2016-05-01

Cpas06, cosme, Fidelidad a Jesús, a su palabra

30 de abril de 2016
Cpas06, Fidelidad a Jesús, a su palabra
Para ser fieles a Jesús, buscar su palabra en Asamblea

Hch 15,1-2.22-29: Hemos decidido no imponerles más cargas que las indispensables
Salmo 66: ¡Oh Dios, que todos los pueblos te alaben!
Ap 21,10-14.22-23: Me enseñó la ciudad santa, que bajaba del cielo
Jn 14,23-29: El Espíritu Santo les recordará lo que les he dicho



Estamos acostumbrados a que los asuntos importantes en la Iglesia los resuelvan las autoridades; tenemos miedo o desconfianza de hacerlo en Asambleas; dejamos que los demás decidan por nosotros.
Nos consideramos discípulos de Jesús, afirmamos que lo queremos, pero nos falta preguntarnos si conocemos y ponemos en práctica las palabras que Él nos enseñó: su Evangelio.
A pesar de que profesamos que Dios está en todas partes, nos encerramos en los templos para rendir culto a Dios: evidentemente el templo es el lugar de la comunidad, pero, no el único.

En el capítulo 13, el libro de los Hechos nos refiere que el Espíritu Santo pidió a la comunidad de Antioquía de Siria que les separara a Pablo y a Bernabé para una misión. Pablo y Bernabé emprenden el viaje misionero y acuden en primer lugar a las sinagogas de los judíos, presentando la persona de Jesús, su vida, su Muerte y Resurrección como único medio de salvación.

Los judíos, aferrados a que la salvación viene por la observancia de la Ley de Moisés, rechazan la predicación de Pablo y Bernabé y provocan una fuerte persecución en contra de ellos. Entonces Pablo y Bernabé toman la firme determinación de realizar su misión fuera del mundo Judío: ahí van formando pequeñas comunidades a las que no se les exige la práctica de la circuncisión.
Regresan a su comunidad de Antioquía de Siria y cuentan cómo Dios ha abierto a los paganos las puertas de la fe. Esto, que para ellos era motivo de profunda alegría, es escándalo para algunas personas venidas de Judea que piden que se les exija la práctica de la circuncisión, provocando con ello una violenta discusión.

Para resolver el asunto se decide presentarlo a las autoridades de Jerusalén, quienes deciden tratar el asunto en una asamblea. La solución que salió de la Asamblea dice: “Hemos decidido de común acuerdo” “El Espíritu Santo, y nosotros mismos, hemos decidido no imponerles ninguna carga más que las indispensables”.
Por fidelidad a la palabra de Jesús, se  busca en Asamblea la respuesta a las nuevas situaciones.

La lectura del Apocalipsis  que se nos propone hoy, supone una verdadera revolución en la manera de entender las relaciones del hombre con Dios. En la antigua religión el hombre tenía que salir del mundo profano y entrar en  recintos sagrados para encontrarse con Dios:  Dios no estaba más que en algunos lugares consagrados a él. A partir de ahora todo será distinto.
Ya no es necesario que haya templos, porque Dios ha elegido para vivir una residencia nueva: el ser humano, la persona que elige el amor como forma de vida, el grupo en el que se ha establecido el amor como única norma de convivencia.
Es la ciudad nueva que describe el libro del Apocalipsis.

Jesús nos dice hoy: “El que me ama guardará mi palabra”  El dio en la clave: amarlo a él equivale a guardar su palabra, llevándola a la práctica. Y su palabra, mensaje, no fue otra cosa que la fidelidad al pueblo por el que hay que desvivirse; el servicio incondicional; la abolición de las nuevas esclavitudes, la construcción de una sociedad diferente.

No es fácil guardar esta palabra del Maestro. Supondrá una fuerte lucha contra los que, desde arriba, traten de conservar sus privilegios; contra los que, desde abajo, pretendan excusar o exculpar su pasividad; y contra los que, desde el medio no toman partido,

Por guardar la palabra del Padre, Jesús sufrió la persecución, el rechazo, la soledad y el abandono de todos. Algo similar sucederá a todos los que hayan ligado su suerte a la del pueblo como Jesús.
  • Ser fieles a la palabra de Jesús implica para nosotros, hoy, entender las nuevas situaciones y los nuevos problemas por los que estamos pasando y buscar en Asamblea la palabra orientadora de Jesús.
  • Ser fieles a la palabra de Jesús implica para nosotros, hoy, rendir culto a Dios en los diferentes lugares que manifiestan su presencia sobre todo en el ser humano, principal imagen de Dios y en la comunidad que vive el amor de Jesús.
  • Ser fieles a la palabra de Jesús implica para nosotros, hoy, esforzarnos por conocer la Palabra de Jesús en el Evangelio y convertirla en norma de nuestra vida

Cosme Carlos Ríos
Abril 29 del 2016 


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