2009-04-09

DOMINGO DE RAMOS

Ciclo B, 5 de Abril de 2009

Se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz
(Fil 2, 8)

JESÚS DE NAZARET, estando en la víspera de su pasión, empezó a sentir tristeza, terror y angustia, y les pide a sus discípulos que se queden velando mientras él hace oración. Decía: “Padre, tú lo puedes todo: aparta de mí este cáliz. Pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres”. Mientras tanto, sus discípulos se durmieron, por lo que Jesús les amonesta. Durante la pasión, todos huyeron y lo abandonaron, excepto algunas mujeres. De hecho, Pedro lo negó en tres ocasiones. Ciertamente nosotros, con el oficial romano decimos: “De veras este hombre era Hijo de Dios”, pero ¿cómo corresponder a Jesucristo su entrega amorosa por cada uno de nosotros? Usted, cuando llega la tristeza, el terror o la angustia a su vida propia o del prójimo, por querer cumplir la voluntad de Jesucristo, ¿le sigue o le abandona?

EN APARECIDA señalan los Obispos que para ser discípulos de Jesús es necesario seguirlo (Mc 3, 14), ser de él y formar parte de los suyos y participar de su misión, es decir, correr su misma suerte y hacerse cargo de su misión de hacer nuevas todas las cosas (AP 131). Después de amonestar a sus discípulos dormidos les da una exhortación: “Velen y oren, para que no caigan en la tentación. El espíritu está pronto, pero la carne es débil”. Por otra parte, san Pablo expresa de manera excelente la identidad y la misión de Jesús: “Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres.” (Fil 2, 6-7)

QUÉ LES PARECE si nos proponemos renovar nuestro discipulado haciendo todavía más esfuerzo en asumir la actitud de SIERVO. Recordemos que, como el Maestro, los cristianos somos y estamos para servir, no para ser servidos. Por otra parte, ¿estamos al tanto de la realidad personal, social y eclesial que nos envuelve, o vivimos en un mundo aislado e individualista? Nos conviene estar en VELA. Finalmente, aunque muchos de nosotros vivimos en grandes metrópolis y cada vez es más difícil hacer oración, es necesario dedicar tiempo periódico a la ORACIÓN, de preferencia a la Lectio Divina, y todavía mejor: dentro de una pequeña comunidad o comunidad eclesial de base.

Agustín Pbro.

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