2009-03-23

JESÚS ES LA LUZ QUE NOS SALVA

Ciclo B, Cua4, 22 de Marzo de 2009

El que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz
(Jn 3,21)

JESÚS DE NAZARET estando en Jerusalén se puso a dialogar con un fariseo de buena voluntad llamado Nicodemo. Esta había ido a ver a Jesús de noche, por lo que el Señor aprovecha para decirle que Dios envío al mundo a su hijo único para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Jesús es la luz y todo el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz. Sin embargo, existe la posibilidad de caminar en las tinieblas cuando hacemos obras malas. La causa de la condenación es preferir las tinieblas a la luz. Ahora bien, ¿sabe usted lo que es el pecado? ¿Identifica el pecado grave? ¿Podría explicar el relativismo ético? ¿Podría explicar lo que es el pecado estructural? ¿Cuáles serán los pecados más graves y que nos dominan en la actualidad? ¿Tiene usted presente sus pecados?

EN APARECIDA señalan los Obispos que vivimos un nuevo período de la historia con desafíos y exigencias, caracterizado por el desconcierto generalizado que se propaga por nuevas turbulencias sociales y políticas, por la difusión de una cultura lejana y hostil a la tradición cristiana, por la emergencia de variadas ofertas religiosas (10). Viendo nuestro mundo, tratamos de discernir sus caminos con la gozosa esperanza y la indecible gratitud de creer en Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. En el clima cultural relativista que nos circunda se hace siempre más importante y urgente hacer madurar en todo el cuerpo eclesial la certeza que Cristo, el Dios de rostro humano, es nuestro verdadero y único salvador (22).

QUÉ LES PARECE si nos proponemos conocer más a Jesús a través de su Palabra y del magisterio eclesial para caminar más seguros en el camino de la verdad que nos lleva a la vida. Así podremos saber cuáles son las buenas obras que hay que emprender y cuáles son las malas que habría que eliminar. Una vez que sabemos cuáles son nuestros pecados, conviene tenerlos presente, como dice David en el Salmo 51. Cuando estamos conscientes de ellos y todos los días nos incomodan entonces ya hemos emprendido el camino de una conversión profunda que nos animará a emprender obras según la verdad del Maestro.

Agustín Pbro.

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