
En estos planes divinos no todo está
garantizado, pues en ellos también están involucradas la libertad y la voluntad
humanas. Es una constatación que podemos hacer en toda la historia de la
salvación partiendo desde el mismo paraíso. Parece que los planes de Dios
caminaran sobre el filo de la navaja (!). Un ejemplo de ello lo tenemos en el
relato que hoy nos cuenta Mateo.
Pero en esos planes hay siempre una cosa muy
importante que se llama diálogo. Precisamente en el diálogo con el ángel que le
habla en sueños a José se nos muestra cómo Dios va incorporando a su proyecto a
sus mismas criaturas. El silencio de aceptación de José es la respuesta que
Dios nos pide también a nosotros. Le ponemos muchas trabas y condiciones a la
obra de Dios. A veces intentamos “corregir” la manera como Dios actúa; ¡no es
necesario! Basta que pongamos nuestra fuerza y voluntad al servicio del plan de
Dios, lo demás Él sabe cómo lo hace.
Aunque en nuestro pasaje se resalta la
figura de José en su duda, en su aceptación de ser padre de Jesús y de ponerle
el nombre, la verdad es que María, que apenas es nombrada, está también allí
recordándonos su actitud de fe y sumisión a los planes de Dios que son vida
para el hombre y la mujer de todos los tiempos.
El evangelio de hoy es dramatizado en el
capítulo 133 de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. López Vigil, titulado
«Una noche de dudas». El guión del texto, y su comentario, puede ser tomado de
aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1600133
Puede ser escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap133b.mp3
Como nota crítica podríamos decir algo que
hace mucho tiempo que es ya un «lugar común» en el mundo bíblico: los profetas
no fueron en su tiempo adivinos del futuro, ni muchas de las cosas que los
primeros cristianos creyeron ser «cumplimiento de lo anunciado por las
Escrituras» realmente lo fueron. Ese esquema apologético de que lo sucedido en Jesucristo
estaría previsto y anunciado en el pasado, hace tiempo que ha sido abandonado
en los estudios bíblicos. Más. Desde hace apenas unos años, menos de veinte, se
está hablando de una nueva ola, un «revolcón» en el tema de la historicidad
bíblica. Ya sabíamos que había muchas cosas y figuras (importantes) de la
Biblia que no eran literalmente histórica. Los grandes especialistas bíblicos
ya exhibían hace tiempo una visión bastante matizada de la base histórica de la
Biblia. Los planteamientos concordistas de La
Biblia tenía razón, aquel famoso libro, hace mucho tiempo que no gozan de
audiencia. Pero en los últimos años, como decimos, se ha dado un cambio
significativo de postura. Hay toda una corriente arqueológica última, la más
actual, que se pronuncia ya con claridad por una postura bastante más radical
sobre la historicidad. No quieren ya utilizar la arqueología para ornamentar
con curiosidades la ciencia bíblica, sino que creen que debemos ser honrados y
someter los estudios bíblicos a lo que la arqueología descubre y cree poder
probar. Es, de alguna manera, una nueva edición del conflicto entre la ciencia
y la fe, pero a estas alturas la solución del conflicto está ya muy
precocinada, y no caben componendas. Ya no vamos a condenar a Galileo, ni a los
arqueólogos.
No podemos entrar aquí en más profundidad.
Remitimos a un libro clave, de Finkelstein, La
Biblia desenterrada. Una nueva visión arqueológica del antiguo Israel y de los
orígenes de sus textos sagrados, Siglo XXI Editores, Madrid y Buenos Aires,
2003.
Concretamente en torno a la Navidad, para
grupos más críticos o formados, puede ser bueno estudiar a fondo el tema del
significado de la encarnación, tanto del misterio en sí mismo, cuanto de los
relatos evangélicos correspondientes. Hay propuestas teológicas muy
interesantes que merecen atención, como «La
metáfora de Dios encarnado» de John HICK (tiempoaxial.org), o «Jesús, hijo de mujer» de John Shelby SPONG (en
la biblioteca de Koinonía, servicioskoinonia.org/biblioteca), o el estudio
sobre «Las narraciones de la Natividad de Jesús» de Mariano CORBÍ, en la RELaT
(servicioskoinonia.org/relat),
el nº 381. Otras muchas ideas y sugerencias pueden verse en servicioskoinonia.org/pastoral
en tiempo previo a la Navidad.
Para la revisión de vida
En esta última
semana de adviento, trato de hacer una revisión de mi vida sobre cómo me estoy
preparando para vivir la conmemoración del nacimiento de Jesús.
¿Voy a estar atento a no caer en esa
tentación que se ha hecho clásica ya, la de la identificación de la navidad con
el consumismo?
¿Voy a vivir especialmente en esta
navidad la solidaridad con los pobres?
Para la reunión de grupo
-
Retomar la lectura de todo el cap. 7 de
Isaías, una vez leído, discutir y asimilar las notas explicativas que trae la
Biblia Latinoamericana.
-
Leer de nuevo el pasaje de Mateo y estudiar
la nota a este pasaje en la Biblia Latinoamericana.
-
Escuchar y/o leer el capítulo 133 de “Un tal
Jesús” y comentar en el grupo lo que nos sugiere sobre esta vivencia de la
Navidad.
-
Tomar esos materiales de profundización
sugeridos más arriba, y organizar una o varias sesiones de estudio.
Para la oración de los fieles
-
Por los cristianos de todas las confesiones,
para que por encima de nuestros intereses de grupo, seamos capaces de
transparentar en el mundo la presencia única y permanente de Dios. Oremos...
-
Para que nuestra vida personal y grupal sea
fiel reflejo del amor del Padre manifestado en su Hijo. Oremos...
-
Para que esto en estos días de Navidad no
olvidemos a los más necesitados de nuestras comunidades. Oremos...
-
Para que la Navidad deje en nosotros frutos
de una conversión sincera y de una adhesión incondicional a los planes del
Padre... Oremos...
Oración comunitaria
Padre bueno y
misericordioso, cuando hacemos nuestra propia voluntad nos perdemos, se diluye
el sentido de nuestra vida y arrastramos a muchos a la perdición; que al
contemplar hoy a María y José obedientes a tu voluntad, sintamos también
nosotros el placer y la necesidad de adherir a Ti nuestro ser y nuestra
voluntad. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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