Servicio Bíblico Latinoamericano
Domingo 22 de junio de 2014 - Ciclo A
Cuerpo y Sangre de Cristo
Paulino de Nola, obispo (431)
Juan Fischer y Tomás Moro, mártires (1535)
Dt 8,2-3.14b-16ª: Te alimentó con el maná, que tú
no conocías ni conocieron tus padres
Salmo responsorial 147: Glorifica al Señor,
Jerusalén
1Cor 10,16-17: El pan es uno, y así nosotros,
aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo
Jn 6,51-58: Mi carne es verdadera comida, y mi
sangre es verdadera bebida
El Deuteronomio
pone en boca de Moisés tres grandes y solemnes discursos ante el pueblo, antes
de entrar en la tierra prometida. Algunos han catalogado el Deuteronomio como
el "testamento de Moisés", refiriéndose a sus últimas palabras,
llenas de unción y de una honda espiritualidad. Moisés hace memoria del pasado,
para dar sentido al hoy de cada generación. La primera palabra de nuestro texto
es "recuerda". Recordar, hacer memoria, conectar con el pasado
glorioso, es parte de la historia de fe, o de la salvación. Dios no sólo ha
irrumpido en un momento dado en la historia de este pueblo, sino que ha estado presente
en todos los momentos alegres y tristes. Nunca le ha abandonado. Más aún las
pruebas sufridas en el desierto, fueron necesarias para madurar, para confiar,
para vivir exclusivamente de Yahvé, sin apoyos humanos. El desierto es símbolo
de la fe pura. El hambre, necesidad básica y urgente se convirtió en prueba
para medir la fe-confianza en el Dios que sacia plenamente. Más tarde en una
sociedad próspera y consumista el pueblo se olvidó de Yahveh. Fue entonces
cuando estos discursos de Moisés adquirieron plena actualidad. Se les recuerda
que: "no sólo de pan vive el ser humano sino de cuanto sale de la boca
de Dios". Desde esta perspectiva el ayuno adquiere su sentido
profundo. Recuérdese que Mateo retomará este verso para enfrentar las
tentaciones de Jesús. En la fiesta de hoy proclamamos a Jesús, Pan de vida,
ante las hambres de nuestros desiertos. El es el verdadero maná que Dios da a
la humanidad. Todos los demás panes (el dinero, el sexo, el consumismo, la
fama, el poder...) no logran saciar plenamente las ansias de hambre del corazón
humano, más aún dejan un hambre mayor... Viene entonces Jesús con su palabra y
sus gestos, con su propuesta de Reino y Alianza y hace posible un mundo lleno
de posibilidades en donde todo se comparte y nadie pasa necesidad.
Pablo orienta a una comunidad de los peligros de
división. Aprovecha el contexto comunitario de la Eucaristía para hacer algunas
aplicaciones prácticas a este respecto. La palabra clave es: el Cáliz, el
Pan... ¿no nos "une" a todos, en la sangre, en el cuerpo de Cristo?.
El tema es: La unión de todos en el cuerpo y la sangre de Cristo. De este modo
revela el grave compromiso de unidad (común - unión) entre todos. Beber el
Cáliz, comer el Pan...expresan el hondo sentido de una fe comprometida por la unidad,
la fraternidad, el amor, la solidaridad, la entrega, a los hermanos en Cristo.
Si esto no está claro, nuestras Eucaristías están vacías de sentido, o son un
mero rito religioso intimista, muy lejos de lo que lo que Pablo quiso inculcar
a su comunidad. Acto seguido el Apóstol de los gentiles remacha el tema con la
comparación "el Pan es uno... nosotros somos muchos"... para concluir
que al comulgar "formamos un solo cuerpo". La unidad en la
universalidad, es un tema de gran actualidad. Pero también "el
cuerpo" expresa la dimensión sacramental de la Iglesia que en la
diversidad de razas y culturas visibiliza al Cristo total.
El capítulo 6 del evangelio según San Juan está consagrado al
llamado "discurso eucarístico". Los versos del 51-59 revelan una unidad
en la expresión: "vivirá para siempre", con la que comienza y
termina nuestro texto. Jesús mediante una fórmula de auto revelación se
declara: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo". Los
judíos no entendían. Sucede lo mismo en nuestros días. Sin fe es imposible
entender este gran misterio. Aunque lo explique el mismo Jesús, sin fe es
imposible captar el sentido que encierran estas palabras y su alcance en la
vida. Partiendo entonces de la fe, podemos afirmar con propiedad que Jesús es
el Pan de Vida. Es decir, es aquel que ha venido, no de este mundo limitado e
insaciable, sino de arriba, de Dios, para saciar definitivamente las hambrunas
enraizadas en el corazón humano. Las profundas insatisfacciones, que son
muchas, el cansancio de la vida, el sin sentido, los anhelos del corazón...
encuentran en este Pan de vida un remedio saludable. La terrible soledad se
transforma en habitación de comunión de vida. El creyente ya no vive para sí,
es un consagrado, un poseído por una presencia transformadora que le eterniza y
da pleno sentido a su existencia. Un dato interesante de este Evangelio es la
relación que hace de esta comida (única y sin precedentes), con el sacrificio
de Jesús: se trata de comer su cuerpo, beber su sangre. Al comulgar el cuerpo y
la sangre de Cristo el creyente no solo recibe, se identifica, se une a... sino
que es capacitado para dar, ofrecer, entregar una vida digna... a semejanza de
aquel a quien comulga.
"Mi Cuerpo es Comida"
Mis manos, esas manos y Tus manos
hacemos este Gesto, compartida
la mesa y el destino, como hermanos.
Las vidas en Tu muerte y en Tu vida.
Unidos en el pan los muchos granos,
iremos aprendiendo a ser la unida
Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos.
Comiéndote sabremos ser comida,
El vino de sus venas nos provoca.
El pan que ellos no tienen nos convoca
a ser Contigo el pan de cada día.
Llamados por la luz de Tu memoria,
marchamos hacia el Reino haciendo Historia,
fraterna y subversiva Eucaristía.
(Pedro CASALDÁLIGA)
El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 058 de la serie «Un
tal Jesús» (http://radialistas.net/category/un-tal-jesus/),
de los hermanos LÓPEZ VIGIL, titulado «El gemido del viento».
La serie «Otro Dios es posible» contiene la entrevista 64, titulada
«¿El Cuerpo y la sangre de Cristo?», que puede ser útil para un debate en
grupo. [http://radialistas.net/article/63-santisima-trinidad/]
Para la revisión de vida
¿Digo yo también, por dentro, al participar
en la eucaristía, desde mi más honda opción: "tomad y comed, éste es mi
cuerpo...", poniéndome en disposición de dejarme comer por el servicio a
mis hermanos?
¿Es
mi vida realmente un "compartir"?
¿Estoy
sentado, participo en alguno de los "grupos de cincuenta" para
reflexionar qué hacer frente al hambre del pueblo?
Para la reunión de grupo
-
La doctrina y la teología clásica (de los últimos siglos sólo, al fin
y al cabo) sobre la Eucaristía ha estado centrada en el concepto de
«transubstanciación». Compartir en el grupo sobre lo que este concepto
filosófico, escolástico, aristotélico en el fondo, comporta.
-
¿Es necesario aceptar la filosofía escolástica para estar en la verdad
de la Iglesia sobre la Eucaristía? Explicitar las relaciones entre la fe en la
eucaristía y las opiniones filosóficas involucradas en los conceptos con que se
expresan las formulaciones oficiales de la fe.
Para la oración de los fieles
-
Por los 200 millones de niños menores de cinco años que están
desnutridos; por los 11 millones de niños que mueren al año por desnutrición...
-
Por nuestras "eu-caristías", para que sean realmente una
acción de gracias, una fiesta, una auténtica celebración...
-
Para que la liturgia de nuestra Iglesia se despoje de todo hermetismo
hierático, acoja los símbolos de los pueblos, se inculture, asuma nuestras
vidas, con sus problemas, sus esperanzas y todas sus riquezas culturales y
espirituales...
-
Por todos los niños y niñas que en este día, en muchas iglesias
locales, celebran su "primera comunión", su primera participación
formal en la eucaristía: para que esa "primera" comunión no sea la
última, ni sea demasiado distanciada su participación en la comunidad...
Oración comunitaria
Señor Jesús, que partiste y repartiste tu
pan, tu vino, tu cuerpo y tu sangre, durante toda tu vida, y en la víspera de
tu muerte lo hiciste también simbólicamente; te pedimos que cada vez que
nosotros lo hagamos también "en memoria tuya" renovemos nuestra
decisión de seguir partiendo y repartiendo, como tú, en la vida diaria, nuestro
pan y nuestro vino, nuestro cuerpo y nuestra sangre, todo lo que somos y
poseemos. Te lo pedimos a ti, que nos diste ejemplo para que nosotros hagamos
lo mismo.
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