2011-09-12

Perdón sin límites

24° DOMINGO ORDINARIO:
Perdón sin límites
(MT 18, 21-35)

Palabra clave: Reconstruir
OBJETIVO: Entender que Jesús nos enseña la necesidad de perdonar para reconstruir la comunidad, a fin de que nosotros también tengamos actitudes de perdón y ayudemos a reconstruir la comunidad
Preparar: Cruz - Biblia - candela - dibujo ampliado

ENTRADA
Saludo a los participantes
Canto:  70 veces 7
Invocar la luz y la fuerza del Espíritu Santo

MIREMOS NUESTRA REALIDAD
Contemplar el dibujo ampliado
¿Qué vemos? ¿Qué sentimientos despierta en nosotros? ¿Qué nos hace pensar?
Preguntas
¿Conoces personas que viven rencorosas?
¿Conoces personas que han sabido perdonar? Comenta, platica

ESCUCHEMOS Y MEDITEMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS
Introducción: El número siete era un número especialmente significativo en Israel. El origen de su importancia estaba en la observación de las cuatro fases de la luna, que duran cada una de ellas siete días. De ahí pasaron los israelitas a asociar el número siete con un período completo, acabado. El siete significaba para Israel la totalidad querida por Dios.
El orden del tiempo estaba basado en el siete: el sábado, día sagrado, llegaba cada siete días. El candelabro del Templo tenía siete brazos. El verbo hebreo «jurar» significa literalmente “sietearse”: poner por testigos a los siete poderes del cielo y de la tierra.
Perdonar “siete” veces indica perdonar completamente. Como un «borrón y cuenta nueva». Para reforzar aún más esta idea, Jesús le dijo a Pedro que perdonara “setenta veces siete”. Setenta es una combinación del 7 y del 10.
Si el siete era plenitud y totalidad, el diez -el origen estaba en los diez dedos de la mano-, tenía también el carácter de número pleno, aunque en un sentido menor. “Setenta veces siete” quiere decir siempre, sin excepción, a pesar de todo.
La parábola de Jesús sobre el rey Saday, conocida como la del “siervo sin entrañas” es típicamente oriental por la exageración usada en las cifras de las deudas. Diez mil talentos equivalen a cien millones de denarios, el salario de cien millones de jornadas de trabajo, una irreal y gigantesca suma que no puede ni imaginarse.
Esta cantidad contrastaba aún más con la pequeña deuda de cien denarios. En esta parábola, Jesús no habló de un caso sucedido en Palestina. Se refería a un rey extranjero, al estilo de los grandes soberanos de Oriente. Esto se nota en la orden que da el rey de vender a los hijos y a la mujer del deudor, costumbre que no era israelita, o en el hecho de mandar a apresar al deudor como pago por sus deudas, ley que no existía en el derecho judío.
En tiempos de Jesús, los escritos de los rabinos que hablaban sobre el juicio final, se referían siempre a las dos medidas que Dios usa para gobernar el mundo: una, la medida de la misericordia y otra, la de la justicia. Al final -decían los rabinos- “la misericordia desaparece, la compasión queda lejana y la benevolencia se esfuma”. Sólo quedará la pura justicia. Jesús transformó totalmente esta idea religiosa de su tiempo. Enseñó que habrá misericordia a la hora final, añadiendo un dato significativo: el perdón de Dios alcanzará sólo a quienes hayan perdonado.

Abrimos nuestros corazones a la Palabra de Dios, cantando un himno de alabanza...
Lector(a): (Cita bíblica MT 18, 21-35)

Hacemos un rato de silencio, para que la Palabra de Dios pueda anidar en nuestros corazones...
Animador(a):
Vamos a descubrir juntos lo que Dios nos quiere decir en este texto:
Preguntas
¿Cuál es la pregunta de Pedro?
¿Con quién compara Jesús el reino?
¿Cuánto debía el siervo y cuál era su situación?
¿Qué ordeno el Rey?
¿Qué actitud tomo el siervo?
¿Qué hizo el rey ante la suplica del siervo?
¿Cómo reaccionó el siervo ante su compañero que le debía 100 denarios?
¿Qué nos enseña esta parábola sobre el perdón?
¿Qué vamos hacer nosotros para reconstruir la comunidad cuando la hemos ofendido?

CELEBREMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS
Animador(a): Pidamos a Dios su gracia para que sepamos perdonar
Oremos con el Salmo
Conclusión: Nuestros Obispos en el documento de Aparecida nos dicen:
DA 383: Señales evidentes de la presencia del Reino son: la vivencia personal y comunitaria de las bienaventuranzas, la evangelización de los pobres, el conocimiento y cumplimiento de la voluntad del Padre, el martirio por la fe, el acceso de todos a los bienes de la creación, el perdón mutuo, sincero y fraterno, aceptando y respetando la riqueza de la pluralidad, y la lucha para no sucumbir a la tentación y no ser esclavos del mal.

2 comentarios:

Noemi dijo...

Jesucristo nos manda a perdonar 70veces 7. (SIEMPRE)
Reciban muchas bendiciones desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

Anónimo dijo...

PARREMEDIOS DIXIT: Le agradezco su comentario, saludos