Salvación para todos
- Isaías 60, 1-6 La gloria del Señor amanece sobre ti
- Salmo 71 Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.
- Efesios 3, 2-6 Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos
- Mt 2, 1-12: Vimos su estrella y venimos a adorarle
La mayoría de los grupos creyentes ofrecen la salvación, pero esta salvación es para los que formen parte de ese grupo. En los diferentes grupos de la comunidad cristiana valoramos nuestra propia manera de vivir la fe y no aceptamos a los demás y trabajamos en forma aislada. Nos falta valorar el pluralismo religioso al interior de nuestra propia comunidad. De algunos años para acá aparece una tendencia que se llama pluralismo religioso que invita a valorar la obra que Dios realiza a través de los diferentes grupos religiosos y las diferentes maneras de creer.
La primera lectura época nos ubica en la época en regresaron a Jerusalén de los exiliados en Babilonia. Encontraron sus ciudades destruidas, sus campos abandonados y el templo, incendiado. Esto los desanimó completamente, y se preocuparon únicamente por reconstruir sus viviendas y sus campos, dejando de lado la restauración del templo y, con ello, la confianza en la venida gloriosa de Yahvé. Isaías anima la fe de su pueblo, los invita a poner nuevamente su fe y su corazón en la fuerza salvífica de Yahvé, quien traerá la paz y la justicia a su pueblo, por ello Jerusalén será una ciudad radiante. Estará llena de luz, Dios se hará presente en ella y hará de ella una nación grande, ante cuya presencia se postrarán todos los pueblos de la tierra. El profeta manifiesta con esta gran revelación que Dios es quien dará inicio a una nueva época para Israel, una época donde reinará la luz de Dios.
La carta a los efesios, ampliará la comprensión de la salvación proclamada por Isaías, afirmando que la salvación viene de Dios, a través de Jesús, y es para “todos”, judíos y paganos. En este párrafo el plan de Dios, consiste en formar un solo pueblo, una sola comunidad creyente, capaz de comunicar a toda la creación la vida y la salvación otorgada por Dios.
Si queremos entender los pasajes del evangelio que se refieren a la infancia de Jesús debemos dejar de considerarlos historia, en el sentido moderno de la palabra. Los evangelistas quieren comunicar de parte de Dios un mensaje en el que podremos encontrar la felicidad y la salvación. Los evangelios son el testimonio que las primeras comunidades cristianas nos dejaron acerca de su fe y de lo que, como consecuencia de haber creído, cambió sus vidas.
En el relato Mateo adelanta una de las enseñanzas centrales de la predicación de Jesús: «que los paganos, mediante el Mesías Jesús y gracias a la buena noticia, entran en la misma herencia, forman un mismo cuerpo y tienen parte en la misma promesa» Es decir: que todo hombre, sea cual sea su origen, el color de su piel, la lengua en la que se exprese o el lado de la frontera en el que haya nacido, está llamado a incorporarse al proyecto de convertir este mundo en un mundo de hermanos. Dios no hace diferencias entre los hombres ni por la raza, ni por la nación, ni por la cultura, ni por la religión.
La epifanía del Señor es la manifestación de la obra de Dios a los que tienen otra manera de creer. Es la oportunidad para confesar nuestra fe en un Dios que se manifiesta a toda la humanidad, que se hace presente en todas las culturas, que actúa en todos, y que invita a la comunidad creyente a abrir sus puertas a las necesidades y pluralidades del mundo actual.
Celebrar la Epifanía significa para nosotros aprender a descubrir la presencia y la acción de Dios en los diferentes grupos religiosos y en las diferentes formas de expresar la fe. Celebrar la Epifanía significa para nosotros, en nuestra acción pastoral unir esfuerzos para que la alegre Buena Noticia de Jesús salvador, llegue a todos y los atraiga por nuestro testimonio de apertura. Celebrar la Epifanía significa para nosotros valorar e integrar las diferentes formas de vivir y expresar la fe entre los diferentes grupos de nuestra propia comunidad cristiana y hacernos Iglesia con los demás.
Feliz año 2014
Cosme Carlos Ríos
La primera lectura época nos ubica en la época en regresaron a Jerusalén de los exiliados en Babilonia. Encontraron sus ciudades destruidas, sus campos abandonados y el templo, incendiado. Esto los desanimó completamente, y se preocuparon únicamente por reconstruir sus viviendas y sus campos, dejando de lado la restauración del templo y, con ello, la confianza en la venida gloriosa de Yahvé. Isaías anima la fe de su pueblo, los invita a poner nuevamente su fe y su corazón en la fuerza salvífica de Yahvé, quien traerá la paz y la justicia a su pueblo, por ello Jerusalén será una ciudad radiante. Estará llena de luz, Dios se hará presente en ella y hará de ella una nación grande, ante cuya presencia se postrarán todos los pueblos de la tierra. El profeta manifiesta con esta gran revelación que Dios es quien dará inicio a una nueva época para Israel, una época donde reinará la luz de Dios.
La carta a los efesios, ampliará la comprensión de la salvación proclamada por Isaías, afirmando que la salvación viene de Dios, a través de Jesús, y es para “todos”, judíos y paganos. En este párrafo el plan de Dios, consiste en formar un solo pueblo, una sola comunidad creyente, capaz de comunicar a toda la creación la vida y la salvación otorgada por Dios.
Si queremos entender los pasajes del evangelio que se refieren a la infancia de Jesús debemos dejar de considerarlos historia, en el sentido moderno de la palabra. Los evangelistas quieren comunicar de parte de Dios un mensaje en el que podremos encontrar la felicidad y la salvación. Los evangelios son el testimonio que las primeras comunidades cristianas nos dejaron acerca de su fe y de lo que, como consecuencia de haber creído, cambió sus vidas.
En el relato Mateo adelanta una de las enseñanzas centrales de la predicación de Jesús: «que los paganos, mediante el Mesías Jesús y gracias a la buena noticia, entran en la misma herencia, forman un mismo cuerpo y tienen parte en la misma promesa» Es decir: que todo hombre, sea cual sea su origen, el color de su piel, la lengua en la que se exprese o el lado de la frontera en el que haya nacido, está llamado a incorporarse al proyecto de convertir este mundo en un mundo de hermanos. Dios no hace diferencias entre los hombres ni por la raza, ni por la nación, ni por la cultura, ni por la religión.
La epifanía del Señor es la manifestación de la obra de Dios a los que tienen otra manera de creer. Es la oportunidad para confesar nuestra fe en un Dios que se manifiesta a toda la humanidad, que se hace presente en todas las culturas, que actúa en todos, y que invita a la comunidad creyente a abrir sus puertas a las necesidades y pluralidades del mundo actual.
Celebrar la Epifanía significa para nosotros aprender a descubrir la presencia y la acción de Dios en los diferentes grupos religiosos y en las diferentes formas de expresar la fe. Celebrar la Epifanía significa para nosotros, en nuestra acción pastoral unir esfuerzos para que la alegre Buena Noticia de Jesús salvador, llegue a todos y los atraiga por nuestro testimonio de apertura. Celebrar la Epifanía significa para nosotros valorar e integrar las diferentes formas de vivir y expresar la fe entre los diferentes grupos de nuestra propia comunidad cristiana y hacernos Iglesia con los demás.
Feliz año 2014
Cosme Carlos Ríos
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